Durante el foro, los jóvenes tuvieron una participación activa. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:05 pm
Desde la mirada joven, más de 500 representantes de organizaciones estudiantiles, movimientos juveniles, asociaciones y diversos sectores de nuestra sociedad, que participaron en el foro presencial La juventud y las Américas que queremos, reclamaron este miércoles para nuestra región sociedades más justas, equitativas y prósperas, que contemplen las demandas autóctonas de nuestros pueblos y garanticen todos los derechos humanos.
En la declaración final del encuentro, leída por Ricardo Guardia Lugo, presidente de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes, se reafirmó la trascendencia histórica de la proclamación del continente como Zona de Paz, junto a la convicción de que sin cooperación y respeto mutuo entre las naciones será imposible avanzar hacia el desarrollo sostenible.
Los jóvenes en el foro se comprometieron a defender la soberanía e independencia de nuestro país, y reclamar respeto al derecho de autodeterminación ejercido por nuestro pueblo y al sistema político, social y económico que libremente ha decidido construir, así como exigir el cese del bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba.
Además, condenaron la absurda inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, expresaron su solidaridad con las causas progresistas de las naciones de las Américas y rechazaron las acciones injerencistas y campañas de manipulación mediática que se orquestan contra varios Gobiernos democráticos de la región, en particular contra la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Igualmente, defendieron la legitimidad de nuestra sociedad civil y juventud revolucionarias, participativas y representativas de la mayoría del pueblo, comprometidas con edificar un país donde la ley primera es el culto a la dignidad plena del hombre, y que esas ideas prevalezcan en el foro similar, que sesionará en abril próximo, en los días previos a la VII Cumbre de las Américas, en Panamá.
Al inicio del foro los jóvenes rindieron tributo al líder estudiantil Julio Antonio Mella a 112 años de su natalicio. El homenaje fue en el Memorial que guarda sus cenizas al pie de la Escalinata de la Universidad de La Habana. Allí depositaron una ofrenda floral y Randy Perdomo, presidente de la FEU en la institución, evocó a Mella y su espíritu de combate por la transformación social de América, que no podemos abandonar jamás.
Participar implica gobernabilidad
A entender la participación ciudadana no solo como derecho y deber, sino además como mecanismo para la gobernabilidad democrática, pues la participación implica educación cívica, y esta, gobernabilidad, llamó Lil María Pichs, estudiante del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, durante su intervención en los debates del panel Participación ciudadana y gobernabilidad, que sesionó en el Pabellón Cuba.
La joven dijo que debemos lograr que en la región las posibilidades económicas, el género, origen étnico o preferencia sexual dejen de ser condicionantes en el acceso a derechos ciudadanos como la participación y a condiciones básicas de vida, especialmente para la juventud, y ponderó la necesidad de que la gobernabilidad sea entendida como la capacidad de gobernar basados en el principio de la paz.
No solo se trata de participar individualmente en todos los espacios posibles, sino también de trabajar en la base para movilizar y estimular a otros a la participación, aseguró Dagoberto Hevia, joven profesor de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, quien añadió que los jóvenes deben tomar la iniciativa y crear espacios de participación con propuestas más novedosas.
Como él, otros participantes apuntaron que el actual proceso social que vive la Mayor de las Antillas y hasta muchos países de la región con Gobiernos democráticos ha posibilitado la participación juvenil desde el ámbito constitucional hasta la creación de espacios y organizaciones, pero mucho queda por hacer en ese sentido.
Interesantes fueron las propuestas compartidas por Rafael Hernández, director de la revista Temas; Rodolfo Romero, periodista y coordinador del proyecto Escaramujo, y Aymara Guzmán, secretaria de la Comisión de Atención a la Niñez, a la Adolescencia y la Juventud de la Asamblea Nacional del Poder Popular, quienes aseguraron que desde el triunfo revolucionario Cuba ha sido ejemplo elocuente de participación ciudadana.
Sin educación y salud no hay desarrollo
«Una de nuestras propuestas, para que la juventud tenga las Américas que queremos, debe ser exigir a los Gobiernos su responsabilidad para que la educación sea un derecho universal, como ocurre en Cuba», expresó Lilia Mendoza, instructora de arte que participó en el panel Educación-Salud, que sesionó en la Universidad de La Habana.
Igualmente, dijo, nuestras escuelas son ejemplo de trabajo comunitario y eso también debe conocerse. Esta idea se completó con la opinión de Vanesa Falcón, trabajadora del Jardín Botánico Nacional, quien afirmó que las universidades están en las calles, en contacto directo con la población, lo cual es ejemplo de su enseñanza humanística.
