Alemania y Estados Unidos fueron, en ese orden, los mercados emisores de viajeros a Cuba más dinámicos en el pasado julio.
El número de visitantes germanos creció 52,5 por ciento con relación a igual mes de 2015 (estuvieron por aquí 13 369 personas de ese país), mientras que de la nación norteña llegaron a Cuba (no para hacer turismo; eso lo tienen prohibido) 21 082 personas, para un crecimiento del 43,8 por ciento.
La estancia y crecimiento en número de turistas alemanes, aunque no parezca muy grande, es algo a tomar en serio.
Los viajeros de ese país se tienen, a nivel internacional, como rasero de calidad. No van a cualquier lugar; no se mueven por repentinos entusiasmos; son muy exigentes en cuanto al servicio que se les brinda...
El incremento de visitantes estadounidenses era previsible. Ya se sabe porqué. Y seguirá aumentando, aunque no tan masivamente como algunos piensan; al menos ese es el criterio de muchos expertos en el negocio de los viajes.
No obstante, Canadá continúa siendo el principal emisor de turismo a Cuba. En julio vinieron para acá 73 681 vacacionistas del territorio más frío de América. Este mercado reporta un crecimiento de 1,9 por ciento, lo cual es positivo: revierte una tendencia a la ralentización e incluso caída en las llegadas desde allí, debido, entre otras causas, al comportamiento del dólar canadiense.
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Las informaciones arriba descritas están contenidas en la publicación Turismo. Llegada de visitantes internacionales, de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, disponible en su sitio digital www.onei.cu.
Señala el informe que de enero al cierre de julio de 2016 el turismo internacional «registró un crecimiento del 11,8 por ciento, al arribar al país 2 449 274 visitantes, que significan 259 250 más que en igual período del año anterior.
«En el mes de julio —agrega— se recibieron 301 376 visitantes, que representan un 13,0 por ciento más que en igual mes de 2015 —34 655 más que en el mismo período del año anterior».
Según los libros de Periodismo, la información de este redactor debería empezar por los dos párrafos anteriores. Constituye el lead o encabezamiento, según la «escuelita», pero a veces lo cualitativo está en el detalle.
Francia fue la tercera nación en crecimiento porcentual, con una subida de 34,8 por ciento en el envío de viajeros a Cuba; le siguen México (26,4 por ciento más), España (18,8 por ciento), Argentina (17,7) e Inglaterra (16,3).
La llegada de miembros de la comunidad cubana residente en el exterior, que es la segunda fuente de emisión de viajeros, creció 4,2 por ciento en julio pasado —siempre en comparación con igual mes de 2015—. Visitaron su tierra natal 43 287 cubanos que viven permanentemente allende los mares.
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A continuación, veamos dos hechos:
1) De enero al cierre de julio último estuvieron por aquí 259 250 visitantes internacionales más que en el período enero-julio de 2015.
2) Entre agosto y el 31 de diciembre de 2014 y de 2015 se reportaron crecimientos récord en el arribo de visitantes internacionales a nuestro archipiélago.
Detenido en pensar con calma estos dos hechos, al menos este redactor estima que la meta oficial de recibir en 2016 a más de 3,8 millones de viajeros internacionales se cumpla con facilidad, e incluso puede que haya «algo más».
¿Tocaremos la varilla de los cuatro millones de visitantes internacionales este año? Tal vez no, pero creo que vamos a quedar cerca, a menos que graves eventos internacionales o climáticos acontezcan en lo que queda de 2016.
Sobre el supuesto del récord, y a propósito del reinicio este miércoles de los vuelos comerciales Estados Unidos-Cuba (que fueron prohibidos por el Gobierno norteño), debemos aclarar que estos no necesariamente supondrán un crecimiento geométrico en el arribo a nuestro país de oriundos de aquella nación.
Primero, los ciudadanos estadounidenses son los únicos del mundo que tienen prohibido, por su Gobierno, hacer turismo en Cuba; segundo, los vuelos comerciales que recomienzan, con precios más llevaderos (competitivos), tendrán inicialmente, como principales clientes, a los cubanos y cubanas que viven en EE. UU., quienes, por lógica elemental (económica), buscarán pasajes en las aerolíneas comerciales, no en los caros vuelos chárteres, que son los que hasta ahora los habían traído.