Acuse de recibo
Como reza el periodismo ágil y oportuno, el pasado 11 de febrero el periódico Granma publicó unas declaraciones de Juan Carlos Domínguez Márquez, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, acerca de los esfuerzos que hace el país por revertir la situación de la leche normada para los niños y otros consumidores vulnerables.
Y al referirse al yogurt de soya para el desayuno de los niños de siete a 13 años, el directivo informó que «el producto no ha tenido dificultades en su entrega hasta la fecha a los consumidores y, en los casos donde se han presentado problemas con el envase, se ha repartido a granel, siguiendo todas las medidas sanitarias correspondientes».
Pero desde calle 164 no. 37716, apto. 36, entre 377 y 385, en el municipio capitalino de Boyeros, José Ramón Ruiz Morera manifiesta su inconformidad con los pronunciamientos del funcionario, contrastando sus palabras con la realidad vivida.
«El yogurt de soya, manifiesta, no siempre entra los días señalados; cuando eso ocurre los niños asisten a la escuela sin desayunar. Y al final del mes, en un maratón entregan todo el yogurt hasta completar las cantidades correspondientes. Pero eso no cumple ningún objetivo, pues los niños ya dejaron de desayunar».
En cuanto al yogurt a granel, afirma que «se vende de forma liberada sin priorizar a los niños; y hay personas que lo adquieren para la crianza de perros y cerdos. Y nuevamente los niños asisten a la escuela sin desayunar. Cuando esto ha sucedido los vecinos hemos llamado al puesto de mando del Poder Popular y no se ha resuelto la situación».
Desde el poblado de Cascorro, en el municipio camagüeyano de Guáimaro, el profesor Ricardo Salazar Crespo, residente en Juan Canino no. 66, cuenta que el Acuerdo 219 del Gobierno Provincial de Camagüey, aprobado el 29 de diciembre de 2021, y firmado al siguiente día, estableció costos del pasaje: de Guáimaro a Cascorro, distante unos 19 o 20 kilómetros: 25 pesos. De Guáimaro a Camagüey, entre 72 a 74 kilómetros, 40 pesos. Y de Camagüey a Cascorro, unos 53 o 54 kilómetros, 33 pesos.
Ricardo calculó y dedujo:
«Al viajero que pague 40 pesos hasta Camagüey, se le estará cobrando unos 55 centavos por kilómetro). El que viaje de Guáimaro a Cascorro, o viceversa, en el mismo transporte, y por la misma vía, estará pagando más de 1,32 pesos por kilómetro. Más del doble, lo que es totalmente injusto y desacertado.
«Si hacemos el cálculo más sencillo, la distancia de Guáimaro a Cascorro representa un cuarto de la de Guáimaro a Camagüey. Si hasta Camagüey son 40 pesos, hasta Cascorro deberían ser diez pesos; y aún es muy elevado el costo de ese transporte.
«En comparación, si tenemos en cuenta que hasta hace unos meses el pasaje en un ómnibus Yutong costaba 11 pesos entre Guáimaro y Cascorro, y ahora 15. ¿Tendrá algún sostén objetivo y lógico la tarifa establecida de 25 pesos, diez más en un vehículo menos idóneo, por la misma vía?
Para Ricardo esa sencilla estadística indica «la falta de correspondencia entre los precios fijados, aparte de constituir un precio exorbitante y abusivo para los residentes en Cascorro; hay que situarse en el lugar de quienes viajan desde Cascorro a Guáimaro y viceversa diariamente, porque allí trabaja, o desde allí viaja, un número significativo de personas».
Y para colmo, añade que, en ocasiones, en vez de 40 pesos, algunos transportistas cobran 50, y lo hacen aunque sea desde Cascorro a Camagüey.
«Considero que estos desaciertos podrían evitarse si desde el nivel nacional se fija el precio a pagar por el viajero, según kilometraje, el tipo de vía y el transporte a utilizar. O sea, transporte terrestre en camión particular, por cada kilómetro y por vía asfaltada, tanto hay que pagar; por terraplén, tanto», concluye.