Acuse de recibo
El 13 de noviembre de 2018, y desde Trinidad, Manuel Eduardo Polanco Pérez contaba aquí que desde hacía cuatro meses tenía albergadas en su casa a su hija y a su nieta, pues la vivienda en que residen estas y otras aledañas estaban afectadas por la obstrucción de la tubería de evacuación de aguas negras.
Y cuando llueve, añadía, se incrementan los albañales y los excrementos; salen por la bañera y el inodoro, inundando todas las habitaciones.
Refería que en cinco ocasiones él se había dirigido al Departamento de Atención a la Población de la Empresa Municipal de Acueducto y Alcantarillado. Y la última, el 29 de agosto de 2018, incluyó entrevista con el director de la referida entidad, quien, ante Manuel Eduardo, dio orientaciones para que se resolviera de inmediato. Pero no fue así. «¿Hasta cuándo?», preguntaba el remitente.
Y fue el 11 de marzo pasado, casi cuatro meses después, que Laritza Rivero Jorge, directora general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en la provincia de Sancti Spíritus respondió al respecto.
Explica Laritza que en visita a Manuel Eduardo por el director de la UEB Acueducto Trinidad (no precisa cuándo) se le detalló que la obstrucción del registro está dentro de los límites de las viviendas, cuestión que imposibilita realizar acciones en esa zona por parte de esa entidad, la cual solo puede garantizar el servicio de desobstrucción cada vez que presente dificultades.
Y en una segunda ocasión (tampoco precisa cuándo) se le reportó al jefe de Mantenimiento, y en un término de 24 horas quedó resuelto. Y concluye declarando la queja «con razón y solucionada».