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Campismo Popular propone dar un vuelco a la recreación

Incentivar el amor por la naturaleza y convertirse en paradigma de lo que puede ser el tiempo libre son algunos de los nuevos propósitos de esta opción recreativa

Autor:

Juventud Rebelde

¿Quén dijo que el dominó tiene que salpicarse de alcohol y discusiones? Fotos: Cortesía de Campismo Popular

Mucho más que sol y playa pretende ser el Campismo Popular en Cuba, que después de más de 25 años de creado se propone darle un nuevo vuelco a la recreación, para sin dejar a un lado su misión de incentivar el amor por la naturaleza, convertirse en paradigma de lo que puede ser el tiempo libre.

Si usted es de los que no ha aprendido a bailar casino, gusta del senderismo, excursiones históricas, leer un buen libro, ver una película o simplemente echarse a mirar la televisión bajo el refrescante zumbido de un ventilador, quizá deba ir al Campismo Popular.

Y es que este proyecto de la Revolución busca ofrecer a sus usuarios mejores comodidades y diferentes opciones de esparcimiento, pues si bien la demanda está todavía muy por encima de la oferta, lo que debe primar, según sus directivos, es la calidad en los servicios, afirma Eduardo Tirado Castillo, presidente del Grupo Empresarial Campismo Popular.

Con TV y fresquito

Más de 2 200 televisores comenzaron a instalarse este verano dentro de las cabañas de la mitad de los campismos del país, pues en el resto de las instalaciones, al tener señal televisiva deficitaria, no serían convenientes. No obstante, tanto en los que cuentan con los nuevos equipos como en los demás continuarán funcionando las salas de televisión y video, con una programación de 105 títulos que cubren todos los gustos.

A la par se han puesto en funcionamiento 45 receptores satelitales para mejorar la señal televisiva, y se incentiva que estas salas se conviertan en espacio de visionaje de filmes, pero también de debate sobre sus contenidos.

Para que los campistas viajen más ligeros, en casi todas las cabañas se ponen a razón de dos ventiladores por cada una, en una cifra que suma más de 9 000 equipos, los cuales deben quedar instalados antes de que finalice el verano, excepto en cinco instalaciones del Litoral Norte habanero, que por sus peculiaridades lo recibirán paulatinamente en lo que resta de año.

A esto se suma el emplazamiento de 44 grupos electrógenos, como parte de la Revolución Energética, que funcionarán en caso de emergencia, y que incluso han posibilitado llevar electricidad de calidad a lugares como Río La Mula, en Santiago de Cuba, y Los Pinos, en Manatí, Las Tunas, que antes no contaban con ese servicio.

Las mejoras incluyen además una ampliación del servicio de cafetería y restaurantes, que ha posibilitado que hoy solo en 12 instalaciones quede el servicio de bodega, pues en el resto se ofrece la alimentación en restaurantes o cantinas.

De hecho, en las 12 que quedan con bodegas, fundamentalmente las más grandes, ubicadas en el Litoral Norte de La Habana y Villa Clara, también se ha reforzado el surtido, con productos enlatados, aceite, pastas y otros, mientras se trabaja en fortalecer la propuesta de las cafeterías.

Casino... y deportivo

Nuevas opciones recreativas se impulsan en el Campismo, en aras de convertir este proyecto en modelo de recreación sana. A pesar de todo lo anterior, el esfuerzo en Campismo Popular se centra hoy no solo en las condiciones, mucho mejores que cuando se inició este proyecto en 1981 por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien puso su desarrollo, hasta hoy, en manos de la Unión de Jóvenes Comunistas.

El eje central del cambio está actualmente en la recreación, con proyectos que van desde enseñar a bailar ritmos cubanos, como el casino, hasta el préstamo de libros, o los de las áreas rústicas de juego y el alquiler de implementos deportivos.

«En coordinación con la Brigada José Martí de Instructores de Arte hemos ubicado este verano en la mayoría de las instalaciones muchachos y muchachas cuya misión es darle un vuelco a la recreación, enseñando a bailar a los jóvenes, desarrollando actividades sanas u organizando exposiciones de artistas plásticos locales en las mismas salas de televisión y video», explica Eduardo Tirado Castillo.

