Las emociones del enero victorioso de 1959 volvieron a sentirse como entonces. Autor: Cortesía de Producciones de la 5ta. Avenida Publicado: 21/09/2017 | 05:43 pm
MATANZAS.— Las emociones de entonces se repiten. Nos enorgullece ver una Carretera Central tomada por sus pobladores para saludar a quienes rememoran el paso de la histórica Caravana de la Libertad, que encabezó Fidel junto a sus compañeros del Ejército Rebelde.
Los vecinos del poblado San Pedro de Mayabón, de Los Arabos, fueron los primeros matanceros en recibir a la Caravana en su marcha victoriosa hacia la capital del país. El acto patriótico en ese municipio fue presidido por la primera secretaria del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba, Teresa Rojas Monzón, e integrantes de organizaciones políticas y de masas.
También en Colón, Perico, Jovellanos, Limonar y Guanábana, sus residentes —mayoritariamente niños y jóvenes— desafiaron la frialdad del día para saludar a los caravanistas, quienes arribaron en horas de la noche a la ciudad de Matanzas, donde en 1959 Fidel se dirigió al pueblo en el parque de La Libertad.
Desde uno de los balcones del actual Gobierno provincial, el líder de la Revolución habló a los matanceros aquel histórico 7 de enero, cuando les expresó que los rebeldes se marchaban llenos de reconocimiento y de admiración hacia el pueblo de Matanzas, más revolucionarios, más optimistas, y más seguros del porvenir de nuestra Patria.
En el acto de este 7 de enero frente a la sede del Gobierno, Leonid Hernández Oliva, primer secretario de la UJC en la provincia, manifestó que a los jóvenes les corresponde garantizar la continuidad de la obra revolucionaria.
Combatientes protagonistas de aquellos momentos de júbilo fueron reconocidos por el pueblo, entre ellos Zenén Ramírez Vieito y Ángel Alfonso Arias, participantes en la Caravana.
La Unión de Jóvenes Comunistas entregó su carné a 19 nuevos miembros e integrantes de la Policía Nacional Revolucionaria con destacada trayectoria.
Del mismo modo, se recordó que el 8 de enero, antes de continuar hacia La Habana, Fidel se desvió hacia Cárdenas para rendir tributo a José Antonio Echeverría, primero en su casa y luego en el panteón que guarda sus restos en el cementerio de esa localidad.