CIEGO DE ÁVILA.— La osamenta del aborigen taíno localizada en las inmediaciones del área arqueológica de Los Buchillones pertenecía a un hombre aquejado de artritis y que al fallecer ya no era joven —según los criterios de la época—, al estimarse su muerte entre los 25 y 30 años de vida.
El doctor Jorge Calvera Rosés, director general de las investigaciones por el CITMA, señaló que la longevidad de esos grupos no rebasaba las cuatro décadas, por lo que el hombre encontrado era un adulto de edad mediana.
El examen practicado a los restos por el doctor Sergio Márquez Jaca arrojó que el individuo alcanzaba 165 centímetros, lo cual lo ubica como alto para sus semejantes, pues se conoce que los aborígenes cubanos medían alrededor de 150 centímetros en el caso de las mujeres y 160 los varones.
Durante el estudio se encontraron huellas de cambios degenerativos en las extremidades inferiores, producidos por la osteoartrosis, una modalidad de artritis propia del proceso de envejecimiento, en la que el abuso de las articulaciones a lo largo de la vida se ve reflejado en el deterioro de sus estructuras.
Por lo demás, el análisis reforzó el criterio de que esa persona era un aborigen, al observarse el encorvamiento del hueso fémur (en el muslo) y el aplanamiento de la tibia (en la pierna), típico de esas poblaciones al mantenerse en cuclillas gran parte del día, lo que provocaba las deformaciones.
También al efectuarse el reconocimiento del montículo funerario entre enero y febrero de 2004 en el poblado de Punta Alegre, al norte de la provincia avileña, el doctor Gabino de la Rosa reparó en la deformación craneana que presentaba el esqueleto, propia de las culturas del tronco lingüístico arauco, del que provienen los taínos.
Localizado a 200 metros del área donde se descubrieron las cabañas de la aldea taína de Los Buchillones, junto a los restos del cadáver se encontraron objetos de cerámica, aunque ninguno indicaba que el individuo ocupó una posición relevante dentro de la comunidad.
Los especialistas consideran que el esqueleto abre posibilidades de estudio para conocer la dieta y enfermedades que afectaban a los primeros habitantes de Cuba.