La tecla del duende
Así, achicando su nombre, le dedico una columna. Hay una muchacha esperando, necesitando un abrazo. Un estremecimiento humano que se lleve lo feo y nos deje el querube, cual Silvio Rodríguez, extendiendo un poema en forma de apretón.
Esa muchacha estuvo de cumpleaños esta semana. Esa muchacha ha sufrido un tornado espiritual, pero se levanta como muchas zonas de La Habana. Ha sentido lluvias intensas en su alma, pero reconstruye y extiende puentes, como en Taguasco y Baracoa. Muchos lectores se sumarán para que ella se sienta protegida, para que ande, como en aquel poema de César Vallejo en que al llegar en masa todos los hombres de la tierra, el caído se abrazó al primer hombre y echó a andar. Te abrazo, te felicito, y te dedico la columna de este jueves, Idadenia.
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado. Llevado a juicio, tendría muy pocas posibilidades de escapar del veredicto, ¡la horca! El Juez —complotado— cuidó de dar todo el aspecto de un juicio justo. —Conociendo tu fama de hombre justo —le dijo—, dejemos en tus manos el destino: escribiremos en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida. El letrado preparó dos papeles con la leyenda «culpable», y la pobre víctima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles. Este respiró profundamente y calló. Cuando la sala se impacientaba, abrió los ojos y tomó un papel, engulléndolo rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes plantearon: Pero... ¿qué hizo?, ¿cómo sabremos el veredicto? —Sencillo —respondió el hombre. Leamos el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué. Debieron liberarlo. Moraleja: Por más difícil que se presente una situación, busquemos la salida y luchemos hasta el final. Si todo parece perdido, usa la imaginación. (Publicado por Guillermo Cabrera Álvarez, 19 de septiembre de 2002)
Con una caldosa al estilo de Kike y Marina, el sábado 17 habrá una tertulia de verano en el Balcón del Oriente cubano. Será a las tres de la tarde en la Casa de la Décima, donde se confabularán los tecleros tuneros para organizar su festejo por 12 años de encuentros. ¿Te sumas? ¡Vívelo!