Representantes de las nuevas generaciones sostuvieron los retratos de cubanos que murieron por el ensañamiento imperial. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:14 pm
A las diez de la noche en el Monte de las Banderas de la Tribuna Antiimperialista José Martí solo se escuchaba el batir de los 138 estandartes luctuosos, estremecidos por el aire del mar, y que allí estaban en tributo a todas nuestras víctimas del terrorismo de Estado, lanzado hace tantos años contra Cuba por sucesivos gobiernos estadounidenses.
Y al pie de esas banderas símbolos, estaba el primer grupo de jóvenes y estudiantes que dieron comienzo a la vigilia patriótica y revolucionaria, con la cual esperaron este 6 de octubre, Día de las víctimas del terrorismo de Estado. Sostenidos por esas manos llenas de vida, 138 rostros de cubanos que murieron por culpa del ensañamiento enemigo recordaron a todos que este pueblo sostiene su lucha en la memoria más leal y profunda.
Cada 20 minutos un grupo de muchachos entregaba los retratos a otro que llegaba. Y en ese traspaso había otro símbolo: la voluntad de defender la nación seguirá perviviendo. Es una causa compartida por todo el pueblo, y todos los presentes en el tributo de este miércoles.
De eso habló para nuestro diario el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón de Quesada, quien sintió que había sido un honor participar en la primera guardia, y sostener el retrato de Manuel Ascunce Domenech: «Nuestro gran poeta Cintio Vitier dijo en una ocasión que la fuerza de nuestra resistencia estaba en asumir su historia. Creo que esta vigilia, llevada a cabo por muchachos y muchachas que no habían nacido hace 35 años —cuando ocurrió el crimen de Barbados—, está enviando un mensaje al mundo: nuestro pueblo no va a olvidar».
Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la UJC, definió la trascendencia de la vigilia como una prueba de que los jóvenes, junto su pueblo, no cesarán de reclamar justicia por nuestros Cinco héroes, y por todas las víctimas de una política obcecada.
Dijo además que la historia no es algo que pasaremos por alto. Fue lo que expresó también, emotivamente y al filo de la medianoche, el joven Camilo Rojo Morales, nieto de Jesús Rojo Quintana, una de las víctimas del cruel sabotaje de Barbados: «Ratificamos hoy que nuestro compromiso con los héroes y mártires de la Patria, es luchar siempre por la Revolución y el Socialismo».
Al terminar la vigilia las banderas luctuosas fueron cambiadas por estandartes patrios, izados a media asta, como en todo el archipiélago, en señal de que la resistencia es tributo y también lucha.