En el azul de un 4 de abril festivo

Camagüey. — A esta tierra de leyendas, teñida por el rojizo de su barro, le destella por estos días de fiestas su corazón más antiguo, un azul bien acentuado, de ese que solo se ve en el cielo turquí o en el mar intenso.

Justo en la céntrica Plaza de los trabajadores, niños autistas camagüeyanos festejaron no solo el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se conmemora el 2 de abril, sino que, junto a sus familiares y amigos, celebraron el aniversario 54 de la OPJM, pero con el distintivo de estar coloreado de azul, en sus más insospechados tonos.

El artista Jaime Avelino López, quien lideró la multiplicada fiesta azul —como la nombraron espontáneamente quienes detuvieron su paso ante la pujanza creadora de estos púberes —, explicó a JR que ambas fechas no podían pasar invertidas. «Nos unimos, las celebramos, a la vez que concientizamos sobre la necesidad de mejorar la calidad de vida de los niños y adultos con trastornos del Espectro Autista».

«Emplazamos gigantes tendederas de las que cuelgan diversas piezas de vestir azules, —expresó—, porque ese es el color que los identifica en el mundo y porque además quienes padecen de autismo lo perciben en su interior».

El también organizador del proyecto en Camagüey expuso que se realizó un intercambio entre los especialistas con los niños y niñas vestidos de azul y con los familiares, «para ahondar acerca de la discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de vida», significó.

«Por eso esta gran y doble fiesta está dirigida fundamental al contacto humano, solidario, a los pioneros autistas y sus familiares», reflexionó.