Llenos de expectativas llegaron a La Habana los universitarios estadounidenses, con el ánimo de descubrir Cuba. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:59 pm
Esta vez no hay que imaginarlo porque es posible. John Lennon se hubiese inspirado para una segunda versión de su mítico tema Imagine. Quizá no era tanto como lo que él soñaba. Pero para una mañana de sábado habanero, 624 universitarios estadounidenses de diez universidades y 50 estados de la Unión, con sus 48 profesores y otro grupo gigante de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) de la Universidad de La Habana ascendiendo la histórica Escalinata de ese centro con el piano y la voz beatle de fondo, definitivamente era un escenario inolvidable.
Si a ello le sumamos el respeto y la camaradería, la alegría y las expectativas, el futuro en las sonrisas de sus jóvenes, y la disposición de aprender e intercambiar con inteligencia y buen corazón… sí, tal vez hubiera sido bastante para Lennon.
También lo fue para los estudiantes del Programa Académico Semestre en el Mar, organizado por la Universidad de Virginia y el Instituto de Estudios a bordo, que había visto suspendida sus visitas a Cuba por nueve años, debido a restricciones del ex presidente George W. Bush, hasta que el pasado 2013 se reanudaron. Entre 1999 y el 2004 habían realizado diez viajes a la Isla e intercambiado con Fidel en siete oportunidades.
Parecen tiempos distintos para las relaciones entre ambos pueblos. Ello se respira. Mente y corazón abiertos es el simbólico equipaje de muchos de los que conversaron con JR al pisar tierra cubana, luego de su recorrido por 14 países a bordo del crucero Explorer antes de retornar en los próximos días a su nación, pues —como dijo Sue Weitz, decana ejecutiva de Semestre…— «lo mejor se dejó para el final».
Sara Castellanos vive hace años en Miami aunque es colombiana. Conoce sobre la cultura cubana y siente que tiene «un poco de casa» en este país. Ahora viene para satisfacer sus expectativas sobre lo que otros han contado.
Willy Pedroso, estudiante de la Universidad de La Habana, lleva varios días de travesía con los estadounidenses y dice que les ha dado información sobre Cuba, pues algunos venían con versiones manipuladas, aunque seguros de que este es el país más peculiar de los visitados.
Jacobo Rishectar, de un colegio de Minnesota, además de sorprendernos con su casi perfecto español, dijo que ha oído que las personas en Cuba son muy agradables y espera que pronto mejoren las relaciones entre ambos países. Ese es el deseo de Dave Brenerman, decano académico de Semestre, el cual lo manifestó ante la multitud de jóvenes de ambas naciones reunidos en la Universidad habanera.
«¡Universidad», «University!»
El Alma Máter fue el punto de encuentro entre los universitarios de ambos países. Foto: Roberto Suárez.
«¡Universidad», «University!», era el clamor animado de los que colmaban la Plaza Ignacio Agramonte del centro de altos estudios. Ambas lenguas, para que no existieran «ruidos» en la comunicación. Sin ruidos fluyó también el regalo de los artistas aficionados de la FEU, entre dos culturas que se mezclan y enriquecen.
De folclor y de blues, de rumba y de música clásica. También de la mejor salsa cubana con Adonis Vázquez para que en la rueda se combinaran parejas por naciones y la Isla pusiera su sabor junto a las ganas de los norteamericanos, porque —como se dijo en la bienvenida a la UH, realizada en el Memorial Mella— en la historia de estos pueblos ha habido momentos de hermandad.
Mientras los grupos danzarios Alma Máter, Entalpía y el Conjunto Folclórico Universitario hechizaron desde una herencia cultural tan contagiosa como auténtica, Ana Maris e Indira Pérez entregaron A Natural Woman y María la O, clásicos de diferente sello y esencia. Pero los sentidos estudiantiles de este lado del mar y de aquel, continuaron dispuestos a «llevárselo todo» con la misma intensidad del momento que vivían.
Porque además de las coreografías que se fueron armando espontáneamente entre ocurrente y ocurrente, en varios salones se propiciaron conferencias e intercambios sobre el sistema político cubano, sociedad civil y jóvenes en Cuba, y la actualización del modelo económico. Fue ese un momento cargado de ansias por comprender, analizar y opinar, que al final conforman un trinomio que lleva a sentir.
¿Abracadabra en inglés?
Y como no hay mejor camino para hacer que comenzar a sentir, la primera puesta en escena de la obra Abracadabra en idioma inglés, la dedicaron los eternos maguillos de La Colmenita, conquistados para siempre para la más noble de las causas por el adorable Tin Cremata. Hechizados quedaron los universitarios estadounidenses ante los secretos para encontrar esencias que ha propuesto la obra en sus más de 200 funciones por varios países del mundo.
Foto: Roberto Suárez.
¿Qué más podemos hacer? Esa sigue siendo la pregunta que deja la obra en su deseo de enamorar hacia las causas justas como la lucha por devolver la libertad a tres héroes que son tratados como terroristas en Estados Unidos. La pequeñísima colmenera Danna y toda su tropa de soñadores dejó un suspiro y una certeza: los Cinco merecen todo cuanto desde ahora mismo cualquier joven noble del mundo puede comenzar a hacer.
Al menos uno de los integrantes de Semestre en el Mar volverá a su vida con esta historia en la piel. Al menos uno se enamorará de esta ciudad, de este aire, de este mar, de esta gente. Al menos uno comenzará a pensar en Cuba desde su propia mirada.
Con el ancla en la Isla
Desde hoy y hasta el miércoles, día en que partirá el crucero Explorer hacia Estados Unidos, los estudiantes de Semestre en el Mar visitarán varias universidades y escuelas en distintas provincias con el interés de aprender sobre el sistema educacional cubano. Además del intercambio en los barrios que ocurrió también en la noche de este sábado en la capital, jugarán baloncesto en la Universidad de La Habana y conocerán sobre el sistema de salud en Cuba.