Las nuevas modificaciones no contravienen los principios básicos por los que fueron creadas las UBPC, sino que más bien los ratifican y delinean un camino para el fortalecimiento de sus pilares. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
Las 17 medidas aprobadas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, encaminadas a liquidar la dependencia de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) de las empresas estatales, comienzan a corporizarse en todo el país, a partir de la necesaria capacitación de quienes protagonizarán este importante proceso de reestructuración.
Las nuevas modificaciones no contravienen los principios básicos por los que fueron creadas estas formas productivas hace casi 20 años, sino que más bien los ratifican y delinean un camino para el fortalecimiento de los pilares estratégicos del trabajo de estas unidades.
La decisión, además de ser estímulo, también genera desafíos a sus principales protagonistas. Así lo pudo comprobar este diario durante un recorrido por provincias del occidente y centro de la Isla, con el propósito de auscultar el terreno que recién comienza a «abonarse» con estas transformaciones.
Sin perder las esencias
«Con estas decisiones se ratifica a la UBPC como una verdadera cooperativa, y se mantienen las esencias de la vinculación del hombre al área como forma de estimular el compromiso y su interés por lo que hace, y el hecho de asociar rigurosa y responsablemente los ingresos a la producción obtenida», precisó Miguel Pérez Rodríguez, jefe del Departamento de atención a unidades productoras de la delegación territorial de la Agricultura en Villa Clara.
Pérez Rodríguez consideró que la clave de todo el trabajo que ha de acompañar a la puesta en práctica de las nuevas modificaciones realizadas al reglamento de las UBPC, es lograr de manera armónica y por esfuerzo cooperado el autoabastecimiento de los obreros y sus familias, y la autosuficiencia en la producción a partir de una correcta administración de los recursos.
El funcionario explicó que la provincia de Villa Clara cuenta en la actualidad con 46 entidades productoras de este tipo, y que luego de un diagnóstico, realizado de igual forma a nivel nacional, se ubicaron todas las UBPC en tres estructuras, de acuerdo con los resultados productivos y la situación financiera mostrada.
El primer grupo está compuesto por aquellas que presentan un buen panorama económico-productivo, cuentan con la fuerza de trabajo necesaria, funcionan adecuadamente y su junta de dirección mantiene una labor estable; en un segundo nivel se colocaron las que tienen dificultades en la finanzas, la producción y el número de trabajadores necesarios, pero si se les brinda una atención especial pueden salir de esa fase; y en el tercer conjunto se ubicaron a aquellas que atraviesan críticamente todas las variables analizadas.
Según Pérez Rodríguez, un total de ocho están en el grupo I, 30 en el II, y las ocho restantes integran el nivel de la retaguardia, tendiente a desaparecer.
En la provincia más occidental de Cuba el panorama se vislumbra de forma semejante. De las 77 UBPC pinareñas, —que agrupan 3 369 trabajadores y comprenden 75 537,44 hectáreas de tierra—, unas diez se encuentran en disolución.
Una situación financiera desfavorable, déficit de fuerza de trabajo, baja productividad en los cultivos, débil funcionamiento de las juntas directivas y bajos niveles de aseguramientos técnicos materiales, entre otros problemas, son algunos de los elementos que apuntalan esta necesaria decisión.
Según José Miguel Rodríguez Reyes, director de Atención a la base productiva en la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura (Minag), hoy las deudas financieras de las UBPC ascienden en Pinar del Río a más de dos millones de pesos y las pérdidas no financiadas a 7,4 millones.
Para Rodríguez Reyes las recientes orientaciones fortalecen, de manera integral, el estatus productivo de las UPBC, a partir de la posibilidad de incrementar la producción mediante mecanismos diferentes.
Además, las disposiciones financieras brindan la posibilidad de un desahogo de sus cuentas bancarias y les permite, en materia de capital de trabajo, mejorar sus condiciones en las estructuras productivas y vincular todo el sistema de socios a los resultados finales, aseguró el rector de la actividad productiva en la provincia.
Beneficios y desafíos
Entre los principales beneficios enumerados por directivos, administradores y campesinos entrevistados sobre las medidas recién aprobadas, figuraron el autorizo de las relaciones con todas las personas naturales y jurídicas para la compra de productos y servicios; el otorgamiento de la facultad a cada Asamblea General de distribuir un por ciento de las utilidades entre sus miembros; la posibilidad de establecimiento de relaciones contractuales directamente con las empresas suministradoras de insumos y el reconocimiento de la UBPC como unidad cooperativa con personalidad jurídica.
Carmelo Pérez Martínez, administrador de la UBPC de cultivos varios Los Guerrilleros en el municipio pinareño de La Palma, expresó que este era un momento muy esperado. «Lo aprobado da respuesta a años de planteamientos y pedidos. Deseábamos la autonomía de las UBPC», afirmó.
