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GUANTÁNAMO.— Clío, la musa de la Historia en la mitología griega, ha decidido retornar de su olímpico paseo por el conocimiento de la humanidad. Desde septiembre se hará más presente en los acontecimientos que fundaron la nación cubana.
Ese regreso, que significa la introducción de la asignatura Historia de Cuba en séptimo, octavo y décimo grados, además del primer año de la enseñanza técnico-profesional, centra una parte de las expectativas del venidero curso escolar, avizorado por Ena Elsa Velázquez, ministra de Educación, como de enormes retos para la educación cubana.
Profesores más preparados y experiencias de armonía entre la historia del terruño y la nacional serán aprovechados en el Instituto Superior Pedagógico de Guantánamo, asegura el Máster en Ciencias de la Educación Héctor Sosa de la Cruz, responsable de Historia en la institución.
«En los últimos períodos lectivos potenciamos ese vínculo necesario con los acontecimientos de cada municipio, a partir de la introducción de metodologías y resultados de investigaciones de varios docentes, cuyas tesis de maestría se implementan en los programas de estudio de la especialidad.
Es apreciable el alto nivel de apropiación del conocimiento sobre acontecimientos y efemérides locales por parte de alumnos en varios territorios, entre estos Yateras e Imías, encomió Sosa de La Cruz, quien es parte del colectivo que creó hace más de tres años el software Un mundo mejor es posible, de la Colección Futuro.
El soporte digital recrea interactivamente los pasajes principales de la historia cubana desde la etapa colonial hasta la Revolución en el poder. Es una herramienta muy útil para distinguir los hechos y efemérides que son ineludibles en la memoria guantanamera, como el desembarco de Martí, Gómez y un grupo de patriotas por Playitas de Cajobabo, el 11 de abril de 1895, y el alzamiento mambí en La confianza, el 24 de febrero de 1895, enumeró el pedagogo.
«En los exámenes de ingreso a la educación superior, por ejemplo, la eficacia de los optantes de 12 grado se ha elevado de un 73 por ciento hasta más del 86 por ciento, indicador que grafica el rescate de la motivación y el interés por la historia», afirmó el también profesor auxiliar.
Tal aprendizaje no es posible únicamente desde las aulas, alertó el académico, quien acumula 37 años de experiencia. «Se requiere además la aplicación de programas de visitas a sitios históricos e intercambios con combatientes y personas que son aún leyenda viva de nuestras comunidades, capaces de hacer mucho más interesante cualquier relato».
