J.H: Tengo una relación de dos años y medio con un hombre de 46. Es casado, lo cual es lo más duro para mí. Pienso que me está utilizando para satisfacer sus necesidades sexuales. Se lo he comentado muchas veces y me dice que no es así. Esto me preocupa porque me encuentro enamorada, nos llevamos bien y nos comprendemos. Quisiera que me digan qué puedo hacer. El tiempo sigue corriendo y no sé si seguir esta relación o terminarla para que no me perjudique más adelante. Tengo 33 años.
Esta es una decisión que solo tú puedes tomar, teniendo en cuenta lo que sientes y quieres de la pareja.
Si estas enamorada, se llevan bien y comprenden, siendo estos factores de mayor peso para ti que «lo duro» de su matrimonio, entonces se explica que sigas junto a él.
Por lo que nos cuentas, inferimos que no sientes que su matrimonio te perjudica tanto en el presente como para dejarlo. Es difícil tomar decisiones solo porque en el futuro te puedas sentir perjudicada.
Pero si ahora piensas en dejarlo y en posibles perjuicios vale la pena analizar si no es en el presente donde te estás sintiendo mal, aunque no lo tengas claro aún.
De modo que te sugiero que indagues un poco más en lo que sientes en esta relación y trates de responderte en qué sentido te resulta «duro» que esté casado y cómo es que te sientes dañada.
Es posible que a pesar de sentirte enamorada, haya aspectos que te desagraden más allá de su condición de casado. Quizá lo molesto es que no quiera comprometerse proyectando y construyendo un futuro contigo, en tanto puedes tener con él un romance, pero no puedes constituir una familia.
No se es casado como se es de un color de piel, estatura u otros factores ajenos a nuestra voluntad. Se está casado porque se elige como proyecto de vida. Si él mantiene su matrimonio y al mismo tiempo sigue contigo, sabemos que ya tomó su decisión. Ahora falta la tuya.