Lecturas
No pocos mensajes electrónicos y llamadas telefónicas motivó mi respuesta a la solicitud del lector Pedro M. Calzada Ajete, publicada en la página correspondiente al 26 de octubre pasado. Se interesaba Calzada Ajete por Rezo en la noche, canción de Francisco Escorcia interpretada por Benny Moré, y quería conocer si se había estrenado en 1957 y qué reacción había provocado entonces en las autoridades batistianas.
Dice dicha pieza: «Hoy dedico mi canto a las madres que sufren la ausencia / del hijo idolatrado que valientemente cayera /defendiendo el sagrado derecho de la libertad / y a la patria, que solemnemente jurara lealtad / hoy dedico mi canto a las madres que sufren la ausencia / del hijo idolatrado, que nunca jamás volverá / a la esposa que sufre en silencio el cruel abandono / y al nené que inocente pregunta: ¿Dónde está papá? ¿Dónde está mi papá?».
El escribidor recuerda perfectamente la letra, de la que reproduce solo un fragmento, y duda que fuera estrenada, como dice el lector, en 1957. La censura batistiana, que se ejercía desde el Ministerio de Comunicaciones y también desde el mismo Palacio Presidencial, no hubiese permitido algo así.
Al respecto comenta José Galiño, investigador del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos: «Efectivamente usted tiene la razón sobre el año del estreno de Rezo en la noche. Está fuera de toda lógica que se permitiera por el régimen de Batista ese desacato. Pero no culpemos al lector Pedro M. Calzada de ese error, ya que investigadores tan destacados como Cristóbal Díaz Ayala y José Reyes Fortún sitúan dicha canción en el año 1957, y hasta el filme cubano El Benny muestra al protagonista cantándola previo al triunfo revolucionario.
«La realidad es que Rezo en la noche fue grabada por Benny Moré en abril de 1959 y salió en un disco de 78 rpm conjuntamente con Se te cayó el tabaco, otro número que alude al fin de la tiranía».
Galiño ofrece un dato revelador, aunque no lo fundamenta. Escorcia compuso Rezo en la noche en los días finales de la II Guerra Mundial y quedó inédito. Otro lector, Raúl Menejías Álvarez, dice que la pieza es conocida también como Susurro en la noche y fue grabada por Benny para la Víctor en 1959.
Asegura el Doctor en Ciencias Roberto González Valdés: «Ud. tiene razón. Dicha canción se dio a conocer en un acto por el Día de las Madres de 1959. Tuve el privilegio de estar en dicho acto que se celebró, si no me equivoco, en Ciudad Libertad. Digo esto pues soy matancero y no conocía bien La Habana en aquel entonces. En ese acto estaban presentes nada más y nada menos que los Comandantes Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos, y además el hoy General de Ejército Raúl Castro».
Con relación a ese acto, afirma Galiño: «Ya para terminar, añado una anécdota que contó Benny Moré ante las cámaras de TV en 1960. Dijo él que en un acto donde estaba el Comandante Camilo Cienfuegos interpretó Rezo en la noche y al finalizar se le acercó Camilo y le rogó que no cantase más esa canción en su presencia: la tristeza que le provocó lo había puesto al borde de las lágrimas».
Con relación a la página del 2 de noviembre (El yerno cubano de Juárez) escribe al escribidor el coronel (r) Hugo Crombet, autor del libro titulado La expedición del honor, texto que inspiró el serial televisivo Duaba, la odisea del honor.
Refiere Crombet que el nombre de Pedro Antonio Santacilia y Palacios, el yerno cubano del Benemérito de las Américas, se le hizo familiar desde hace muchos años, cuando acopiaba en Costa Rica materiales para su libro sobre la expedición que trajo a Cuba a Antonio Maceo y a su abuelo Flor. Durante sus estancias en el país centroamericano «pude comprobar que su poema A Cuba se convirtió en ese país en un himno». Añade que se canta con el mayor respeto en actos oficiales y precisa que ha visto incluso a presidentes de ese país entonarlo con fervor al finalizar un acto público. Dice asimismo que no son pocos los costarricenses que consideran que el poema en cuestión, que allí se conoce con el título de La patriótica, debía ser el verdadero himno del país.
Importantes periódicos ticos han dedicado espacio al tema. El historiador don Armando Vargas Araya —el hombre que más conoce acerca de la estancia de Maceo en Costa Rica— también lo aborda en su libro La vía costarricense, específicamente en el capítulo 17 que lleva un título elocuente: «La patriótica es costarricense y es cubana».
Gracias al correo electrónico circula con profusión por estos días una nota sobre Carmelina Arechabala, mujer acaudalada nacida en la ciudad matancera de Cárdenas que, por su modo de vida, dio pie a una frase que quedó registrada en el imaginario popular. Vive como Carmelina quien lleva una vida colmada de lujos y comodidades.
¿Quién fue Carmelina Arechabala? ¿Fue ella en verdad quien inspiró la frase en cuestión? Así se aseguraba hace ya muchos años en un artículo que apareció en la revista Bohemia. Se trataba de un material que parecía muy bien fundamentado y el escribidor lo leyó con interés, pero contrario a lo que hace habitualmente, no lo fichó ni conservó en sus archivos. Creo recordar que lo escribió una mujer.
