Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Se pudo mucho; se puede más…

La evaluación de este verano no es una agenda que se cierra, sino punto de partida en pos de mejorar nuestras vidas

Autor:

Alina Perera Robbio

A pesar de los limitados recursos materiales que la Isla pudo tener a mano, y de un escenario complejo, marcado por pandemias e incertidumbres planetarias, los cubanos sintieron que julio y agosto ofrecían múltiples modos y ámbitos para el esparcimiento.

Habernos recreado contra viento y marea, a pesar de toda adversidad, tiene que ver con el esfuerzo desplegado, especialmente en la base, por las instituciones y organismos responsabilizados en brindar opciones a la gente. Pero sobre todo es fruto de un trabajo cohesionado, que veló por aprovechar al máximo las reservas disponibles, incluidas las intelectuales.

Tal valoración, y la certeza de que será sabio no desperdiciar la experiencia acumulada, pusieron el tono a la Comisión Central del Verano que este miércoles realizó la evaluación de la temporada estival del año 2009, y en la cual el vicepresidente del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández, expresó que «esta vez se fue más racional en todo cuanto se hizo; hubo mayor organización; y prevaleció la voluntad de llevar hasta la base cada idea concebida, con independencia de que los resultados no hayan sido los mismos en todos los lugares».

El también miembro del Buró Político compartió su impresión de que se trabajó mejor en divulgar las actividades de estos meses, a partir de una integración superior de los medios de comunicación masiva, cuyo principal logro fue un reflejo de lo realizado en el país, donde estuvo presente la crítica a lo que no se hizo bien.

Tampoco pasó por alto la eficacia nacida de la alianza entre entidades como el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y el Ministerio de Cultura, así como la labor desplegada por los instructores de Arte.

«Hubo mayor integración, y eso hizo que los resultados fueran mejores, independientemente de que los recursos materiales hayan sido limitados», resaltó Esteban Lazo, quien además destacó la importancia de extender y aplicar lo aprendido durante este verano, al resto del año, incluso a los meses siguientes, porque «la calidad de la recreación tiene mucho que ver con la calidad de vida de los seres humanos».

El Vicepresidente cubano pidió no ver esta temporada como algo que termina, sino como un suceso de mayor hondura: una garantía de desarrollo de la vida espiritual de las personas. «Es necesario evaluar esta etapa de esfuerzos —dijo—, pero esa valoración también debe ser punto de partida con vistas a lo que podemos seguir haciendo por la vida, por el fortalecimiento cultural del pueblo».

El primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Julio Martínez Ramírez, resaltó cómo el propósito de convertir el verano en un tramo con el mayor número de satisfacciones posibles, fue prioridad de primer orden para todas las fuerzas implicadas, las cuales contaron con la orientación clave del Partido.

«Ciertamente lo que marca la diferencia de estos meses —comentó—es que hubo mayor organización y rigor. Y lo otro distintivo fueron los análisis realizados a partir de las opiniones del pueblo, con la premisa de que cada inquietud debía tener respuesta, lo cual, sin dudas, perfeccionó los métodos de trabajo de los organismos responsables».

De ahora en adelante…

Según reflexionó Esteban Lazo, la etapa que ya estamos viviendo debe implicar un trabajo acorde con la prominencia de las tareas docentes, por parte de las instituciones y organismos que integran la Comisión Central del Verano, grupo que seguirá trabajando aunque sus encuentros sean más espaciados.

El Vicepresidente cubano aludió a la escuela como el ámbito hacia el cual deben dirigirse ahora los principales esfuerzos. Hizo énfasis, además, en el rol que pueden y deben desempeñar los instructores de arte y los artistas aficionados, así como las Casas de Cultura. Sin abarrotar espacios ni sobrecargar a las personas con exceso de actividades —enfatizó—, debe lograrse mantener lo ya hecho.

Sumando aristas al análisis, Esteban Lazo habló de aprovechar la creatividad y la inteligencia en todos los lugares de la Isla, lo cual posibilite desarrollar actividades necesarias, y a la vez evite gastos que el país no puede hacer ahora. Las escuelas, sugirió, podrían utilizar más la riqueza de los museos.

«La recreación —dijo— tiene que servir para sembrar conocimientos, para fomentar valores espirituales como la solidaridad y el sentido de la unidad entre las personas. Porque recrearse va más allá de un espíritu festivo: es un modo de vivir».

Metas que siguen en pie

Nadie que quiera hacer justicia pondría en duda que la agenda de opciones, durante este verano, fue extensa y diversa. Las presentaciones de libros, por ejemplo, han sido todo un suceso, como también lo fueron los más de 6 000 bailables y las más de 25 000 presentaciones artísticas vividas a lo largo y ancho del país. O la concurrencia al Malecón habanero, o la programación ofrecida al pueblo a través de la Televisión.

Y justamente porque no quedó una sola punta de la realidad nacional que no fuera alistada para darlo todo en función del verano, ahora pueden verse claro las metas que van quedando en pie. Con razón se hacía referencia este miércoles a la necesidad de pensar en cómo satisfacer mejor la demanda popular de productos como jugos, refrescos y helados, tan necesarios en todas las épocas del año.

Habrá que seguir desplegando esfuerzos en optimizar el sector de la gastronomía y los servicios; en mantener la exigencia por la salud de nuestras playas; en seguir mejorando el transporte; en llegar con opciones recreativas a un número cada vez mayor de municipios y Consejos Populares; en divulgar, todavía más, cada oferta del país…

A fin de cuentas, como se expresó durante el encuentro, el tema de la recreación lo atraviesa todo, tiene que ver con todo en el mapa social, y entraña un asunto estratégico: la defensa de una ideología diferente de la lógica del capitalismo; la ponderación de una filosofía según la cual la suerte de los demás, y no solo la nuestra, importe.

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