Fernando cumple 47 años este 18 de agosto. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:00 pm
Fernando amanece en su cumpleaños 47. Aunque la rutina intente ser la misma que en cualquier otra jornada de los últimos 11 años, será solo para los carceleros, pues no pocos seres humanos en todo el planeta lo acercarán a sus espacios más disímiles e íntimos en esta jornada: un modo de hacer desaparecer los barrotes, de saldar una deuda vital. A fin de cuentas, el que millones de cubanos puedan celebrar sus cumpleaños, está ligado a su sacrificio, al de los Cinco.
Seguro, como cada 18 de agosto, su madre, Magali Llort repartirá el cake con sus hermanas y sobrinos, tal vez se enjugará la traviesa lágrima, esconderá la nostalgia y anotará las incidencias del día en que lo trajo al mundo.
Él, si la «injusticia» norteamericana no lo tuviera tras las rejas por luchar contra el terrorismo, tendría miles de planes. Tal vez daría un paseo largo por la ciudad, brindaría con sus amigos… quizá solo querría quedarse en casa, abrazado a los suyos.
Lo cierto es que sobran las razones para ese optimismo empecinado que ellos —Gerardo, Antonio, René, Fernando y Ramón— nos han enseñado. No solo porque la fecha se convierte en un buen pretexto, sino porque el solo hecho de que le nazcan a esta tierra seres de tan extraordinaria naturaleza, bastaría para la fiesta.
Durante cada segundo de estos años de encierro por nosotros, ellos nos han dado una permanente lección de amor. Es bueno pensar que este día, mientras allí pretenden que sea un día normal, fuera de los barrotes, de la frontera, incluso del hemisferio, miles de hombres y mujeres pensarán a Fernando, lo harán venir. Desearán y trabajarán para que un día, no muy lejano, deguste el cake con su familia, desande La Habana, se abrace a los suyos… cumpla, por fin, sus planes de cumpleaños.