Ahora el amigo y colega Ernesto de Juana, entre otros lectores, me pide que aborde el tema. No puede asegurar quien esto escribe si Carmen Arechabala Hurtado de Mendoza es la Carmelina de la frase. Pero tiene información acerca de la fortuna que la arropó.
En 1958 Arechabala S.A., con oficinas en Cárdenas y en la Plaza de la Catedral de La Habana, agrupaba, escribe Guillermo Jiménez en su libro Los propietarios de Cuba, un gran complejo fabril con plantas de confituras, levadura y sirope; almacenes de azúcar, terminal marítima, astilleros y otras producciones derivadas del azúcar. Eran propietarios del central azucarero Progreso y corredores de azúcar en el mercado mundial. Poseía, en virtud de su producción, la cuarta refinería del país y la oncena destilería y una fábrica de licores. Producían anís, aguardiente, crema y ginebra de la marca Arechabala. Coñac marcas Relicario y Tres Arbolitos y ron Havana Club. Arechabala representaba en Cuba el whisky Chivas Regal, entre otras bebidas.
Este emporio comenzó en 1862 cuando José Arechabala Aldama, antecesor de Carmelina, llegó a Cuba y comenzó a trabajar en Matanzas con un familiar y luego como empleado de la casa Bea, hasta que Julián de Zulueta, marqués de Avala, lo nombró su apoderado en Cárdenas. En 1878 se estableció por cuenta propia al fundar La Vizcaya, destilería y refinería, origen de la empresa. Perdió y rehízo su fortuna varias veces. Había nacido en Vizcaya, en 1847, y se casó en 1874 con Carmen Hurtado de Mendoza.
No es fácil seguir las peripecias de esta familia, que en 1958 se contaba entre las más ricas de Cuba. Sus componentes solían casarse entre sí y los nombres se repiten una y otra vez. Carmen Arechabala y Hurtado de Mendoza, hija de Arechabala Aldama y Carmen Hurtado de Mendoza, contrajo matrimonio con José Arechabala Saínz, que era su primo hermano. Los hijos de este matrimonio llevaban lógicamente el doble apellido Arechabala. A uno de ellos, Carmen, le tocó presidir la firma entre 1948 y 1953.
¿Fue ella la que dio origen a la célebre frase?
«Hay algo que quisiera saber, pues tengo una porfía con un amigo que dice que es imposible. Yo le explico que en el antiguo Palacio de los Deportes (Paseo y Malecón) y en el actual coliseo de la Ciudad Deportiva se practicaba patinaje sobre hielo. ¿Estoy en lo cierto o no?», inquiere el lector René Acevedo.
Respuesta: Está en lo cierto y no lo está. Hubo, en efecto, una pista de patinaje sobre hielo en el desaparecido Palacio de los Deportes y otra, tiempo después, en el teatro Blanquita —actual Karl Marx. Pero no en la Ciudad Deportiva.
En el Palacio de los Deportes la pista se emplazó en el centro de la edificación. En el Blanquita, se retiraban las lunetas o parte de ellas para instalarla. Eran pistas abiertas al público, que compraba su papeleta para utilizarlas.
La patinadora norteamericana Sonja Heine hizo sus presentaciones en la del Palacio de los Deportes. Fue algo fabuloso. Los que la vieron todavía la recuerdan con admiración.
¿Puede algún lector ampliar la información sobre las presentaciones habaneras de Sonja y las pistas de hielo? Mucho lo agradecerá el escribidor.
Sobre el Santuario Nacional de San Antonio de Padua pregunta el lector Manuel Águila. Perteneciente a la Orden de los Franciscanos, esta iglesia católica abrió sus puertas en 1949. Situada en la calle 60 esquina a Quinta Avenida, en Miramar, es obra de dos excelentes arquitectos cubanos de la época, Salvador Figueras y Eloy Norman. Ambos la idearon y la plasmaron de acuerdo con los gustos y exigencias del más depurado arte moderno.
Es amplia, luminosa, de líneas sobrias y de un conjunto sencillo, armonioso y bellísimo. Es en realidad, uno de los más acabados exponentes de la moderna arquitectura religiosa de Cuba.
Jorge Luis Rodríguez Aguilar, subdirector de la Academia de Artes Plásticas San Alejandro, de La Habana, me saca de mi ignorancia. En la página titulada Lápidas, del pasado 30 de noviembre, aludía el escribidor a los primeros enterramientos que se llevaron a cabo en el cementerio de Espada. Dije que se trataba de los restos del gobernador Diego Antonio de Manrique, muerto cuando llevaba solo 13 días en el poder, y del obispo Cándamo, del cual no puede quien esto escribe, anoté, precisar su nombre ni otros detalles.
Rodríguez Aguilar me ilustra: se llamó José González de Cándamo y Cauniego, fue obispo titular de Milasa y obispo auxiliar de San Cristóbal. Dice Rodríguez Aguilar que ejerció su auxiliatura entre 1798 y 1801, año en que falleció. Fue el primer obispo auxiliar de La Habana ya que, como tal, esta fue elevada a diócesis en 1787. De ahí que fuera escogido para ser nuevamente enterrado en la inauguración del cementerio de Espada.