Este domingo Su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia, ofició la Divina Liturgia en la Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:26 pm
En la última jornada de su visita oficial a la Isla, este domingo Su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia, ofició la Divina Liturgia en la Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán, ceremonia que contó con la presencia del presidente cubano, Raúl Castro Ruz.
Desde temprano, las alegres campanadas de la iglesia confirieron una animación particular a la zona del litoral de La Habana, capital que el Patriarca ruso abandonó al mediodía de este domingo para continuar su periplo latinoamericano, que lo llevará a Paraguay y a Brasil.
Junto a Raúl Castro Ruz, asistieron a la Divina Liturgia el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández; y el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, entre otros altos dirigentes cubanos. Además de la delegación oficial que acompaña a Kirill, por la parte rusa estuvo presente en el templo el embajador en Cuba, Mijaíl Kaminin.
Foto: Calixto N. Llanes
Una gran representación de la comunidad rusa en Cuba asistió a esta ceremonia, oficiada por Su Santidad Kirill, quien concluye este domingo su cuarta visita a la Isla, primera de carácter oficial en calidad de Patriarca de Moscú y de toda Rusia.
Su Santidad Kirill a su llegada a la Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán. Foto: Roberto Suárez.
El cardenal Jaime Ortega a su llegada a la Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán para participar en Divina Liturgia. Foto: Roberto Suárez.
En medio de la Divina Liturgia, el Patriarca recordó elementos de la gestación y concreción de este templo de Nuestra Señora de Kazán en La Habana y de los lazos de esta iglesia y de Rusia con Cuba y los cubanos.
Su Santidad afirmó que oficiaba la Divina Liturgia «con un sentimiento muy particular» porque precisamente hace 45 años en esta ciudad había sido consagrada la primera parroquia, el primer templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El Patriarca recordó su visita a Cuba en 1998 para tratar con las autoridades de la Isla la apertura de la parroquia rusa. Dijo que las autoridades escucharon la solicitud y que fue tomada la decisión de enviar a Cuba a un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Desde el 2001, refirió, permanece en La Habana un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero había la necesidad de construir un templo.
Kirill dijo que en 2004 regresó a Cuba y se reunió con el Comandante Fidel Castro, a quien pidió apoyo para construir el templo. «Conversé largo tiempo con el Comandante, le conté sobre la Iglesia Ortodoxa Rusa y su papel en la vida de nuestra patria. Fidel me hizo muchas preguntas y el final de la conversación fue maravilloso: “Estaría muy feliz que se construya un templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa en La Habana”, dijo el Comandante».
Kirill recordó que Fidel Castro encargó a las autoridades de La Habana mostrarle un mapa para que él escogiera el sitio de emplazamiento, acción para la que fue auxiliado por Eusebio Leal, historiador de la ciudad.
El Patriarca comentó anécdotas de cuando colocó la primera piedra y detalló que, al oficiar su primera Divina Liturgia en la Isla, en las primeras filas estaban las autoridades cubanas, lo que lo hizo augurar «un futuro muy grande para este país».
Su Santidad rememoró la voluntad del Estado cubano de asumir la construcción del templo. «En el 2008 tuve el placer de consagrar este templo y en ese oficio divino fue apreciado por Raúl y el cardenal (de la Iglesia Católica) Jaime Ortega», señaló.
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Kirill comentó su alegría por el desarrollo de la vida del pueblo cubano, la aparición de nuevos modelos de agricultura y el alto nivel de relaciones entre el Estado Cubano y la Iglesia Católica Romana.
Además, reveló públicamente a Raúl Castro: «Voy a seguir rezando por Cuba, por usted personalmente y por su hermano Fidel, por el pueblo cubano y por los cristianos cubanos».
Foto: Calixto N. Llanes
Foto: Calixto N. Llanes
A sazón de la consagración de la Catedral, en octubre de 2008, Fidel Castro escribió en una de sus Reflexiones que La Habana se enriquecía con un templo de la «prestigiosa Iglesia Ortodoxa Rusa» y recordó que, cuando la URSS se desintegró, el imperialismo no tuvo en ella un aliado.
En el área de la iglesia se colocó tierra del lugar donde que reposan, en las afueras de La Habana, los restos de 69 soldados soviéticos que murieron en Cuba durante las décadas en que prestaron en la Isla servicios internacionalistas.
En la etapa de la llamada Crisis de los Misiles —conocida en Cuba como Crisis de Octubre— estaban en Cuba 42 000 soldados soviéticos para apoyar la defensa de la Isla ante una eventual invasión estadounidense que, tras la victoria de los cubanos en Girón sobre los mercenarios, vendría seguramente de la propia Armada de Estados Unidos. Las tensas negociaciones de entonces evitaron tal desenlace.
Cuba financió el grueso de la construcción de la Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán como gesto de agradecimiento a la sostenida solidaridad recibida desde Moscú. Especialistas de una y otra parte colaboraron para la feliz culminación del proyecto.
Por el apoyo a la construcción del templo, la Iglesia Ortodoxa Rusa confirió en su momento la Orden de Honor y Gloria a Fidel Castro y la Orden Príncipe Danilo de la Buena Fe de Primer Grado, a Raúl Castro.
Entre los hitos de la cuarta estancia de Kirill en Cuba se destaca el histórico encuentro con Su Santidad Francisco, Jefe de la Iglesia Católica, sellado con una Declaración conjunta de 30 puntos que mostró al mundo la preocupación de las dos altas autoridades del cristianismo sobre los problemas mundiales y la integridad física y espiritual de sus fieles, perseguidos en varias zonas asoladas por el terrorismo.
Durante su visita oficial, Kirill recibió de manos de Raúl Castro la Orden José Martí, la más alta que confiere el Estado cubano, por su gran contribución al desarrollo de las relaciones entre rusos y cubanos. Además, Su Santidad sostuvo un fraternal encuentro con el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, rindió homenaje a los soldados internacionalistas soviéticos caídos en Cuba y visitó la escuela de enseñanza especial Solidaridad con Panamá, dedicada a brindar una atención integral a niños y adolescentes discapacitados.