Acuse de recibo
SOS. Es crítica la situación del suministro de agua en parte de la ciudad de Pinar del Río, según informa Henry Mastrapa, quien reside en la calle San Antonio No. 84, en el reparto 30 de Noviembre de esa capital provincial.
«Hace unos 65 días, afirma, en la zona del Hospital Pediátrico, donde yo vivo, la situación con el abasto es un infierno. En todo este tiempo he podido coger agua solo dos veces, cuando antes llegaba cada cinco días más o menos, y todo el mundo podía llenar sus tanques. Ahora suministran cada 13 o 14 días, y casi nadie llena sus depósitos».
Henry fue a las oficinas de Acueducto y Alcantarillado, y le informaron que hay dos motores quemados, y se está trabajando solo con los otros tres. Por ello, no pueden llenar el tanque, del cual se distribuye el agua. Uno lo tenían que ir a buscar a La Habana, que lo estaban enrollando allí; y en cuanto al otro, les darían el alambre y las fibras para el mismo trabajo.
«Esto fue hace unos 46 días. ¿Demora tanto enrollar un motor? Por suerte o por desgracia tengo que pasar a diario por donde está dicho tanque, y siempre está llenando las pipas. ¿Hay agua en el tanque o no? ¿Por qué hay sitios en Pinar donde el agua permanece entrando tres días, o, incluso, donde no se va nunca? Se puede vivir sin
comodidades y sin lujos, pero sin agua no», concluye Henry.
Y Ana Gladys Serrat Valdés, quien reside en la calle Iisidro de Armas No. 14, entre 1ra. y 2da., en el reparto Celso Maragoto de la ciudad de Pinar del Río, denuncia que hace mucho más de un mes que allí no tienen ni una gota de agua.
Refiere que llaman constantemente a Acueducto, pero ya están hartos de escuchar las mismas respuestas: que si los motores están rotos, que si los pozos no funcionan, que si se arregló tal pozo pero se rompió otro, que si la conductora está parada, que si estamos esperando que se recupere el tanque… Que si, que si, que si…
«Otras veces, subraya, nos dicen que ya están todos los motores perfectos, los mandaron de La Habana y se están instalando. Pero después es que si los motores que mandaron de La Habana no sirvieron».
Adael Castellanos Hernández (Calle 1ra. No. 186, comunidad Campo de Aterrizaje, Palma Soriano, provincia de Santiago de Cuba) cuenta una historia no menos seca de soluciones.
Señala que hace unos años el pozo que abastece a la comunidad tenía un rendimiento de cinco litros por segundo, y entonces el ciclo de distribución de agua estaba por los siete días. Luego el pozo se deprimió y su rendimiento alcanzaba apenas un litro por segundo. El ciclo pasó a más de 60 días, eso si no ocurrían las frecuentes roturas en las redes de distribución.
«Hace más de seis meses la bomba de un litro se quemó, manifiesta, y desde entonces estamos abandonados a nuestra suerte. No abastecen los tanques de agua segura del barrio, no mandan pipas. Y esto sucede desde antes de la difícil situación energética del país.
«Todo esto lo hemos planteado los factores de la comunidad a las autoridades políticas y gubernamentales del municipio, a los dirigentes de Acueducto y a la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos. Y hasta la fecha no hay respuesta.
«Quizá usted se pregunte cómo nos las hemos arreglado. Pues hemos puesto canales para recoger agua de lluvia, y pagando pipas a precios exorbitantes. Pero ya se avecina el período seco. Y nos dicen que en el país no hay una bomba de un litro por segundo», concluye.