En el más absoluto secreto, con enorme discreción, un grupo de combatientes cubanos que habían dado su disposición a cumplir misiones internacionalistas, fueron llamados para incorporarse a varios campos de entrenamiento, algunos de los cuales fueron los famosos Petit 1 y 2, en la cordillera de Guaniguanico, en Pinar del Río.
Cincuenta años después de aquellos hechos, y de la histórica madrugada del 12 de octubre de 1966, en la que un grupo de militares tomaron varias lanchas en el puerto del Mariel, para después abordar el buque Manuel Ascunce Doménech, que los dejaría el 23 de octubre en Punta Negra (Congo Brazzaville), y de ahí seguirían hacia la República de Guinea Conakry y a Guinea Bissau; varios combatientes que protagonizaron aquella acción realizaron hace algunos días varias actividades en Pinar del Río, con el apoyo de la Asociación de Combatientes, la Asociación de Amistad Cuba-África y de la Región Militar de esa occidental provincia.
Los internacionalistas visitaron el Monumento a los Malagones, la primera milicia creada por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, e integrada por 12 campesinos de la región de Viñales a quien se les asignó la captura del asesino Cabo Lara, que operaba en esa zona.
Víctor Dreke, presidente de la Asociación de Combatientes, explicó que el motivo fue crear en Guinea Conakry las milicias que al final defendieron al presidente de esa nación, Sekou Touré, de un golpe de Estado que amenazaba con derrocarlo, y, por otro lado, ayudar a los combatientes de Guinea Bissau, que en ese momento constituían uno de los movimientos más fuertes, activos y serios de África.