Acuse de recibo
El 3 de febrero pasado, bajo el título Poniéndome en sus zapatos, reseñé la denuncia de la habanera Norma Rodríguez sobre lo sufrido por su hermana, quien padece serias deformaciones óseas en los pies, y por indicación médica mandó a hacer unas sandalias ortopédicas en el Laboratorio Especializado de Curazao, La Habana Vieja, dependencia del Centro Nacional de Ortopedia Técnica Cuba-RDA.
Contaba Norma que, tras tomarle las medidas de los pies a su hermana, le dijeron que debía esperar un año por las sandalias, porque no había hebillas. Al fin, en octubre de 2017, cuando recogió el calzado, no tenía las medidas suyas. Reclamó, pidió ver la hoja donde trazaron las plantillas: sobre las originales habían dibujado otras en sus bordes, sin que pudieran identificarse las reales.
Lo peor fue que, cuando la hermana le mostró el par de sandalias a Norma, esta descubrió que cada una tenía una talla diferente. Eso sin contar que, según la remitente, «las hebillas fueron colocadas con tanta chapucería, que para la persona resulta casi imposible poder pasarlas y cerrarlas por sí misma, si no tiene la ayuda de alguien».
Y Norma añadía: «No voy a detallar la pobre calidad y estética de las sandalias de marras, y el equivocado concepto de que zapato ortopédico es igual a zapato útil, pero feo; y que su precio en diez CUP lo justifique».
Al respecto responde el doctor Geovani Suárez Fernández, director del Centro Nacional de Ortopedia Técnica (CNOT), que la comisión creada, la cual se entrevistó con todas las partes implicadas y revisó los documentos, reconstruyó así la historia.
La cliente se registró en el laboratorio el 11 de julio de 2017, para que le confeccionaran el calzado. Le tomaron las medidas sin notificarle la fecha de recogida, orientándole que se mantuviera en contacto con la unidad. Violación de lo establecido, que es definir en la orden de trabajo la fecha exacta de recogida del calzado.
Se constató que en julio y agosto sí había hebillas, por lo que la esgrimida falta de estas no fue la causa de la demora. Fue una información errónea de la dependiente, al no verificar el asunto con la administración antes de responder a la paciente. Y se verificó que los zapatos se entregaron a los cinco meses de la solicitud. No tenían la calidad requerida y la medición fue mal realizada.
Precisa que hubo problemas de comunicación e información entre el especialista, la dependiente y la paciente. Y se comprobó que ese día la directora del Laboratorio estaba en un consejo de dirección en el CNOT, y no estaba localizable para atender personalmente a la clienta.
La queja se calificó con razón, señala el doctor Geovani, por los incumplimientos en la atención a la solicitante, desde la recepción del pedido hasta la continuidad del proceso productivo, incluida la falta de celeridad en la confección del calzado, lo cual motivó una entrega demorada y sin calidad.
«Por las violaciones identificadas —manifiesta— se aplicaron las siguientes medidas disciplinarias: al especialista de Calzado se le aplicó la separación definitiva de la entidad; a la dependiente, una amonestación pública ante el colectivo laboral, y la directora del Laboratorio fue demovida definitivamente de su cargo, por insuficiencias en su desempeño, y falta de organización y control en la unidad».
Los resultados de la investigación, añade, se socializaron con el resto de los laboratorios subordinados al CNOT, para que hechos como este no vuelvan a ocurrir. Y se les ofreció respuesta a Norma y su hermana, quien se encuentra en recuperación de una intervención quirúrgica; además se hicieron todas las coordinaciones para su posterior atención en el CNOT.
Agradezco la respuesta, la cual evidencia que el CNOT «se puso en los zapatos» de la clienta maltratada. Ojalá, como manifiesta el doctor Geovani, allí y en todas sus dependencias logren el control preventivo para que historia tan lamentable no se repita.