Los delegados fueron recibidos por Origami Teatro, Saltarín y sus payasitas, y Tropa Trapo, entre otros. Somos los Pinos Nuevos convocados por Martí para la Guerra Necesaria, una guerra que en nuestro tiempo se traduce en la Batalla de Ideas que defiende «el mejoramiento humano, la vida futura y la utilidad de la virtud» para todos los habitantes de la Tierra en el contexto de la peor crisis que haya atravesado jamás la humanidad.
Afirmamos que estamos orgullosos de la estirpe de aquellos que se unieron en torno a Martí y de los que le antecedieron y de los que vinieron después y pelearon por la defensa de la soberanía y la dignidad nacional. Nos honra saber que por nuestras venas corre sangre mambisa y rebelde.
Vamos aprendiendo de la historia extraordinaria de nuestro pueblo, cuyas virtudes lo han transformado en una de las sociedades más justas y solidarias del planeta.
Amamos y protegemos la naturaleza que amparó a nuestros héroes y que alegra nuestras vidas.
El simulador de vuelo ubicado en el aeropuerto Palacio de las Alturas fue uno de los mayores atractivos para estos niños. Nos duele el sufrimiento de otros niños y niñas, que nacen en otros lugares del mundo sin esperanza siquiera de crecer y llegar a ser adultos, de los que trabajan para sostener la riqueza de los mismos que provocan su pobreza, de los que duermen en las calles y jamás conocerán la maravilla de interpretar las letras, de los que quizá vivan sin saber las dimensiones exactas del universo y sin leer La Edad de Oro y El Pequeño Príncipe.
Nos duele cada vez que los informativos dicen que un niño disparó a otro en la escuela de un país rico, algo que se ha convertido ya en costumbre. Nos preguntamos con tristeza por qué hay tantos pequeños con enfermedades que podrían ser evitadas, y por qué hay padres llorando a la entrada de hospitales, cuyas puertas solo se abren con dinero.
Algunos jugaron a ser pintores y expresaron así sus sentimientos. No olvidaremos nunca el desamparo de los que huelen drogas para olvidar el hambre. No olvidaremos a las niñas que se disfrazan de mujeres y se venden para poder comer. Exigimos que desaparezcan las bombas, que terminen las guerras, que miles de seres humanos no mueran a diario porque no tienen nada que comer.
Queremos aprender algo nuevo cada día, y cantar, bailar y jugar.
Queremos que todos los niños sientan, como nosotros, que somos lo más importante y lo primero que hay que atender en cualquier circunstancia.
Queremos ser como el Che, porque él «sintió en su propia mejilla el golpe dado a cualquier otra mejilla», y porque fue bueno entre los buenos y vivió y murió luchando contra la injusticia.
David Blanco y su grupo fueron la sorpresa mayor, y con un gran concierto cerraron con broche de oro esta inmensa fiesta. Amamos a Fidel, porque él ama y respeta a los niños, y porque nos enseñó el valor de la dignidad, de la verdad y de la solidaridad. A él y a su heroica generación le debemos que Martí no muriera en el año de su Centenario, que sus palabras se convirtieran en hechos y que su fe en el ser humano sea el sentido ético de la Revolución Cubana.
Con Martí, junto a Fidel y a Raúl, reafirmamos que:No son inútiles la verdad y la ternura.El honor es la dicha y la fuerza.Es necesario saber para poder, querer con la voluntad, y querer con el cariño.Ser bueno es el único modo de ser dichoso.El bien que en una parte se siembra es semilla que en todas partes fructifica.
Patria es Humanidad.
La Habana 9 de octubre de 2006¡Hasta la victoria siempre!