Otro tanto realizan los Centros Juveniles Recreativos que funcionan en todo el país, especialmente el José Antonio Echeverría, ubicado en la capital, que se ha convertido en lugar predilecto para los talleres de ruedas de casino, impulsados por el maestro Adalberto Álvarez.

A la recreación contribuye también que en el Campismo Popular se mantenga el precepto de no vender bebidas alcohólicas ni cigarros, y la revitalización de 266 áreas deportivas con nuevos implementos, entre estas 12 de tiro con arco y 53 boleras rústicas, así como el alquiler de bicicletas en 41 instalaciones y contar con 311 animales de monta.

Estos dos últimos aspectos son aprovechados además para organizar excursiones a lugares de interés histórico y cultural, práctica que junto al senderismo y los juegos criollos tradicionales los trabajadores del Campismo se esfuerzan por rescatar.

Reguetón intelectual

El reguetón no es la única música que debe escucharse en las instalaciones, ni tampoco han de permitirse juegos obscenos, que ridiculicen a las personas, ni el alcohol, sino que han de predominar aquellas distracciones que centren el divertimiento y el desarrollo de quienes asisten allí buscando un espacio de descanso.

«Estamos conscientes de que nos queda mucho por avanzar en ese campo, tanto para diversificar las ofertas musicales como las recreativas, por lo cual es muy importante la labor de superación que desarrollamos con nuestros trabajadores, de los cuales el 60 por ciento es graduado de nivel superior o está estudiando en diferentes niveles educacionales», asegura el presidente del Grupo Empresarial Campismo Popular.

«Hoy queremos impulsar mucho más los debates de filmes, o de temas como la educación sexual, sin teque o aburrimiento, buscando formas creativas, que incentiven la transmisión de valores, sin por ello dejar de divertir y alegrar a los campistas, que en su mayoría son jóvenes.

«También tenemos el desafío de adecuar la recreación a gustos y sectores poblacionales, porque a nuestras instalaciones va toda la familia cubana, desde el niño, el joven, los padres, abuelos, e incluso personas discapacitadas.

«A todos hay que tenerlos en cuenta en la música, los juegos, y hasta en la lectura, para la cual hemos adquirido unos 600 ejemplares de todo tipo, y estamos fomentando la creación de centros de información cultural, donde pueden consultarse gratuitamente e incluso tenerse en préstamo mientras dure su estancia.

Si no hay ciclón

Cuando termine este verano, que Campismo Popular ha dedicado al aniversario 45 de la UJC y al 54 del asalto al cuartel Moncada, la mayoría de las instalaciones permanecerán abiertas todo el año, siempre que el clima lo permita. Esta constituye una de las novedades más gustadas por el pueblo en los últimos años, que permitirá que más de un millón de cubanos puedan disfrutar de esta opción vacacional.

La medida responde no solo a garantizar un lugar donde vacacionar a aquellos que no pueden por diversas razones hacerlo en julio y agosto, sino también a un intento por paliar las necesidades de lugares donde recrearse que sigue teniendo el pueblo cubano, aunque el campismo apenas pueda acoger anualmente a un diez por ciento de la población.

«Sabemos que nuestra oferta está muy por debajo de lo que necesita el pueblo, por lo cual desde hace varios años se prioriza la distribución de capacidades mediante organizaciones e instituciones. Y estamos conscientes de que incluso así hay problemas, porque no siempre van todos los que lo merecen, por lo cual recabamos el apoyo de esas entidades para organizar mejor la distribución.

«No obstante —afirma Eduardo Tirado— aunque el número sea insuficiente, tenemos que lograr que todo lo que hagamos tenga la mejor calidad, que se reciba al campista con una sonrisa y se le ayude a pasar una estancia agradable, pues más allá de problemas materiales que aún subsisten, pasar unas buenas vacaciones depende ante todo del buen trato, y para eso tenemos que explotar el mejor de los recursos con que contamos: nuestros trabajadores».

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