Acuse de recibo
En esta última edición de la columna en 2018, nada más alentador para recibir un nuevo año y confiar y enorgullecerse de la humanidad del cubano, que acoger la historia del doctor Primitivo Juan Condis Sacasas, residente en Avenida de los Mártires 204, entre Adolfo del Castillo y Mambí, en la ciudad de Sancti Spíritus.
Cuenta Primitivo que el 11 de noviembre pasado viajaba por la Autopista Nacional con destino a Matanzas, con su esposa de 76 años, y su hija e hijo, este último iba conduciendo el automóvil.
Entre el kilómetro 206 y 207, su hijo sufrió una crisis hipertensiva, con pérdida del conocimiento y del control del vehículo, que se fue hacia el separador central. Y Primitivo, que venía en el asiento trasero, a duras penas pudo sacar el auto de la vía. No sufrieron daños físicos de consideración, pero su hijo convulsiona.
«Yo soy médico, afirma, pero me era imposible sacar a mi hijo por su peso y por la ubicación del carro. En ese momento todo empezó a fluir de forma rápida y precisa, y se le dio la oportunidad de vida a mi hijo.
«Se desencadenó una ola de generosidad, empezando por los primeros auxilios dados por el coronel Onel Estévez Matos y el teniente coronel Rafael Valdés Almenares. Sin ellos, el final no hubiese sido satisfactorio.
«Entereza, responsabilidad, compromiso, altruismo... Serían interminables los adjetivos para calificar su valiosa ayuda. Ellos se encargaron de sacar el carro del lugar donde estaba; extrajeron a mi hijo y lo enviaron al policlínico más cercano, el de Cartagena.
«Y permanecieron junto a nosotros todo el tiempo. Nos mantuvieron comunicados con mis hijos para que estuviéramos al tanto de la situación. Nos aseguraron que iban a permanecer con nosotros hasta que llegara alguien de la familia. Y localizaron la patrulla de carretera de guardia ese día, que se presentó en el lugar.
«Luis Rolando González Sánchez, director de Etecsa en Sancti Spíritus, y su chofer, venían de La Habana de una jornada de trabajo, y fueron avisados de la situación, ya que mi hijo es trabajador de Etecsa. No dudaron en darnos su ayuda solidaria, al trasladarnos a mi esposa y a mí del lugar de los hechos, hasta que llegara mi yerno. Nos mantuvieron en comunicación con mis hijos constantemente.
«Misael Rodríguez Feo y su esposa Marisel Ibarra, amigos personales, no dudaron en acudir y trasladar primero a mi yerno al lugar donde estábamos, y después a nosotros a nuestro hogar, sin dejar de darnos atenciones. «Eduardo Chinea, presidente de la Asociación Culinaria de Cienfuegos, amigo de la familia, y Carlos, trabajador de esa entidad, que fueron incondicionales. «Todas esas muestras fueron espontáneas de personas trabajadoras y honestas, destaca. Y de nuestro sistema de salud, quiero resaltar al médico de guardia del policlínico de Cartagena: su diagnóstico fue el más importante. Brindó los primeros auxilios y remitió el caso al hospital Gustavo Aldereguía, de Cienfuegos, donde permaneció cinco días.
«Es por eso que, aunque algunos digan que todo está perdido, no lo creo así», concluye el remitente.
Agradezco al doctor Primitivo su testimonio de gratitud, que dice mucho también de su condición humana. Y hago votos porque en el inminente 2019 tengamos aquí, mediante nuestros lectores, junto a las denuncias y quejas, más historias de esta naturaleza, que dicen mucho de los valores solidarios y humanos de nuestra gente.
A nuestros fieles lectores, les envío un abrazo de felicitación y los deseos de que este nuevo año les haga justicia en sus sueños, aspiraciones y proyectos. Esta columna continuará al lado de ustedes, en las buenas y en las malas, como un sitial de la democracia socialista que todos debemos impulsar y proteger mucho más en lo adelante. ¡Feliz Año!