Los que soñamos por la oreja
La ciudad de Belo Horizonte, ubicada en el estado brasileño de Minas Gerais, fue el sitio que vio nacer, a inicios de los 80 del pasado siglo, a la banda de rock de nuestro continente que más impacto ha registrado a escala universal: el grupo Sepultura. Integrada en un primer momento por los hermanos Cavalera, Max (guitarra y voz), e Igor (batería), junto al bajista Paulo Jr., y Jairo Guedez en una segunda guitarra, la agrupación conserva total vigencia a más de 20 años de fundarse. Las principales influencias que el cuarteto reconoce en sus comienzos, provienen de gentes como Slayer, Sadus, Motörhead y Sacred Reich, quienes les ayudan a conformar un típico sonido de thrash metal.
En 1985, a través del sello Cogumelo Produçoes, editan en Brasil su primer trabajo fonográfico, Bestial devastation, un disco publicado en forma de split (como se conoce a un álbum compartido con otra banda), en compañía de los también brasileños de Overdose. El éxito del material sorprende a muchos y así, Cogumelo Produçoes se asocia a Road Runner Records, para sacar al mercado, en 1986, el primer LP íntegro con música de Sepultura, Morbid visions, valorado al paso del tiempo como un clásico del universo metalero, gracias a cortes como War, Crucifixion y, en especial, Troops of doom, tema que pasó a ser una suerte de himno para la banda.
El disco trae aparejada la salida de Jairo del grupo y su reemplazo por Andreas Kisser, guitarrista que aporta otros aires a la agrupación. Con la nueva alineación, en agosto de 1987 presentan Schizophrenia, álbum del que sobresalen temas como Escape to the void y el instrumental Inquisition symphony, pieza esta de la que la agrupación de cellistas Apocalíptica hace una fabulosa versión. Convertidos para la fecha en un suceso en el panorama rockero mundial, en 1989 presentan Beneath the remains, referencia obligada para el metal hoy en día, a partir de cortes como Inner Séla y Mass hypnosis. Este disco hace que la agrupación alcance peldaños internacionales de popularidad, inimaginables hasta dicho momento para una banda de rock procedente del tercer mundo y de un país no anglosajón.
Se sucederían a continuación entregas como Arise (1991), que para la banda representa el punto culminante dentro de un estilo death tras; Chaos A. D. (1993), la cual marca la introducción de ritmos e instrumentos brasileños en un contexto metalero, una línea que se refuerza con Roots (1996), un CD donde intervienen invitados de lujo, como Johnatan Davis (Korn), Mike Patton (Faith No More) o el DJ Letal en los «scratches», que los acerca estilísticamente a lo que se conoce como aggro metal o nü metal agresivo. Ratamahatta (con el notable Carlinhos Brown), Roots, bloody roots y Attitude, de inmediato pasan a ser pilares de la nueva era de Sepultura, que en lo personal estimo como la de mayores logros artísticos.
Llegado ese punto, surgen desavenencias entre los integrantes de la banda. De un lado estaban Igor, Paulo y Andreas, y del otro Max y su esposa, quien funcionaba como manager de la agrupación. A la postre, estos dos últimos se salen del proyecto (Max funda Soulfly) y para ocupar el puesto de Cavalera como vocalista es llamado el norteamericano Derrick Green, cantante con experiencias en los grupos Outface, Alpha Jerk y Overfiend. La nueva formación edita, en 1998, Against, al que le siguen Nation (2001), el disco de versiones titulado Revolusongs (2002), Roorback (2003) —uno de los fonogramas de la banda en el que se percibe más influencia del hardcore—, y Dante XXI (2006), obra conceptual inspirada en La Divina Comedia, de Dante, y donde hay un retorno al thrash en su sentido puro, pero con el empleo de pasajes a cargo de instrumentos de viento, cellos, violines y arpas.
El pasado año, Igor Cavalera decidió tomarse unas vacaciones y por él entró el baterista Roy Mayorga, sustituido unos meses después por Jean Dolabella, quien es el que ha permanecido en este 2007. De cualquier modo, más allá de los cambios de alineación, Sepultura siempre ha sabido integrar en su vena metalera diversos componentes como hardcore, thrash, sonido industrial, punk y música tribal, trabajo que difícilmente se puede superar en intensidad y pasión.