SANCTI SPÍRITUS.— Por los niveles productivos y de eficiencia, principalmente, con significativo destaque durante diez años consecutivos en los planes de reforestación, esta provincia obtuvo la sede del acto nacional por el Día del trabajador forestal, a celebrarse el 21 de junio.
Según declaraciones de Eduardo Jiménez, subdelegado del Ministerio de la Agricultura en Sancti Spíritus, el estímulo llegó al territorio por los resultados de la coherente integración de todos los factores responsables de la reforestación del territorio.
Desde hace varios años se labora —explicó— con énfasis en algunos programas priorizados como el de las fajas, así como el de reforestación en vías, autopistas y en las zonas montañosas.
Por ello, en localidades como en el acceso al municipio de La Sierpe y el Valle de los Ingenios, en Trinidad, hoy se exhiben áreas explotadas óptimamente con la imbricación de árboles frutales como mango, otros de interés económico, como el cedro y plantaciones de cultivos varios.
Eduardo Jiménez añadió que la decisión a nivel nacional de cambiar las áreas de reforestación —existentes con anterioridad en zonas intrincadas— por aquellas que realmente tuvieran las condiciones necesarias, permitió obtener los elevados niveles de población de las diferentes especies.
«Hoy se buscan suelos buenos para las plantas forestales, para hacer bosques productivos, por la necesidad que tiene la provincia de producir madera para diferentes usos», enfatizó.
Otras de las medidas adoptadas en el territorio, de acuerdo con el directivo del Ministerio de la Agricultura, es la utilización de fertilizantes en los viveros y la aplicación de tecnología en los mismos.
Sin embargo, la fuente reconoció que aún se precisa redoblar los esfuerzos para crecer en número de áreas boscosas, sobre todo al enfrentar los daños hechos a las plantaciones por los animales y la sequía.
Afortunadamente, la provincia espirituana ha disminuido considerablemente el número de incendios, sobre todo por el trabajo en equipo de los factores responsables de evitarlos.
El Día del trabajador forestal se instituyó el 21 de junio de 1975, por coincidir con el primer día del verano y el mes más lluvioso en Cuba. Precisamente en este periodo las posturas deben estar en condiciones para ser llevadas a los campos, y al ser sembradas en esas condiciones germinan óptimamente.