Entre las fortalezas de la llamada industria sin humo en en el archipiélago cubanos se encuentran sus riquezas naturales e históricas y la preparación de sus recursos humanos. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:05 pm
CAMAGÜEY.— El Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba 2008 correspondió al estudio Procedimiento para la planificación y gestión integral del desarrollo turístico sostenible a escala local en Cuba, de la Doctora en Ciencias Económicas María Elena Betancourt García y un colectivo de autores, integrado por especialistas de diferentes universidades del país.
La directora y fundadora del Centro de Estudios Multidisciplinarios del Turismo, ubicado en la Universidad de Camagüey, y con cerca de una década de trabajo ininterrumpido, dirigió la concepción de esta estrategia integral. La misma evaluó que la carencia de instrumentos en la escala local para la planificación y gestión del desarrollo turístico sostenible, unido a la complejidad que entraña un sistema de ese tipo, emergen como barreras que impiden el aprovechamiento óptimo del turismo en el desarrollo de las localidades en Cuba.
En conversación con JR aseguró que «una estrategia turística que tenga como esencia el desarrollo local, constituye una de las vías seguras y efectivas para transformar la comunidad y elevar la calidad de vida de la familia cubana».
—¿Considera que su investigación esclarece conceptos generales para lograr el desarrollo local?
—La investigación es un instrumento del cómo deben establecerse las relaciones de los agentes que participan en el desarrollo del destino turístico y su entorno local, y para la toma de decisiones. En ella se plantea la perspectiva de la escala local a nivel más amplio, y se demuestra que para lograr ese desarrollo en la base sostenible, el camino que se debe seguir es el de la integración de todos los elementos que interactúan alrededor del destino turístico. A la vez refiere que esa sostenibilidad solo puede alcanzarse desde el territorio que asume la inversión, cuando este es capaz de producir, en su mayoría, los insumos y recursos que demanda esta actividad, y garantizar incluso hasta la fuerza de trabajo.
«El aporte radica en que diseña un procedimiento metodológico adecuado a las particularidades de la economía cubana, con una planificación centralizada que agrupa a los implicados.
«Con los argumentos expuestos respecto a la importancia de los proyectos de desarrollo turístico, por su capacidad para producir altos ingresos en divisas, se evidenció que estos no generaban elevados desarrollos locales.
«El turismo es más que una simple actividad económica; es más que ese conjunto de empresas dedicadas a la prestación de servicios relacionados con los viajes y las facilidades que se otorgan al visitante, lo cual ha contribuido a la generación de empleos y a la captación de divisas en los lugares donde se desenvuelve».
—Desde su experiencia investigativa ¿cuáles serían los elementos claves de la gestión turística?
—La integración de los objetivos propuestos por la actividad turística con otras políticas de desarrollo de la localidad; la coordinación de todos los agentes que intervienen en la actividad; la optimización de los beneficios económicos, ambientales y sociales, y el escenario institucional y organizativo para el desarrollo del plan, con la participación de la población residente desde la formulación de los objetivos del desarrollo.
—El nuevo procedimiento para la planificación y gestión integral resulta determinante para emprender el desarrollo turístico sostenible a escala local en Cuba…
—Sí, porque le otorga al territorio un papel preponderante en la planificación y gestión de su propio desarrollo, a la vez que particulariza dentro de este lo que corresponde a cada destino turístico, comunidad o empresa que lo conforma, enfoque atemperado a la actual transformación que se establece en el modelo cubano. Esta realidad viabiliza el procedimiento, porque les da mayor autoridad y poder de decisión a las autoridades en la base.
—¿Debe asumirse por las autoridades a ese nivel un enfoque integrador?
—Integrador y participativo, porque incluye en esas transformaciones a la población del destino turístico. El estudio se sustenta sobre una filosofía de consenso, coordinación y cooperación, en el que justamente el mejor indicador de su viabilidad lo constituye el grado de compromiso de todos los agentes implicados, ya sea población residente, turistas, empresarios turísticos, locales, y el Gobierno.
«La filosofía desde la sostenibilidad requiere de una integración “interna” entre todas las entidades y empresas del sector turístico en el destino; y de una integración local “externa” que garantice relaciones de cooperación y coordinación entre todas las instituciones, organismos y empresas implicadas en el desarrollo turístico».
—La implementación de la nueva metodología impone con urgencia el cambio en la mentalidad de los actores…
—Esta urgencia parte de la condición de que los visitantes poseen, en su mayoría, una cultura acerca del cuidado del medio ambiente y de lo que significa su sostenibilidad. Si no somos competitivos a partir de esta, el destino turístico nunca se venderá como debiera, y su impacto no será igual en lo económico, social y medioambiental.
—¿Cuáles impactos deben esperarse de esta estrategia?
—Primero, la aprehensión del equilibrio de las interrelaciones entre las tres perspectivas priorizadas: lo económico, lo social y lo medioambiental, que tiene que ser implementado en los destinos turísticos.
«La población residente debe ser consciente de cuidar hoy, para que el hombre y mujer del mañana también tengan lo que heredaron; pero si hoy no percibe frutos tangibles, ¿cómo comprende y cuida esos valores? Esta interrelación hay que entenderla e implementarla en el contexto del destino turístico, nunca fuera de él, porque se corre el riesgo de interpretarlo y materializarlo inadecuadamente.
«Internacionalmente los resultados del desarrollo turístico son tangibles en el aspecto económico, pero al analizar lo local ya se expresan contradicciones, porque sus impactos en la comunidad y en sus residentes no son tan positivos ni tan palpables.
