Acuse de recibo
El pasado 6 de abril, y desde la ciudad de Manzanillo, Jorge Luis Sánchez Gallardo revelaba su preocupación por el hecho de que, tras la crisis de medicamentos del 2017, se informó que a partir de enero de 2018 la situación iría mejorando paulatinamente. Y lo decía, porque su experiencia al respecto fue otra en los primeros meses de 2018.
Contaba que él y su mamá son cardiópatas, y los medicamentos que consumen son controlados mediante el llamado «tarjetón», entre ellos el Dinitrato de isosorbida. Y en el telecentro manzanillero se había informado que las farmacias tienen 72 horas a partir de la llegada de los medicamentos para realizar la venta de los mismos.
Pero, según él, en la farmacia 632 donde compra, sita en Martí esquina a Salud, el 14 de marzo la venta comenzó a las 8:00 a.m., y ya a las 8:17 a.m., se había agotado el Dinitrato de isosorbida. El 27 de marzo se inició la venta a las 8:00 a.m., ya a las 8:29 a.m. no había dicho medicamento.
«Desde julio de 2017 hasta la fecha, afirmaba, solo he logrado comprarlo en agosto de ese año. Y luego el 26 de marzo logré que en otra farmacia me vendieran 50 tabletas (tanto mi mamá como yo debemos consumir 90 al mes), cuando mostré la tarjeta para que vieran que desde agosto de 2017 no lograba comprarlo, pues se agotaba en poco tiempo».
Al respecto, responde el doctor Ciro Braulio Estrada García, director provincial de Salud en Granma, que pudo comprobarse que fue insuficiente el plan solicitado y aprobado del Dinitrato de isosorbida, para dar respuesta a los pacientes inscritos en la farmacia 632.
También se registró un incremento de los pacientes inscritos para el Dinitrato…, pues al retirarse del cuadro básico otros nitritos como Nitropental, se derivaron esos pacientes luego de valoración facultativa, hacia aquella opción. Y por ello se generó un sobreconsumo del Dinitrato.
Sí pudo comprobarse, señala, mediante los documentos auditados, que no hubo desvíos del medicamento que implicaran ilegalidades por el personal de la farmacia.
Refiere que, «a pesar de que la farmacia realizó solicitudes por encima de su necesidad, las cantidades recibidas el 14 y el 27 de marzo solo satisfacían el ocho y el 19 por ciento, respectivamente, de lo pedido; toda vez que no se dispensó de forma equitativa ese medicamento, teniendo en cuenta el porciento de afectación».
Por ello, refiere, la queja de Jorge Luis se calificó Con razón, pues él no pudo adquirir su medicamento por no estar disponible en la red de farmacias.
Precisa el doctor Ciro Braulio que ante los incumplimientos identificados, a la directora de la Unidad Empresarial de Base de Farmacias Manzanillo se le demovió definitivamente de su cargo; a los responsables de la actividad técnica del municipio se les aplicó una amonestación ante el Consejo de Dirección de la UEB; y al administrador de la farmacia y a la especialista técnica de esa unidad se les amonestó ante el colectivo de trabajadores.
«Además, concluye, se adoptaron medidas organizativas con todas las partes, que permitirán el perfeccionamiento de la planificación de los medicamentos a nivel de farmacia, así como un mejor funcionamiento de esta; realizándose la propuesta de solicitud de incremento del plan al Ministerio de Salud Pública, como se establece en la captación de las demandas para 2019. Y se le ofreció respuesta al promovente, el que cuenta con cobertura del medicamento para su tratamiento, mostrando conformidad».
Agradezco la exhaustiva respuesta del director provincial de Salud, la cual nos reafirma una vez más que, junto a las razones objetivas que han condicionado la escasez de medicamentos en el país, también inciden problemas subjetivos, de organización y capacidad de prevención.
En cuanto a las situaciones que puedan estar presentándose con los llamados medicamentos controlados o de «tarjetón», sería muy saludable y transparente que se informara sistemáticamente el balance y existencia de ellos en el país. Y hasta en cada farmacia debería haber una información pública del número de pacientes controlados, así como de las cantidades recibidas en cada distribución, para, en casos de déficit, tratar de vender lo más equitativamente posible, y no solo a los que lleguen primero a la cola.