Dirigentes de la UJC y de las organizaciones y movimientos juveniles sostienen un encuentro con representantes de la nueva generación de líderes religiosos del país. Autor: María Montenegro Lamothe Publicado: 21/09/2017 | 06:34 pm
La defensa de los más altos valores del ser humano en la hora actual de Cuba y el mundo resultó la esencia del intercambio que este jueves sostuvieron miembros del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), de las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, con representantes de la nueva generación de líderes religiosos del país.
Fue una jornada con el propósito de identificar elementos comunes que puedan convertirse en acciones concretas para el trabajo conjunto. Así lo aseguró Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, quien valoró de vital este diálogo, que acontece en un momento crucial para la humanidad y para el país, inmerso en importantes cambios.
Qué bueno que estamos hablando entre cubanos, entre quienes defienden un ideal de justicia y paz. Tenemos que seguir tendiendo puentes, pues todavía podemos hacer cosas juntos desde la diversidad y sobre todo en ese objetivo de edificar el hombre nuevo y la sociedad que queremos. Tenemos que hacerlo siempre desde la unidad en torno a los valores patrios, apuntó la dirigente juvenil.
Luego de que Joan Cabo Mijares, miembro del Buró Nacional de la UJC, compartiera con los líderes una breve exposición sobre el funcionamiento, los propósitos y retos de la organización, ambas partes intercambiaron sobre asuntos de interés y lo provechoso de un trabajo coordinado en temas esenciales como la unión de la familia, la necesidad de cultivar los mejores valores en las nuevas generaciones y la importancia de las acciones comunitarias.
La guantanamera Yusmari Cuello Rojas, perteneciente a la Misión Evangélica Mundial, comentó sobre las posibilidades que tiene la Iglesia para ayudar a unir, a sensibilizar en pos de la espiritualidad y de las mejores causas de la sociedad. Mientras, el villaclareño Alaín Álvarez Montano, de la Iglesia Evangélica Libre, reconoció que «debemos caminar juntos si tenemos muchos objetivos mutuos y si queremos sonar de verdad en el corazón de la juventud».
Sobre puntos que identifican a jóvenes creyentes o no, el artemiseño José Carlos Fernández Aguiar, perteneciente a la Misión Evangélica Mundial, destacó el trabajo en la base y afianzar la identidad de las personas, pues «este es el tiempo de Cuba, de todos nosotros, aun con sus desafíos». Ruth Mariet Trueba, del Consejo de Iglesias de Cuba, subrayó el valor de tener espacios conjuntos para la reflexión, ya que «en nuestras manos está el construir, el crear, el hacer».
Otros participantes se refirieron a inspiraciones compartidas, como la preocupación por el medio ambiente, por la salud humana, por la visión crítica que se debe tener del mundo, por la migración, el consumo cultural y la recreación de los jóvenes, y por una arista tan prioritaria como la sexualidad.
Tanto Yusuam Palacios Ortega, presidente del Movimiento Juvenil Martiano, como Teresa Viera Hernández, directora del Centro de Estudios sobre la Juventud, se refirieron a la idea de laborar juntos para preservar el tejido espiritual de la nación y los valores que nos distinguen como cubanos.
Si algo primó en el intercambio es que en tiempos como estos «tenemos el deber de estar unidos, creyentes o no», como apuntaron muchos de los jóvenes. Y el mayor reto está precisamente en cómo se materializan las ideas que van naciendo, en cómo funcionan los espacios comunes ya existentes y todos los que habrán de articularse.