Un cubano bienvenido en estos barrios que a veces olvidamos. Autor: Hugo García Publicado: 21/09/2017 | 05:42 pm
MATANZAS.— Hay poco público y eso me preocupa, porque casi son las seis de la tarde, la hora pactada para comenzar el concierto. Apenas medio centenar de personas, la mayoría niños, se encuentran en la primera fila de la reja que los separa del escenario. Muchos murmurábamos que tendría que comenzar un poco más tarde para ver si llegaban más espectadores. Sin embargo, Silvio es Silvio. Andaba saludando a todos, con un abrigo rojo fosforescente, con su gorra mezclilla y un pulóver negro con la bandera cubana en su lado izquierdo.
Exactamente a las seis subió al escenario para dar inicio a su concierto en la finca El Fundador, en el barrio Indaya, en el Consejo Popular de Canímar, en las afueras de la ciudad de Matanzas.
La gota de rocío abre el concierto y le siguieron Balada de Elpidio Valdés, Reparador de Sueños y Oleo de una mujer con sombrero. Pero a medida que llegaba más público del propio barrio, de Varadero, Cárdenas y de la ciudad de Matanzas, ya se sentía el coro y el tarareo de sus canciones.
Una detrás de otras, sus canciones atraviesan los corazones de sus admiradores y de los que han llegado por simple curiosidad a conocer de primera mano esa música que alimenta a tantos en el mundo.
Desde el público, a coro, le piden que cante El necio: «Esa canción se la dejó para que la canten Los Muñequitos de Matanzas, que lo hacen mucho mejor que yo», sonrió Silvio, mientras confesaba que hacía rato que quería cantar en esta provincia y compartir con buenos artistas, como los jóvenes Lién y Rey, y Rey Montalvo.
Montalvo cantó con Los Muñequitos su obra El Casimiro, tema que aparece en su primera producción fonográfica, próxima a salir al mercado y producida por los Estudios Ojalá.
Silvio está acompañado por los excelentes músicos Oliver Valdés (batería y percusión), Jorgito Aragón (piano), Jorge Reyes (contrabajo) y Emilio Vega (vibráfono).
Fue un viernes distinto de inolvidable buen arte para los residentes en Indaya, quienes al concluir el concierto se contaban con centenares que regresaban a sus casas asombrados de que una personalidad de la cultura nacional como lo es Silvio les cantara a ellos con tanto amor, en su propio barrio.
En Indaya, el poeta y editor Alfredo Zaldívar comentó sobre la donación de numerosos libros a la escuela primaria Sí por Cuba, los cuales llegaron por el esfuerzo del Centro Pablo de la Torriente Brau, el Instituto Cubano del Libro y la Oficina de Silvio.
Este sábado el barrio de La Marina, en la ciudad de Matanzas, se quedó chico para la enorme concurrencia que se conglomeró para escuchar a Silvio. Allí, donde nacieron Los Muñequitos de Matanzas hace 61 años, los matanceros volvieron a tararear las canciones de Silvio, con las que ha marcado a generaciones de cubanos y de otras latitudes.
En ambos conciertos Silvio no le negó a nadie un autógrafo, ni un estrechón de manos, ni una foto… Esta gira por los barrios, proyecto que nació en 2010, según dijo el cantautor, no es una iniciativa oficial, sino de los Estudios de Grabaciones Ojalá, y pretende que a estos sitios llegue su arte, pues muchas veces estas personas no pueden trasladarse a los grandes teatros para disfrutar de los espectáculos.
Así es Silvio, un cubano bienvenido en estos barrios que a veces olvidamos.