«En el mundo, las estadísticas reflejan que cuatro de cada cinco dólares que entran al destino turístico en los países subdesarrollados, se fugan hacia el exterior a causa de las importaciones.
«Las grandes transnacionales del turismo surgidas de fusiones de aerolíneas, empresas hoteleras, restaurantes… manejan todos los servicios del sector en el mundo. Ante esa gran globalización, ¿cómo puede insertarse la localidad como un destino turístico a nivel mundial? El cambio de mentalidad en los actores tiene que estar dirigido para superar este fenómeno globalizador.
«Aquí radica el reto de Cuba y del enfoque acerca de las opciones del turismo en la localidad, que tienen que ser vendidas. De ese cambio de mentalidad en los actores depende en gran medida su comercialización. Ante esta realidad hay que preguntarse: ¿Qué puede ofertar lo local que guste y tenga calidad? Aquí desempeñan un rol especial los valores del territorio, su gente, sus costumbres, tradiciones e identidad, que los diferenciarán».
—¿Cuál sería el primer elemento para lograr ese cambio de mentalidad?
—Definir un ente-gestor responsable, que integre ordenadamente a todos los implicados en el desarrollo de la actividad turística. En Cuba sería el Gobierno de cada localidad.
—¿Qué relaciones deben establecerse entre todos los implicados?
—El turismo es una actividad social humana que manifiesta un comportamiento complejo, por lo que debe ser abordado desde una concepción interdisciplinaria y transdisciplinaria, en tanto implique a todos los actores. Los residentes de la comunidad tienen que participar y dar sus criterios; por eso es participativo y social.
«En el mundo, todos los implicados se ponen de acuerdo: hablamos de restaurantes, museos, hoteles, tiendas comerciales… que a la llegada del turista todos están abiertos. Son experiencias que deben ser retomadas por quienes en Cuba tienen el reto de desarrollar destinos turísticos de calidad, diferentes y especializados; por eso la importancia del ente-gestor, que es permanente».
—¿Se refiere la investigación a cuál debe ser el aporte de la localidad?
—Para la planificación debe haber una integración vertical, la que determina el país; y otra horizontal, la que se origina desde la localidad, ambas integradas. El país puede y de hecho tiene una intención hacia el desarrollo turístico en Camagüey; pero ¿quién conoce más a Camagüey que los camagüeyanos..?, y así en todas las ciudades del país.
«Es de extrema importancia explotar los recursos endógenos, con la implementación de redes productivas territoriales, y el aprovechamiento o reciclaje de todos los recursos que puedan ser reutilizados.
«El dólar se multiplicaría cuantas más veces logre recircular en la localidad; por lo tanto ya no sería un dólar, sino uno multiplicado tanta veces como circuló dentro del territorio».
—¿Cuál sería el reto de Cuba, que tiene en el turismo un pilar para el desarrollo de la economía en su conjunto, y que por sus condiciones sociales tiene más posibilidades de enfrentar los efectos negativos que este genera colateralmente?
—El reto del país está en cómo lograr insertarse en ese mundo turístico globalizado, especializado y de calidad. Cuba tiene que asumir desde su cultura, desde su localidad, lo diferente, lo participativo, lo social, lo medioambiental; y desde lo económico, la integración de todos los actores, incluyendo a la comunidad y sus habitantes, para imponerse como destino turístico preferencial.
—¿Y en cuanto a Camagüey?
—Sus valores patrimoniales, recursos naturales endógenos y su ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, la ubican en un lugar privilegiado. Hay que prepararse con la filosofía de la integración y la sostenibilidad; debemos ser capaces de enfrentar el reto.
—Esta investigación, premio de la Academia de Ciencia de Cuba 2008, aglutina varias tesis de doctorados, maestrías y trabajos de diploma realizados desde la Universidad de Camagüey. ¿Debe la universidad cubana fortalecer este tipo de proyecciones?
—La universidad cubana comenzó hace más de dos décadas a desarrollar sus propios conceptos de desarrollo local, a partir de las experiencias que ya se conocían en el mundo.
«Sin embargo, hay que profundizar en esos estudios desde las ciencias, porque aún hay una teoría por hacer acerca del desarrollo local en Cuba y sus potencialidades, y porque en la práctica es necesario transformar la comunidad y con esta mejorar la calidad de vida de la familia.
«El modelo económico actual del país establece acciones descentralizadoras de la economía y de las actividades que en este se establecen; por lo tanto, en cómo desarrollemos la localidad se expresa el reto de Cuba.
«Sería imperdonable que en una localidad existan posibilidades de desarrollar proyectos locales y no se sepa cómo hacerlo. Aquí entra en acción el papel determinante de las ciencias. Se convierten entonces las universidades y sus centros de estudio en un gran instrumento para la implementación de ese desarrollo local cubano.
«Hay que fortalecer y consolidar la relación universidad-empresa. ¿Qué objetivo cumpliría crear un proyecto que nadie use? Por eso es importante también que las empresas cumplan su rol de aplicar los resultados científicos y el que estos sean respetados. Hubo y hay de ambos lados, porque la universidad se acostumbró a realizar ciencia sin tener dónde aplicarla, y la empresa a engavetarla, porque tampoco le costaba un centavo.
«Hay que eliminar concepciones arraigadas en el país acerca de sistemas de trabajo basados en la sectorización de las empresas, que no asimilan la integración como parte de la dinámica del trabajo».