Frente al espejo
«No conozco a la profesora Miriam Rodríguez Betancourt, pero después de leer su artículo es como si lo fuera (La infinita, José Alejandro Rodríguez, 25 de febrero). Y estoy seguro que usted lleva por bandera el mismo sentimiento que expresó José de la Luz y Caballero al referirse a Félix Varela como su profesor, cuando escribió: “Yo haré cuanto esté de mi parte por mostrarme tu digno discípulo, y con este objeto no te separaré un instante de mi memoria, ora tras faena, ora estudiando tus obras, ora inspirando a mis discípulos aquel amor por la ciencia y la virtud que tú sabías infundir solo con tu presencia. Y he aquí el homenaje más aceptable a tu modestia que mi amor y mi gratitud y mi admiración pudieran rendirte». (Luis)
«Una vez más queda claro que necesitamos de esos seres especiales que son los maestros. Sin hiperbolizar, creo que la Dra. Pogolotti es tan útil hoy con este artículo como antes lo fueron José de la Luz y Caballero, o Varela o Mendive (Para dialogar con los jóvenes, Graziella Pogolotti, 14 de febrero). Eso eran los maestros: guías que señalan los caminos a base de pensamiento de vanguardia. Sean ellos viento fuerte que impulsa…». (César)
«En estos tiempos son pocas las personas que saben piropear sin ofender (Admirable figura, Yoelvis Lázaro Moreno Fernández, 17 de febrero). No solo los jóvenes caen en el equívoco, sino también algunos adultos que en vez de agradar te amargan el instante… Creo que en cierto momento todos deseamos oír algo agradable y dulce…». (Nelalismy)
«Un fuerte y sincero abrazo para la hermandad teclera, desde el lado izquierdo del pecho, de este eterno miembro de la cofradía del amor (Tecla del Duende, Big Bang, 18 de febrero). Las sinceras felicitaciones de alguien que sabe que la no presencia física en sus encuentros, no es total ausencia, porque los vive por dentro. Gracias también por hacerme un ser diferente, más pleno». (Michel Diéguez)