La meta del trabajo ideológico va más allá de que los cederistas donen sangre o recojan materias primas. El verdadero propósito es lograr que, a partir de la conciencia, haya una renovación en el actuar de los seres humanos. Resultó ese uno de los principales conceptos compartidos este sábado durante el II Pleno de los CDR.
En la Escuela Nacional de Cuadros de los CDR 28 de septiembre, ubicada en la capital, donde confluyeron dirigentes cederistas de todas las provincias, tuvo lugar el encuentro cuyas intervenciones lograron parecerse en riqueza e intensidad a los días que vive el país, y cuyo hilo central fue la certeza de que la lucha en el terreno de las ideas, el combate a pensamiento, son el corazón y el sentido mismo de los Comités.
En un punto de la agenda concerniente a la «valoración de la estrategia del trabajo político-ideológico de los CDR para incidir en la invulnerabilidad de la Revolución», los delegados aportaron análisis alusivos a la necesidad de multiplicar las buenas experiencias; de agotar las posibilidades en la comunicación familia por familia y persona por persona; tener siempre la voluntad de sumar, de ser frescos, creativos; beber de nuestra historia; y entender que es un verdadero reto convocar y motivar con profundidad.
El II Pleno —que tuvo como pórtico ratificar la solidaridad con nuestros cinco compatriotas—, también dedicó tiempo al tema del ahorro de la energía eléctrica, con motivo del cual más de una mirada apuntó a la enorme reserva que Cuba tiene en el uso racional de sus recursos, incluida la inteligencia colectiva. Igualmente se habló de la batalla contra la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, como contienda permanente que no se gana con impulsos ni campañas.
Sobre este último tópico, quedó claro que si en una barriada se producen ilegalidades, es porque allí, entre otras causas, los CDR tienen problemas de funcionamiento. Y se enumeró la lista de manifestaciones que deben enfrentar los revolucionarios como el robo, la vagancia, la elaboración clandestina de ciertos productos, el irrespeto a los demás cuando se pone música a todo volumen, u otras indisciplinas como no cuidar los ómnibus o no querer pagar el pasaje.
Sobre la guardia cederista, Juan José Rabilero, coordinador nacional de los CDR, recordó que ella es una «obligación moral» de todos lo que pertenecen a la organización, por lo cual nadie, tenga el oficio que tenga, está exonerado de ese deber. Es algo, resaltó, que debe llevar una reflexión detenida con quienes así no lo vean.
Diversas experiencias fueron dadas a conocer durante el análisis referido a la producción de alimentos y la reforestación. En una jornada cuya amplitud no cabe en estas líneas, se coincidió en dar pelea por la siembra de árboles frutales y maderables, incluso de plantas medicinales, allí donde sea posible.
Al respecto, el Coordinador Nacional de los CDR exhortó a que cada municipio y Consejo Popular forme sus destacamentos de reforestación para acrecentar un movimiento popular que ponga su mirada en la tierra.
Especial momento tuvo lugar cuando se dieron a conocer los resultados de la emulación cederista en este, el año 49 de los Comités. Cienfuegos mereció la distinción de vanguardia. Destacadas han sido las provincias de Granma, Matanzas, Guantánamo y el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Rabilero ponderó, además, los resultados que Ciudad de La Habana viene alcanzando en frentes como la donación de sangre, la recuperación de materias primas y el trabajo en la agricultura urbana.