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Comisión ministerial da a conocer dictamen sobre accidente de tránsito ocurrido en Granma

La comisión del Ministerio de Transporte determinó que el responsable directo fue el chofer de la rastrabus (vehículo no ferroviario)

Autor:

Juventud Rebelde

Nombre de los fallecidos Nombre de los hospitalizados Desde su cama, en el hospital Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, Martha Pacheco Verdecia, una de las 25 personas que aún permanecen hospitalizadas, apenas recuerda que concluía su viaje en la próxima parada, a continuación de la línea férrea. Se aproximó a la puerta... luego el mundo se nubló.

«Observé que el tren nos venía encima; pero antes del impacto perdí el conocimiento. No sé realmente qué sucedió. Me vi minutos más tarde con el cuerpo adolorido, repleta de fango, cerca del río».

A Martha, simplemente, antes de la colisión, se le desconectó el cerebro de la conciencia interna o sensación sentida, algo que acontece cuando los seres humanos se ven expuestos a altos niveles de daño, estrés o experiencias dolorosas. Despertó, como otros viajeros de la rastra bus, cerca del río Yara, después que el tren Santiago-Manzanillo arrastrara el vehículo de pasajeros unos cuantos metros y lanzara varias de sus partes demolidas por un puente cercano.

Sin embargo, no lejos de su cama, Geovanis Palomino Guerra, con una fractura femoral, sí lo recuerda todo nítidamente: «La rastra bus se quedó parada en medio de la línea; vi el tren, sentí sus pitazos y al igual que otros pasajeros traté de tirarme por las ventanillas... pero no me dio tiempo».

Su testimonio, de cierto modo, se relaciona con las conclusiones a las que llegó una comisión especial del Ministerio de Transporte (MITRANS), la cual investigó exhaustivamente los hechos, y ayer hizo público su dictamen en Bayamo: la causa del accidente «estuvo dada por la interposición del vehículo no ferroviario (la rastra bus de pasajeros Bayamo-Campechuela) al paso del tren», un hecho cuyo responsable directo fue el chofer de la rastrabus.

El choque

En el transporte de pasajeros Bayamo-Campechuela viajaban entre 120 y 130 personas el sábado 6 de octubre poco antes del mediodía, cuando ocurrió el siniestro.

Según la comisión especial del MITRANS que indagó el percance, a la altura del paso de nivel La Mambisa y a un metro de la vía férrea, este vehículo hizo una parada momentánea; pero inmediatamente después continuó la marcha para detenerse en medio del paso a nivel.

Las causas de este alto en la línea aún no son precisas. Ni el propio chofer ha podido explicarlas. Lo cierto es que a esa hora circulaba, cumpliendo el horario establecido, el tren extra Manzanillo-Santiago, con dos casillas de carga y cinco coches de pasajeros.

Oscar del Toro Quesada, inspector general de transporte, al leer el informe de la comisión, explicó que en las pesquisas se confirmó que el tren realizó las señales sonoras. Y que, además, los miembros de ese equipo encargado efectuaron una inspección ocular al lugar de los hechos, tomaron muestras fotográficas y declaraciones a testigos e implicados, confeccionaron un croquis de la ubicación geográfica de la intersección y de los equipos accidentados y ejecutaron una inspección técnica a los coches y casillas involucrados.

Asimismo se realizó la prueba estática del sistema de freno de los equipos de arrastre y varias pruebas dinámicas (incluida una en el lugar de los hechos) y se observó en la locomotora accidentada que la manija automática estaba en posición de emergencia y la válvula independiente en su posición de frenado... El sistema funcionaba correctamente, con los parámetros establecidos, de acuerdo con el criterio de los expertos.

«Todos comprenderán que es imposible detener un tren instantáneamente. Este proceso de frenado dura varios segundos. Para que se tenga una idea: a la velocidad de 40 kilómetros en un segundo el tren puede recorrer 11,1 metros de distancia», señaló el experto.

Y aclaró que, por eso, el frenado de los trenes siempre ocurre de forma paulatina, a medida en que van perdiendo la presión de aire en el tubo de freno. De hacerlo bruscamente provocarían el tranque de los pares de ruedas y con ello afectaciones a la vía férrea y de seguro otro accidente.

En este caso el «caballo de hierro» se detuvo a 137, 54 metros del lugar del impacto. Por eso, en ese tramo, destruyó literalmente la rastra bus al colisionarla y empujarla, y afectó un puente férreo sobre el río Yara que se encuentra después del paso a nivel.

Eso explica por qué varios de los individuos accidentados cayeron cerca del afluente.

Los daños preliminares, según la comisión, ascienden a unos 13 822 pesos.

Medidas

Este no es el primer accidente ocurrido en Cuba en un crucero. El más grave de los últimos años acaeció en Urbano Noris, Holguín, lugar en el que en 1997 perdieron la vida 57 personas. Solo cuatro ciudadanos del vehículo chocado sobrevivieron al impacto con el tren.

La peculiaridad de aquel infortunio es que todos los fallecidos eran de ese municipio holguinero.

También se recuerda otra tragedia similar, aunque menor, en la provincia de Matanzas. Y hace varios meses, en el municipio granmense de Jiguaní, hubo otro choque entre un tren de carga y un vehículo que transportaba personas. Afortunadamente entonces no hubo pérdida de vidas.

Casi siempre los conductores de la carretera, confiados en que les dará tiempo a cruzar los rieles de la línea, se han visto impactados por los trenes.

