Acuse de recibo
En un país con tan alto grado de envejecimiento demográfico como Cuba, es menester sopesar las quejas y sugerencias de los adultos mayores, como las de Manuel Montero González, residente en Aranguren 469, entre Millar y Agustín García, en el municipio habanero de Regla.
Montero refiere que es un anciano beneficiado para su alimentación con el Sistema de Atención a la Familia (SAF) en la unidad Alejandrina de Regla. Y explica que ese programa, con el objetivo de que los adultos mayores reciban sus alimentos recién confeccionados y calientes, dispone que esas instituciones elaboren el almuerzo en la mañana para entregarlo a las 11:00 a.m. aproximadamente. Y preparen la comida en la tarde para repartirla a las 4:00 p.m.
Ello, afirma el remitente, sería muy justo y humano si no tuviera sus consecuencias; pues concluida la pandemia de la Covid-19 se dispuso la eliminación de los mensajeros del SAF, que llevaban los alimentos a los viejitos hasta su domicilio.
«Algunos ancianos enfermos crónicos, afirma, que residen solos y son declarados vulnerables, tienen la posibilidad de tener una cuidadora que puede buscar los alimentos, pero no todos los de la tercera edad. Así, el SAF Alejandrina está en lo alto de la loma.
«Por tanto, la mayoría de los ancianos tienen solo dos opciones: o subir y bajar dos veces al día la loma para obtener el almuerzo y comida, o comprar solo el almuerzo y no regresar más. Esto último lo he comprobado, pues se les pregunta si piensan venir por la tarde, para ajustar la cantidad de alimentos a cocinar».
Otra dificultad, dice, es que el local para cocinar es pequeño, y no posee un sistema de extracción de vapores adecuado, por lo que quien cocina tiene que coger doble «ración de calor» mañana y tarde, hasta las seis aproximadamente.
Y aunque se repitan todos o algunos de los platos en almuerzo y comida, indica, deben cocinarse en la mañana y en la tarde. Eso significa que el fogón de gas se enciende y apaga dos veces al día, con un mayor gasto de combustible, cuando hay que ahorrarlo más.
Y esa situación no es nueva, señala. Ha sucedido en otras ocasiones, pues está reglamentado así. Sin embargo, cuando los ancianos van al Poder Popular Municipal y se quejan, se tiene en cuenta. Pero al pasar el tiempo, como es una disposición reglamentada, vuelve a cumplirse.
«Hagan encuestas sobre lo que prefieren los ancianos y los trabajadores del SAF, pues en definitiva ese servicio existe para los primeros», concluye Manuel.
Ahora que estamos en temporada ciclónica pronosticada como activa, Elaine Isabel Moreno Borjas (Guasimal 30, entre Norte y Joaquín Delgado, Reparto Callejas, Arroyo Naranjo, La Habana) cuenta que el 4 de julio hará un año que entregó en Comunales la guía forestal para que fuera podado o cortado un árbol con una altura de 15 metros en la parte de atrás de su casa, que peligra sobre otras, algunas en condiciones vulnerables. Y hasta hoy no ha tenido respuesta.
Sobre los basureros, refiere que en cualquier momento corren el riesgo de epidemias difíciles de controlar… No se comprende que en la Calzada de Bejucal, donde radica el Gobierno municipal, recojan frecuentemente la basura, así como en la calle Porvenir. Y no sucede lo mismo en el resto de las calles de ese municipio.
«En Víbora Park, donde radica un grupo electrónico, da miedo cuando los camiones llevan el combustible. Parece que se van a volcar. Vecinos de allí temen que pueda ocurrir un incendio. En Párraga y Reparto Callejas, en cada cuadra hay un basurero. Basureros que ocupan una cuadra completa, frente a locales donde venden pan. En fin, es muy triste pensar quién pondrá freno a estas situaciones», concluye.