Integrantes del Batallón de Ingenieros de la Región Militar de Guantánamo libran una batalla contra los escombros. Foto: Leonel Escalona BARACOA, Guantánamo.— Con los malos presagios del temible Ike rondando el mapa de Cuba, el soldado Jorge Luis Navarro Ductog dormía con un ojo abierto y otro cerrado. Aquellas advertencias de Rubiera pusieron todos sus pensamientos en Baracoa, terruño que lo cobija hace 19 años.
Navarro no se sorprendió entonces cuando en la madrugada de este 8 de septiembre dieron la «alarma de combate» para el cumplimiento de una misión nueva, solidaria y humanamente gratificadora.
Allende La Farola, un desgarrador espectáculo de casas destruidas, árboles y tendido eléctrico en el piso, arena y cuanto escombro removieron las corrientes marinas, asaltó a los 35 integrantes del Batallón de Ingenieros de la Región Militar Guantánamo, movilizados para apoyar las tareas de recuperación en la primera capital que tuvo Cuba.
«Es más que un deber, un compromiso que asumimos con gusto. Fue impactante ver todo lo que la gente perdió. Creo que la solidaridad importa más que cualquier cosa», dice a JR este soldado, sin experiencia de este tipo, pero movido por humanas esencias.
«Hay muchísimo trabajo aquí, en las primeras 24 horas de labor recogimos casi 600 metros cúbicos de escombros, y solo en esta área donde estamos tenemos por delante unos 3 000 metros cúbicos de basura», afirma el teniente coronel Olmides Martínez Duani, jefe del batallón.
Refiere el oficial que hasta la primada desplazaron medios para el movimiento de tierra y traslado de recursos, entre ellos camiones de volteo, bulldózer, motoniveladora, equipo multipropósito, cargador frontal, rastra y pipa de combustible.
«Queda trabajo para ocho o diez días, pero estaremos el tiempo necesario, según lo requieran las autoridades baracoenses. De día y de noche lo daremos todo para sanear cuanto antes el malecón y que la gente pueda estar más tranquila.
«A pesar del duro golpe se aprecia la voluntad férrea de resistencia de los baracoenses», asegura este militar que tiene la experiencia de haber ayudado a pobladores de las montañas del municipio de El Salvador a recuperarse de las intensas lluvias de finales del 2007.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias apoyan también, con fuerzas y medios, en el traslado de materiales de construcción y otros recursos.