Acuse de recibo
Lo alertaron aquí, el pasado 14 de agosto, los pinareños Orlando González, Raúl Alonso y Yaritza Pérez, integrantes de la junta directiva del Consejo de vecinos del edificio No. 27, en Hoyo de Monterrey, San Juan y Martínez. El inmueble, inaugurado sin todas sus partes y accesorios concluidos, en 1990, a la vuelta de 28 años sin reparaciones de intensidad ya muestra un deterioro alarmante.
«Se comenzaron a derrumbar los balcones, y por su parte posterior se empezó a rajar de arriba a abajo, poniendo al inmueble en estado de derrumbe total y con el peligro de pérdida de vidas humanas», expresaban los dolientes.
Ante el peligro, añadían los remitentes, fueron visitados por dirigentes del municipio, se prometieron otras visitas especializadas y prontas acciones de reparación, y seis meses después, el cuartico estaba igualito. Encima de eso, el colapso de los desagües de albañales provocaba ya una insalubridad desesperante.
Al respecto contesta Alexis Vargas Miranda, quien encabeza la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) en San Juan y Martínez. Apunta Alexis que, efectivamente, la razón más poderosa de la queja es que «el pasado 23 de abril del presente año alrededor de las 11:40 del mediodía, hubo de desprenderse la losa que ejercía como baranda del balcón en el apto. no. 7 del citado edificio, como resultado del deterioro de los insertos que la fijaban al piso del balcón», lo cual constituyó «una seria alarma para los vecinos y para nosotros, y esa fue la razón de que al ocurrir el accidente inmediatamente se presentaran en el lugar las máximas autoridades del territorio, indicándose la realización de un dictamen técnico que definiera la causa del accidente y el alcance de la afectación».
En fecha 3 de mayo, apunta el funcionario, se efectuó la visita especializada, por una comisión de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería de la provincia. Se emitió entonces el dictamen técnico y el proyecto que define las acciones para solucionar el problema. Dicha documentación fue recepcionada en la DMV el 20 de junio de 2018. Y el directivo reconoce que de estos procederes «no se le había dado toda la información a la junta (de vecinos) por lo que decidimos entregarles copia del documento».
Representantes de la DMV se reunieron además con todas las familias de la edificación y «se les apercibió de no caminar por debajo de los balcones, ni recostarse a las barandas de los mismos, para evitar posibles daños a las personas», expresa el ejecutivo.
El inmueble cuenta «con una junta muy activa que ha ejecutado por sus medios muchas acciones para mantener la integridad y confort del edificio, como la reparación de su cisterna, la colocación de luminarias en las escaleras, y la reparación de sus pasamanos», admite Alexis. Y señala que desde el pasado febrero, atendiendo a solicitudes de este mismo equipo directivo de los residentes, se decidió incluir la edificación «en el plan de rehabilitación para este 2018, con fecha de inicio en octubre y terminación en noviembre, acciones que están contratadas desde esa fecha con la UEB de Construcción Civil de nuestro territorio».
No obstante, el Director de la DMV sostiene que para tranquilidad de los lugareños «el dictamen deja claro que el edificio no se encuentra en derrumbe y mucho menos inhabitable».
Y sobre el otro problema señalado, la inundación albañal, refiere el ejecutivo que los desagües, «aunque no han colapsado, sí presentan averías en dos de las tres salidas al registro», lo cual también será solucionado «por la Dirección de la Vivienda con el proyecto previsto».
Agradezco la rápida y detallada respuesta. Es lamentable que solo se informara a los lugareños de los proyectos y procedimientos que se estaban barajando una vez publicado el reclamo en la prensa. Por otra parte, conociendo nuestros procesos de reparación, alarma un tanto a este redactor que las acciones reconstructivas que no se han ejecutado en tantos años, ahora se planifiquen «con fecha de inicio en octubre y terminación en noviembre». Solo espero que la junta de vecinos, activa como es, no permita que la improvisación y el apuro deriven hacia la chapucería.