Estos percances por imprudencias humanas han activado la alarma. Hay que proteger mejor los pasos a nivel del país, aun cuando todos estén señalizados. En la reunión en la que la comisión especial presentó sus conclusiones, Jorge Luis Sierra, ministro del Transporte, subrayó que en el futuro se instalarán barreras físicas en los 173 pasos a nivel existentes en la vía central.

Estas barreras se activarían automáticamente cuando el tren se encuentre a más o menos un kilómetro del cruce. De modo que los conductores de la carretera tengan delante un obstáculo real que impida atravesar la senda férrea.

«Actualmente solo 72 pasos a nivel en la vía central poseen barreras físicas; el objetivo es que los 173 mencionados las tengan. Y que en los 1 900 pasos a nivel de todo el ferrocarril cubano haya mayor seguridad», dijo el Ministro.

Pero mientras esas necesarias barricadas llegan es imprescindible que los choferes tomen verdadera conciencia del peligro. No se puede seguir pensando que los cruceros son jueguitos de niños.

De otra parte, los conductores de trenes no pueden olvidar que la vía férrea de la Isla no está como para andar corriendo a cien kilómetros, que sería una velocidad ideal. De hecho el Ministro de Transporte lo recalcaba ayer: el ferrocarril cubano es en estos momentos para una velocidad promedio de 40 kilómetros por hora.

Epílogo

Si hoy son 25 los hospitalizados —una cifra mínima si se tiene en cuenta la magnitud del choque y el número inicial de lesionados: 75—, es por la rápida respuesta de los vecinos del lugar, de personas de otros lares que acudieron presurosas a brindar ayuda, de las autoridades políticas y gubernamentales de Granma y del personal médico.

En un tiempo récord fueron trasladados a los centros asistenciales todos los heridos. Mientras, se hacían colas en los bancos de sangre para realizar donaciones voluntarias.

Inmediatamente, como explicó el doctor Wilfredo Ramírez Cordero, director del hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Granma, se activó todo el sistema. También recibieron apoyo de especialistas de Las Tunas.

Kioma Sariol, una de las que hoy puede contar la historia, dice que ahora está a salvo por las personas que la cargaron sin conocerla. «Y por supuesto, por los médicos maravillosos. Ellos me han traído a la vida. Ellos le han devuelto la sonrisa a unos cuantos».

Los fallecidos

Luis Enrique Chávez Mojena, Luciane Calá Vega, Mildre Urquiza Zamora, todos de Bayamo.

José Martí Pérez, Nicolás León Medel, Marelys Torres Verdecia, Juana Áreas Sánchez, todos de Campechuela.

Jorge Arévalo Bertó, de Guisa.

Eleida Rosales Pérez, Luis Enrique Rodríguez Rodríguez, Juana Montero Suárez, Fermina María Reyes Rodríguez, Lourdes Reyes Naranjo, de Yara.

Pedro Miguel Mesa Fonseca, María Belén Velázquez, Juana Milagro Zamora Sosa, Maikel Rivero Rosales, Pedro Isaac Pérez Velásquez, Liony Soto León, Andrés Rivero Montes de Oca, Bárbaro Aceo Pérez, María Elena Verdecia Rodríguez, todos de Manzanillo.

Tatiana Zamora Roselló, Yanelys Tejeda Muñoz, y Salvadora Áreas Roselló, todas de Bartolomé Masó.

José López Alarcón, de Media Luna.

Adoración Áreas Mejía, de Pilón.

Alberto Carrillo Domínguez, de Buey Arriba.

Rafael Castro Vázquez (falleció días después del accidente).

Los hospitalizados

Al cierre de esta edición estaban en el hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, reportados en estado crítico: José Camejo Sosa, de Buey Arriba y Osmani Blanco Rodríguez, de Bartolomé Masó; Yuleisis Mendoza Tamayo, de Manzanillo, se encontraba grave.

Geovanis Palomino Guerra (Bayamo),Kioma Sariol Martínez (Yara);Yanisel Pérez Bernal (Yara),Isabel Gutiérrez Brizuela (Bayamo) y Martha Pacheco Verdecia (Bayamo) se mantienen de cuidado.

Reportados de muy graves, en el hospital Celia Sánchez Manduley, de Manzanillo, se encontraban: Adelis Domínguez Figueredo, de Yara; Dunia Mojena Sánchez, de Campechuela; Jorge Luis Arévalo Rosales, de Guisa y Ana Torres Puebla, de Yara.

Según el Puesto de Mando del Sectorial de Salud Pública en Granma, están de cuidado, todos en salas de Ortopedia: Rolando Rosales Rodríguez, de Manzanillo; Luis Guillén Fonseca, de Manzanillo; Norlin Remón García, de Yara; Cristina Damayante Rodríguez, de Bayamo; Irene Aleaga Salazar, de Yara; Misleidis Barbán Leyva, de Ciudad de La Habana; Yudania Muñoz Torres, de Yara; Marbelis Roselló Álvarez, de Bartolomé Masó; Luis Castro Abreu, de Yara; Alis Dania Verdecia Torres, de Manzanillo y Pilar Rodíguez Castro, de Media Luna.

Los menores aún ingresados en salas del pediátrico manzanillero Hermanos Cordové son: Mélani Adán Mendoza, de nueve meses y Yaciel Viltres Mendoza, seis años, de Manzanillo.

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