La tecla del duende
Lo mejor de esta columna a muchas voces es que la fraternidad y el ingenio compartido siempre nos suben la parada. Cerramos la semana anterior la lid sobre los barrios y, ahora, desde la Tertulia de la Tecla en Las Tunas nos llega otra convocatoria. En esa peña, de conjunto con instituciones y organizaciones del Balcón del Oriente, han ideado la siguiente competencia:
En 1884, José Martí planteó que «la tierra entera debía ser un abrazo». Un gigantesco saludo planetario tendrá lugar este año en la ciudad rusa de Sochi, durante el 19no. Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
Comenta, en no más de una cuartilla en prosa o en verso, cómo te sumarías a este abrazo juvenil mundial. Los trabajos deben ser enviados por correo postal a:
«Concurso 19no. Festival. Calle Abel Santamaría No. 22 altos, e/ Fernando de la Cruz y Pepito Peña. Reparto Aurora. Las Tunas. Cuba. Código Postal 75100. También pueden remitirse al correo electrónico zoilamp@rl.lt.rimed.cu.
El jurado estará integrado por prestigiosos profesores de la escuela pedagógica tunera Rita Longa Aróstegui. Se otorgarán tres lugares y cuantas menciones estime el jurado. Los premios consistirán en el derecho a asistir a las actividades por el décimo aniversario de la tertulia en Las Tunas (el 27 de octubre venidero), objetos realizados por artesanos locales, materiales y útiles escolares, así como otros obsequios. Para todos los concursantes: reconocimiento de participación. El plazo de admisión vence el martes 4 de julio de 2017. Los trabajos ganadores se darán a conocer en Radio Victoria, emisora provincial, el martes 11 de julio, en el contexto del Festival Provincial de la Juventud y los Estudiantes; y el jueves 13 en JR.
Será este domingo, 10:00 a.m., en el museo Serafín Sánchez. Tema: Aniversario 503 de la Villa espirituana.
Mi Hombrecito inmaduro: No sé qué hiciste para enamorarme, pero no dejes de hacerlo. Yo
Era un cautivo beso enamorado/ de una mano de nieve, que tenía/ la apariencia de un lirio desmayado/ y el palpitar de un ave en la agonía./ Y sucedió que un día,/ aquella mano suave/ de palidez de cirio,/ de languidez de lirio,/ de palpitar de ave,/ se acercó tanto a la prisión del beso,/ que ya no pudo más el pobre preso/ y se escapó; mas, con voluble giro,/ huyó la mano hasta el confín lejano,/ y el beso que volaba tras la mano,/ rompiendo el aire, se volvió suspiro.
(Metamorfosis, de Luis G. Urbina)