MANZANILLO.— Con flores y un conversatorio sobre su vida y obra, fue homenajeado este sábado el líder sindical cubano Jesús Menéndez, asesinado en esta urbe de la oriental provincia de Granma el 22 de enero de 1948.
A 63 años del crimen, perpetrado por órdenes del imperialismo norteamericano y la oligarquía en el país, pobladores, combatientes de la Revolución Cubana y trabajadores azucareros evocaron las hazañas del mártir, reconocido como el General de las cañas.
También colocaron una ofrenda floral ante el monumento erigido en la terminal ferroviaria de la ciudad, donde Menéndez fue baleado por la espalda, a manos del sicario Joaquín Casillas Lumpuy, capitán de la guardia rural bajo el gobierno de Ramón Grau San Martín.
El tributo se extendió, además, al local del antiguo sindicato Fraternidad del Puerto, donde se realizó la autopsia al cadáver del ejemplar luchador, una de las figuras más relevantes del movimiento obrero de la Isla en el siglo XX.
Hijo de una humilde familia negra, Jesús Menéndez nació el 14 de diciembre de 1911 en la zona de Encrucijada, en la otrora provincia de Las Villas, y laboró como vendedor ambulante, machetero, retranquero y purgador de azúcar.
Líder indiscutible de los azucareros, fue ejemplo de vinculación con las masas, honradez, decoro, modestia, dignidad, disciplina y firmeza.
Una de sus mayores proezas fue la lucha por el diferencial azucarero, cláusula comercial que permitió a Cuba vender azúcar a los Estados Unidos en 1946 y 1947, con ingresos adicionales de 177 millones de dólares, 129 de ellos para los trabajadores.
También ganó batallas como la creación del retiro azucarero, la participación de técnicos y obreros cubanos en las negociaciones de zafra, y aumentos de salario para proletarios de los sectores ferroviario y marítimo.
Militó en el primer partido comunista de Cuba, y fue asesinado como parte de una ofensiva anticomunista y antisindical impulsada en toda América por los gobernantes de Estados Unidos, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.