Los que soñamos por la oreja
Santa Clara es una ciudad fervorosamente rockera y donde los seguidores del género históricamente se han caracterizado por poseer un elevado nivel de información en cuanto a lo que acontece dentro del más popular lenguaje sonoro universal. Numerosas son las bandas surgidas en dicho punto de la geografía nacional. Entre ellas, hoy quiero llamar la atención sobre una aparecida hace alrededor de seis años, me refiero a la que lleva por nombre C-Men.
Este grupo se crea como continuación de otro denominado K.K, que llegó a intervenir en eventos como el festival Ciudad Metal y dejó registradas algunas grabaciones. Más allá de que los miembros del proyecto inicial decidieran en un momento dado cambiar de denominación para así poder mutar de estilo sin ninguna dificultad, hay un elemento que funciona a manera de cordón umbilical entre las dos bandas, y es el aportado por lo llamativo de ambos nombres, con un nivel de sugerencia no habitual entre la mayoría de nuestras agrupaciones al escoger un apelativo para salir a escena.
Manuel Varela, quien fuese el alma motriz tanto de K.K como de C-Men (en el presente no está activo como músico por encontrarse en Venezuela como colaborador en su condición de médico), había tenido ya experiencias previas como guitarrista en diferentes ensambles de rock desde comienzos de la década pasada. Al crear en el año 2000 el grupo C-Men, entre los fundadores de ese instante, le acompaña su anterior colega de K.K, el baterista Elio Pablo Martínez. A ellos dos se unen el también guitarrista Abel Oliva, el vocalista Alan Baeza y Julio Morales en el bajo.
Dicha alineación es la encargada de grabar el primer demo de la banda, titulado Shockin, que ve la luz en el 2001 y transita por los aires del nu metal. En ese material, además de los músicos mencionados con anterioridad, encontramos al cantante Conrado Martínez, quien tiempo después sustituye a Baeza como hombre frontal del colectivo. Recuerdo haberlos visto en Santa Clara por aquella época y tengo que decir que desde esa etapa inicial, la banda me llamó la atención por la profesionalidad que demostraba en sus conciertos, en los que uno se daba cuenta de que ahí estaban involucrados personajes con unas cuantas horas de vuelo en nuestros escenarios y que sabían claramente lo que se traían entre manos.
Un par de años después de la publicación de la maqueta debut del grupo y tras uno que otro cambio en la nómina del piquete (algo común no solo entre el mundillo del rock), el equipo encabezado por Varela vuelve a entrar en los estudios de grabación y así, en el 2003 presentan Nickohs demomix, en una cuerda tecno-electrónica. Por entonces, incorporan al estilo del proyecto determinados elementos de la música latina, por medio de emplear percusión menor. Tales cambios de sonoridad no fueron del todo aceptados por la fanaticada, acostumbrada a un toque diría que convencional dentro de las variantes y subvariantes del rock. En mi caso, lo comprendí como el anhelo que ha signado a los miembros de C-Men de experimentar con disímiles corrientes y no permanecer aferrados a una única línea estilística.
Una prueba fehaciente de que con la tropa de C-Men no cabe mencionar para nada la palabra encasillamiento, la dieron cuando en 2004 editaron su tercer demo, bajo el nombre de Live, drink, don’t rest, con toda la energía guitarrera que les caracterizó en sus comienzos. A esto le seguiría en el propio año Mixing your reality, un trabajo metido de lleno en los parámetros de lo que a finales de los 90 se conoció como rock industrial y que en el plano internacional tuviera en gentes como Pitch Shifter o Filter a algunos de sus principales exponentes. En el material se verifica cómo también entre nuestros rockeros va teniendo incidencia la música electrónica.
Aunque sé que ya me los han enviado a través de un amigo común, aún no tengo en mi poder los dos últimos trabajos editados por C-Men, me refiero a Four Years Of Hard Work, primer Enhanced CD en la historia del rock en Cuba, y Live and Umplugged, reciente grabación de este 2007. No obstante, con lo que conozco de la banda, puedo asegurar que el grupo es una referencia obligada al hablar de lo mejor de nuestro rock más reciente.