En el encuentro no faltó el reconocimiento a los maestros cubanos y también a sus médicos, y se destacó que nuestra universidad médica, al igual que el resto de los centros de la Educación Superior, responde en su formación a las necesidades y problemas de la población.
En el panel participaron y aportaron interesantes datos sobre los resultados de nuestro país en ambos sectores las doctoras María Rosa Milán e Ileana Morales, funcionarias de los ministerios de Educación Superior y de Salud Pública, respectivamente, así como el Doctor Lisardo García Ramis, director del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas.
Entre esos datos se destaca que, del más de un millón de graduados universitarios con los que cuenta el país, el 58,1 por ciento son mujeres; así como que de los 56 862 profesores que tienen los centros de Educación Superior, el 80 por ciento trabaja allí a tiempo completo, realidad muy diferente en Latinoamérica, donde los docentes realizan otras labores para completar sus necesidades económicas.
Hoy por nosotros, mañana por ellos
Defender el cuidado del medio ambiente y las energías renovables como principal fuente de abastecimiento en la sociedad actual, así como de los ecosistemas marinos, son temas que los jóvenes cubanos propusieron en el panel Medio ambiente y energía, que sesionó en el Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (Instec).
Yorqui Navarro, campesino de la CPA Felipe Torres, del municipio de Ciro Redondo, en Ciego de Ávila, reafirmó que hay que tener mucha conciencia con el medio ambiente. «Desde las prácticas agroecológicas se pueden hacer muchas cosas, como la utilización del humus de lombriz; el desarrollo de estrategias para capacitar a los campesinos y ejemplificar cómo la energía renovable en el oriente del país ahorra importantes recursos».
Con él coincidió Lázaro Martín, del Centro de Inmunología Molecular, quien planteó que desde el punto de vista educacional hay que llevar los programas medioambientales a las escuelas, a las casas, al barrio. «Tenemos que llevar esta lucha a un nivel superior; que surjan nuevas ideas, porque hay personas que simplemente innovan y crean algo que resulta importante para el país».
La Doctora Bárbara Garea, rectora del Instec, comentó la situación del uso de las fuentes renovables de energía en Cuba y las metas hacia 2030, entre las que se encuentran el cambio en la matriz energética, e instó a lograr la transición a un mundo más sostenible, en el cual se deben buscar respuestas desde el ámbito local.
«La conciencia sobre estos temas hay que tenerla desde niños, y eso es lo que necesitamos para el futuro de nuestro país y de las Américas: aprender poco a poco sobre medio ambiente», aseveró Edy Torres, del Movimiento Juvenil Martiano, quien se unió a la propuesta de que resulta imprescindible garantizar la soberanía alimentaria y la seguridad energética en el país.
La seguridad de ser libre
Definida por Yusuam Palacios, presidente del Movimiento Juvenil Martiano, como un estado en que la ausencia de peligros permite el disfrute de los derechos del individuo, la seguridad ciudadana fue vista como una construcción social que requiere garantías jurídicas para disfrutarla y defenderla.
En una sociedad imperfecta que no renuncia a su mejoramiento, los jóvenes cubanos tienen la ventaja, por sobre otros de las Américas, de proclamar el derecho a la igualdad y vivir en un país donde la voluntad política se conecta con los recursos materiales disponibles para procurar el crecimiento individual y colectivo.
Ivette Méndez, funcionaria del Ministerio de Educación, comentó los programas de ese organismo para que la escuela sea un espacio cada vez más seguro, agradable y funcional. Escuchar al alumno, atenderlo diferenciadamente y respetar su desarrollo, además de proporcionarle conocimientos, son prácticas básicas para sembrar la semilla de la seguridad ciudadana.
Las fiscales Rocío Pérez y Yaimara Angulo, de la Fiscalía General de la República, explicaron las constantes mejoras estructurales y legales para atender las denuncias y preocupaciones de los cubanos, si bien señalaron que no siempre se aprovechan plenamente las garantías existentes.
En el debate se comentó la importancia de que los jóvenes conozcan cuáles son sus derechos. Lidia Llizo, del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, afirmó que podemos reconocer ante el mundo que no somos perfectos, pero tenemos honrosas cifras —certificadas por organismos internacionales— que mostrar en cualquier escenario.
Otros pronunciamientos en este panel giraron en torno a la promoción desde edades tempranas de los derechos ciudadanos, la urgencia de refrendar constitucionalmente nuevas entidades de nuestra sociedad, la defensa de los resultados de la integración regional y el lugar de la comunicación plena para la real seguridad ciudadana.