El también fundador de una de las primeras instancias de este tipo en el país, consideró estas decisiones como un paso primordial para desarticular nudos que cortaban el desempeño de las UBPC.
«Todo marcha hacia la creación de un contexto propicio para generar más ganancias, buscar más eficiencia, y mejorar nuestro escenario productivo», añadió Pérez Martínez.
Por su parte, Fidel Quintana, presidente de la UBPC ganadera Sábalo, en Guane, asumió estas acciones como un reto. «Es necesario dejar atrás viejas concepciones, trascender antiguos esquemas y comenzar con nuevos métodos de trabajo».
También los directivos reconocieron puntuales desafíos para los cuales deben prepararse. Juan Miguel Suárez García, administrador de la UBPC cafetalera La Paloma en La Palma, subrayó, por ejemplo, que «necesitamos asumir funciones nuevas como la gestión del combustible y los suministros agropecuarios, las acciones de comercialización, la asunción de los derechos y deberes de las relaciones contractuales directas y los convenios interempresariales.
«Como mismo hay felicidad porque dispondremos de nuestros recursos, también hay preocupación por lo que implica la autogestión de las UBPC. Las nuevas medidas llevan consigo un proceso de cambio en la mentalidad de quienes dirigimos estos sistemas productivos y no podemos fallar», agregó Suárez García.
En la UBPC ganadera Desembarco del Granma, de Santa Clara, una de las que sobresale a nivel de país por sus logros en materia de producción y rentabilidad, también sus directivos y miembros se interesan en cómo estas modificaciones les abrirán nuevos caminos.
El administrador de la Desembarco del Granma, Israel Aguilar Pérez, compartió el criterio de que la autonomía y la independencia productiva se ganan produciendo y buscando cómo incrementar los resultados.
Subrayó además que cuando se fundó esa entidad, más del 38 por ciento del área total de la unidad estaba cubierto de marabú, y ya en el 2012 felizmente han logrado librarse por completo de la plantación. Igualmente han incrementado los volúmenes de leche durante 12 años consecutivos. Y si bien en 1993, el año fundacional, solo acopiaban 385 000 litros, en este año ya andan por mucho más del millón de litros.
Aguilar Pérez sostuvo que la mejor fórmula es trabajar intensamente, respetando todo lo reglamentado.
Proceso de cambio
Según Juan Miguel Suárez García, de la UBPC cafetalera La Paloma, en Pinar del Río, el cambio debe partir de un buen diagnóstico para lanzar nuevas estrategias de trabajo y un reglamento interno viable que le permita al directivo cumplir con lo que está establecido.
En tal sentido, Miguel Rodríguez, director de Atención a la base productiva en la Delegación Provincial del Minag, recalcó que se labora en la capacitación de 575 trabajadores vinculados a la dirección para desarrollar todo el proceso. «Es necesario lograr toda la participación de los trabajadores implicados en el proceso productivo y el cumplimiento de los documentos rectores, para no dar paso a otras equivocaciones».
También se labora en la organización, trabajo y adiestramiento de los equipos económicos de las UPBC en temas relativos a las contrataciones, la comercialización, y las formas de distribución de las utilidades, en correspondencia con el respaldo financiero que tenga cada instancia.
Su homólogo en Villa Clara, Miguel Pérez Rodríguez, coincidió en que lo más importante a partir de este momento será una correcta y oportuna capacitación, proceso que ya se perfila a todos los niveles igualmente en este territorio.
De acuerdo con Pérez Rodríguez, desde este lunes 24 y hasta el próximo 28, se desarrollará un seminario de preparación con todos los directivos de las UBPC, con vistas a que se entienda lo que acontecerá y corresponde hacer, y para que el conocimiento fluya hasta el último miembro de estas unidades cooperativas.
«La capacitación se impone ahora como algo extremadamente necesario y útil para evitar malentendidos y dudas en la práctica, mucho más si se toman en consideración las nuevas posibilidades de contratación y comercialización que se abren, pero que al mismo tiempo exigen una mayor cultura de la planificación y un pensamiento más estratégico al decidir», destacó.
Por ejemplo, agregó, con las nuevas medidas, el plan de la economía quedará desagregado hasta la propia UBPC, lo que implica que los directivos y asambleístas de las entidades, de conjunto, desarrollen una gestión bien pensada, que se traduzca en un mayor control y en contrataciones objetivas y pertinentes.
Carmelo Pérez Martínez, de la UBPC Los Guerrilleros en Pinar del Río, resumió el momento actual: «Ya tenemos lo deseado, ahora queda ser ágiles e inteligentes y poner en correcto funcionamiento lo establecido».