Acuse de recibo
Charles de Armas González (Calzada No. 957, apto. 101, entre 8 y 10, Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana) cuenta que todo comenzó en septiembre de 2019: Por fallas en el teléfono ubicado en la sala del apartamento (se escuchaba muy bajo), su mamá hizo un reporte a Etecsa.
Fue el técnico, y apenas revisó el aparato de la sala. Sin permiso, pasó al cuarto de su mamá. Y con apenas una ojeada, volvió a la sala. Comenzó a desarmar el aparato. Luego volvió al cuarto. La señora fue tras él. Lo vio con el teléfono en sus manos, presto a quitarlo. El técnico planteaba que el teléfono del cuarto era de mejor calidad que el de la sala; por tanto, lo quitaría para ponerlo en el lugar de aquel. Ella no estuvo de acuerdo, pero el técnico hizo caso omiso. Ya con el aparato de la sala desarmado, no quedó otra que pasar el del cuarto para allí. Al terminar, el técnico se marchó, pero dejaba sorpresas…
Cuando la señora fue al cuarto descubrió, en el área donde estaba conectado el equipo, que el cable y la cajita habían sido arrancados, y los restos estaban ocultos entre la pared y el espaldar de su cama.
Días después comenzó una pesadilla que aún no cesa. El teléfono no tenía salida, solo recibía llamadas. Incluso, entraban llamadas de desconocidos. Algunos invocaban ese número, pero inquirían por otra persona desconocida. Y como si fuera poco, también la primera y última fila de las teclas del teléfono dejaron de funcionar, lo que impedía hacer llamadas.
La anciana volvió a reportarlo a Etecsa, y exigió que el técnico que acudió la primera vez no volviera. Fue otro, y comprobó lo dicho por ella. Prometió ayudarle a conseguir el cable y la cajita que fueron retirados. Pero, al hablar el técnico con su superior, este fue tajante al manifestar que el cable, teléfono y cajita eran problema del cliente. Debíamos buscarlas, pagarlas y solo entonces Etecsa procedería a su instalación.
Volvió ella a reportarlo, y de nuevo fue el técnico de la primera vez, acompañado por otro que solo se limitó a repetir lo que decía el primero. Cuando ella reclamó al primero el porqué retiró teléfono, cajita y cable de su cuarto, él le respondió que estaban en mal estado, lo que fue repetido por el acompañante.
Pero el técnico amable de la segunda vez le había dicho que Etecsa estaba vendiendo aparatos por segunda vuelta. Familiares y amistades de Charles lo ayudaron a averiguar con trabajadores en las dependencias de Etecsa. Él mismo visitó las de 17 y C y de Carlos III, y la repuesta siempre era la misma: no hay segunda vuelta, o ya se acabaron.
De ahí en adelante, afirma, «el cuartico está igualito». Múltiples reportes, incluso tres visitas a las oficinas de Etecsa por su mamá, con más de 80 años y varios padecimientos: hipertensión, diabetes, operación de cáncer de mamas, artrosis cervical, con disminución motora y auditiva.
Desde septiembre de 2019 hasta noviembre de 2020 fue reportando el servicio que no tienen, y Etecsa sin brindarlo, aún cuando no han dejado de pagar las facturas. En ese período tuvieron comunicación telefónica el 1ro. de mayo, el 26 de julio y otro día más.
A fines de noviembre de 2020 Charles fue a Etecsa y exigió una solución. «En medio de mi reclamo, expresa, mencioné que escribiría a la prensa. Y los primeros días de diciembre tuve servicio de manera estable y sin afectación. Duró hasta los últimos días de mayo. Hoy 8 de septiembre de 2021 sigo sin poder llamar, solo recibo.
«Como respuesta nos dicen que lo de las teclas y la imposibilidad de hacer llamadas es problema del aparato. Pero... ¿de diciembre de 2020 hasta mayo de 2021 se arregló solo?
«Esta situación ya es inmoral e insostenible, y no le veo solución. Mi madre tiene afectado el sueño. Cuando se acuesta en la noche solo piensa en esto. Se ha llegado a culpar y dice que ojalá y nunca hubiera hecho esa “llamada fatal” para reportar el teléfono porque se escuchaba bajo.
«En todo este tiempo he probado con tres aparatos diferentes que me han facilitado familiares o amistades, y que en los lugares donde estaban instalados funcionaban perfectamente. Pero en mi casa se les bloquean las teclas. No permiten marcar, solo recibir. A veces, funcionan por unas horas, para luego volver a lo mismo», concluye.