Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Razones de una solidaridad sin fronteras

Tenemos que dar a conocer que los terroristas Posada Carriles y Orlando Bosch están libres en EE.UU, aseveró el activista sudafricano Clever Banganayi

Autor:

Jorge L. Rodríguez González

«Mi papá era un jardinero, por eso soy comunista.

«Mi mamá era una criada, por eso soy comunista».

«Recuerdo mucho de mi etapa estudiantil aquí, pero lo que más tengo presente es el amor que sienten los cubanos por África», expresó Clever Banganayi. Foto: Jorge Luis Baños/AIN En un principio el canto era muy local, pero en un instante se universalizó y la letra era canturreada por un grupo creciente que representaba un crisol de culturas. El español, el inglés y hasta el francés se mezclaban con lenguas nativas sudafricanas. Bailando y cantando, integrantes de la Brigada Internacional 50 Aniversario de la Revolución, reunidos en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, en el municipio de Caimito, expresaban su solidaridad con Cuba y defendían la idea de construir, con todas las manos, un mundo distinto al que hoy impone un centro hegemónico.

«Es una canción popular que los guerrilleros cantaban durante la guerra en Sudáfrica», cuenta Clever Banganayi, jefe de 24 de sus coterráneos que integran el contingente internacional que durante su estancia en nuestro país, hasta el día 18 de octubre, realizará jornadas de trabajo voluntario en la zona oriental de la Isla.

El joven Clever, también vicesecretario de la Asociación de Amistad con Cuba en Sudáfrica —una de las más fuertes en su continente—, nos dice que la organización se encuentra enfrascada en la constante denuncia del bloqueo económico impuesto por Washington a la Mayor de las Antillas desde hace casi 50 años, así como de la injusticia que comete ese gobierno contra Ramón, René, Gerardo, Antonio y Fernando, presos en Estados Unidos desde hace diez años por proteger a su pueblo de los actos terroristas organizados por grupos mafiosos de la ultra derecha anticubana radicada en Miami.

«El 28 de noviembre próximo vamos a realizar una marcha frente a la embajada de EE.UU. en nuestro país, para exigir la libertad de los Cinco. En la manifestación participarán el Partido Comunista, el Congreso Nacional Africano (ANC) —partido que está en el poder—, los trabajadores sudafricanos y las asociaciones de amistad con Cuba, que son los sectores que conocen bien el caso», adelanta el activista sudafricano.

«Aún tenemos que buscar la forma de influenciar a los medios capitalistas para que hablen sobre los Cinco y las actividades que hacemos por la libertad de estos hombres. La prensa de la izquierda sí difunde el caso, pero no es muy popular, la gente compra más los periódicos de la derecha que tienen mucha publicidad», precisó Banganayi, quien también se refirió a las celebraciones de efemérides cubanas como la del Día de la Rebeldía Nacional, el 26 de julio, que realizan junto a los cooperantes cubanos que se encuentran en la hermana nación brindando sus servicios.

También nos comentó que otra de las denuncias del movimiento solidario sudafricano es el atentado contra la nave civil cubana número 455 en Barbados, el 6 de octubre de 1976, cuya explosión en pleno vuelo causó la muerte de 73 personas de diferentes nacionalidades, y cuyos responsables, Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, no han sido procesados por la justicia norteamericana.

«Estamos haciendo esta campaña para que en Sudáfrica se sepa que en EE.UU. se encuentran libres estos terroristas, y que Posada Carriles debe ser extraditado a Venezuela para que enfrente sus crímenes».

Banganayi, que ya visita por tercera ocasión a Cuba, afirma encontrarse en su segunda casa. Desde 1991 hasta 1996 estudió en la Isla de la Juventud la Licenciatura en Química para impartir clases de ciencias en su país. Su aporte ha sido valioso en el período de reconstrucción de su patria, luego de que en 1994 fuera derrotado el régimen racista del apartheid, que durante decenas de años marginó a la población negra de derechos humanos como la educación.

«Recuerdo mucho, mucho de mi etapa estudiantil aquí, pero lo que más tengo presente es el amor que sienten los cubanos por África. La Revolución nos dio a todos la posibilidad de convertirnos en personas multifacéticas para que al regresar a nuestro país pudiéramos trabajar en cualquier lugar. Ahora yo no estoy ejerciendo como profesor de Química, sino como ingeniero. Y eso es gracias a los conocimientos que adquirí aquí».

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