Frente al espejo
«Leí sobre la labor que desarrolla el joven médico Luther Castillo en la aldea garífona de Ciriboya (Nueva luz en Ciriboya, Ramón Barreras, 24 de junio)... Para mí es de gran satisfacción saber que alguien se ocupa de informarle al mundo acerca de la injusticia que aquí se comete con nuestros hermanos egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (los mercaderes del Colegio Médico de allí no quieren revalidar los títulos que estos jóvenes ganaron tras varios años de estudio en Cuba, y así les impiden ejercer como galenos). Y para usted mis sinceras felicitaciones. ¡Excelente trabajo!» (Waleska Fernández, Honduras)
«Creo que algo resulta contradictorio en su trabajo Los cubanos se preparan para Río de Janeiro (Ricardo Quiza, 26 de junio) cuando se refiere a Yoandri Díaz. Resulta significativo que el muchacho había estado hasta la semana anterior en el segundo lugar y luego en el tercero entre los pasadores de la Liga Mundial de Voleibol, siguiendo las estadísticas del evento que están en el sitio oficial de la Federación Internacional de este deporte. En su comentario usted plantea: “Es imprescindible un pasador, pero Yoandri Díaz no ha logrado consagrarse como tal y Raydel Hierrezuelo requiere de más tiempo”. Necesitamos un sustituto, yo plantearía la cuestión de este modo: si es cierto que Yoandri no resuelve los problemas, ¿por qué está entre los tres mejores jugadores de su posición? ... Si vamos a hablar de él, por lo menos habría que tener en cuenta esto. Según estos datos, Maikel también está en un buen momento». (Yunerkis Prevot Urgellés)
«He leído con mucho interés los artículos dedicados a la construcción de viviendas por esfuerzo propio que han sido publicados (¿Llegará Ulises a Ítaca? y Desafiar a Poseidón, colectivo de autores, 17 y 24 de junio) y me he motivado para enviarles algunas consideraciones sobre el tema. Trabajé por más de 15 años en una Empresa Constructora de Obras de Arquitectura especializada en la edificación de viviendas. Mi primera experiencia laboral estuvo relacionada con el movimiento de Microbrigadas, donde laboré con personas que no conocían de construcción, pero la necesidad y el afán de superación los obligó a aprender...
«¿Qué tenían que aportar estos trabajadores en la edificación de su vivienda? Su fuerza de trabajo. ¿Y quién se encargaba de todo lo concerniente con la obra: licencia, proyectos, materiales, presupuestos, cronogramas de ejecución, etcétera? La Empresa Constructora y su Departamento Técnico que corría con esos pasos.
«Ahora, mediante este nuevo sistema, lo que se le asigna al trabajador es un gran dolor de cabeza, que incluye el pago con su dinero a particulares para ejecutar los trabajos y la responsabilidad de abastecerse los materiales...
«Creo, además, que se debía optimizar el uso del terreno. En un mismo terreno donde se levantan hoy seis viviendas, perfectamente se podría levantar un edificio de cuatro plantas para 24 familias. Los recursos se optimizan mucho más...
«Pienso que existen otros métodos y sistemas para organizar la ejecución de viviendas, menos traumáticos y mucho más ágiles». (Arquitecto Raúl Peña Liviano)