La tecla del duende
Hay incertidumbres que siempre lo son, como si alguien las hubiese esculpido en el tiempo. Y hay certezas que siguen alumbrando, tercamente, aunque a otros puedan generarles tinieblas. De eso van la historia y el poema de hoy…
No decía palabras/ acercaba tan solo un cuerpo interrogante/ porque ignoraba que el deseo es una pregunta/ cuya respuesta no existe/ una hoja cuya rama no existe/ un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos/ remonta por las venas/ hasta abrirse en la piel/ surtidores de sueño/ hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso/ una mirada fugaz entre las sombras/ bastan para que el cuerpo se abra en dos/ ávido de recibir en sí mismo/ otro cuerpo que sueñe/ mitad y mitad sueño y sueño carne y carne/ iguales en figura iguales en amor iguales en deseo/ aunque solo sea una esperanza/ porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe. (Del poeta español Luis Cernuda)
Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua. Cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo comenzó a ahogarse. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán le respondió con su veneno.
Alguien que había observado todo, se acercó al sabio y le dijo: Perdone, pero usted es terco… ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará? El maestro respondió: «La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va cambiar la mía, que es servir». Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida. (Enviado por un lector avileño de apellido Expósito)
EMRG: Conocerte ha sido la más bella de las casualidades. Déjame acompañarte siempre. Tu chica de la estrella
Mimorcito: Para qué decir que te quiero si te puedo dar un beso. Mor
PP: Tuya en el amor verdadero del beso inolvidable. TEMO. Wendy
Aquiel: ¿Sabes por qué me gusta tanto Volvamos a empezar? Porque sueño ser tu Robinson y que tú seas mi Viernes. Tu Cannabis
JB: No me mires que nos miran. Nos ven que nos miramos y si ven que nos miramos, pueden ver que nos amamos. Tu Bebé
Dios de ébano: Perdóname. Este no puede ser el final, sin tu mirada mi vida es hueca y vacía. Te amo. Tu diablita
La risa es la distancia más corta entre dos personas. Víctor Hugo