Acuse de recibo
El 13 de diciembre de 2018, desde la ciudad de Matanzas, Reinaldo Fabián Aguilera contó aquí que el vecino, artesano con taller en su propia casa, fundía metales. Y los gases con sus penetrantes olores invadían la suya. Ni se podía respirar ni dormir, decía, con 68 años, hipertensión arterial y cardiopatía isquémica. Y su esposa diabética, alérgica y con problemas en la piel.
Antes, indicaba, había hablado con él, quien prometió mudar el taller. Fue en vano. El 13 de agosto de 2018 Reinaldo fue a la Unidad de Medio Ambiente del Citma. Funcionarios de ese centro dieron instrucciones al vecino, pero todo seguía igual. El 22 de octubre el afectado fue al Departamento de Higiene y Epidemiología del policlínico Carlos Verdugo, adonde volvió por respuesta. Y nada.
El 10 de febrero de 2019 respondió aquí la doctora Magaly Chaviano Moreno, directora provincial de Salud, que una comisión del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM) y del Citma entrevistó a Reinaldo y al vecino, visitó el lugar y confirmó que la contaminación podía traer daños a la salud, tanto para quien la promueve como para quien la recibe.
Se le prohibió al vecino fundir metales hasta que tuviera una chimenea más alta en radio de 15 metros a la redonda. Y le indicaron que concluida, coordinara con el CPHEM para evaluar la efectividad. Tras la aprobación por este, se regularían los trabajos entre la mañana e inicio de la tarde. No se permitirían de noche ni de madrugada. Y para el control y seguimiento del tema, se comunicó al delegado provincial del Citma, al jefe de la Policía, al fiscal jefe en el municipio, a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas y al director provincial de Trabajo.
El 3 de marzo de 2020, de nuevo Reinaldo denunció aquí que el problema seguía sin solución. Ahora escribe de nuevo y haciendo un recuento, detalla que el 28 de febrero de 2018 habían ido al lugar dos inspectores del Citma, quienes verificaron la contaminación. Dieron indicaciones de retirar el taller de ese sitio y se le impuso la medida de obligación. A los pocos días la contaminación siguió con más fuerza.
Indica que tras la respuesta de la directora de Salud publicada aquí, el 26 de febrero de 2019 recibió un documento con firma del delegado provincial del Citma como respuesta a la denuncia que hiciera el 13 de agosto del 2018: Se calificó Sin razón.
«Volví en muchas ocasiones a Salud Pública, Citma, Gobierno y Partido. He llamado hasta a la Policía, y no hay ninguna institución del Estado que ponga fin a este conflicto», plantea.
Añade que la Fiscalía municipal respondió a su denuncia el 6 de noviembre de 2019, cuando la visita por especialistas del Citma y del CPHEM, comprobó que ese día no había presencia de gases que dañen la salud, aún sin haber construido la chimenea. Y que la actividad no era fuente que causara afectación a los vecinos, pues trabajaban con un filtro y un impelente para impulsar los gases hasta que tuvieran los materiales para la chimenea.
Afirma Reinaldo que se ignoró y violó lo dispuesto por el propio Citma, de prohibir la fundición hasta que se cumpliera con lo indicado: «Nuestra vivienda de dos pisos es la más pegada. Con más altura que el llamado filtro e impelente, que expulsan los gases que chocan con nuestras ventanas y paredes y penetran en nuestras habitaciones. El 20 de enero de 2020 se instaló la chimenea, a menos de diez metros de nuestra casa, y no cumple lo dispuesto. Su altura no está a tres metros por encima de las ventanas más altas de nuestra casa.
«El pasado 3 de mayo de 2021 su hijo residente en el exterior escribió y contactó con el Citma en La Habana para denunciar el caso. Y el 21 de ese mes visitó a Reinaldo una comisión del Citma e Higiene y Epidemiología. Le hicieron las mismas preguntas y confirmaron que seguía la afectación. Días después le entregaron la respuesta, que declara sin razón la queja y sugiere que Reinaldo haga la denuncia pertinente en la Fiscalía provincial de Matanzas.
«Nos sentimos humillados, ofendidos, burlados nuestros derechos ciudadanos. En este momento estoy padeciendo de problemas respiratorios y alérgicos a causa de productos químicos que no tenía antes de comenzar esta historia. Mi esposa es diabética con serios problemas de la piel. Nos están enfermando más y más y las autoridades estatales que deben cuidarnos por nuestra edad y padecimientos nos quitan la razón. ¿Quién nos protege?», concluye.