Acuse de recibo
¿Cómo se explica que en una misma entidad, teniendo el mismo nivel educacional superior e incluso ocupando similares cargos, sean beneficiados con aumentos salariales unos y no así otros?, se cuestionan en una carta colectiva los trabajadores de la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas de Cienfuegos.
La misiva, firmada por Oneris Martínez González, señala que la Resolución 22 de 2014 implementó el incremento de salario para los trabajadores del sector de la Salud. Y en lo relacionado con las empresas de Farmacias y Ópticas, solo están comprendidos los graduados de tecnólogos de la Salud o licenciados en Ciencias Farmacéuticas que ocupen cargos específicos, determinados en una carta emitida por el director de Recursos Humanos del Ministerio de Salud Pública.
Tal decisión, señalan, provoca grandes diferencias salariales entre trabajadores que, aunque ocupan un mismo cargo o responsabilidad similar, y tienen el mismo nivel educacional superior, no tienen el derecho al incremento por no ser graduados de esas especialidades. Y ello se hace sentir en el pago por resultados, que es el fruto del desempeño de todos. Así, unos tienen salarios elevados mientras los de otros son bajos.
Ejemplifican con el caso del trabajador que desempeñe un cargo de especialista y sea graduado de tecnólogo de la Salud o licenciado en Ciencias Farmacéuticas: percibe un salario básico de 790 pesos, mientras que otro, siendo igualmente especialista, pero graduado en otra especialidad, aunque sea de nivel superior, tiene un salario de 418 pesos.
«Desde la aprobación de la Resolución 22, hace casi tres años, enfatizan, ha existido inconformidad de los trabajadores que no tuvimos derecho al incremento salarial. Se escribió al Sindicato Nacional, al Ministerio de Salud Pública y al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Y en cada respuesta emitida a los trabajadores inconformes por esas instancias, se reitera que esa situación se está analizando (¡desde septiembre de 2014!)».
El salario de quienes tienen derecho al incremento —aclaran en la carta— es el resultado de los ingresos y la eficiencia de la empresa por el esfuerzo de todos sus trabajadores. Y este no afecta el presupuesto del Ministerio de Salud Pública ni el del Estado, ya que son una empresa en perfeccionamiento empresarial, la cual autofinancia sus gastos.
Y concluyen: «¿Es posible que en una misma entidad, trabajadores con el mismo nivel educacional y en ocasiones ocupando el mismo cargo, tengan salarios diferentes solo por ser graduados en una escuela u otra, si finalmente todos brindamos servicios encaminados a mejorar la salud del pueblo; y la Resolución 22 se aprobó específicamente para trabajadores de la Salud con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios que presta este sector?».
Olga Felipe Morales (calle 23 No. 1060, apto. 11, entre M. Sánchez y 8, Vedado, La Habana) es una anciana de 88 años que sufrió una fractura de cadera y fue intervenida satisfactoriamente en el Hospital Fructuoso Rodríguez.
Y por residir en un tercer piso, para bajar y asistir a consulta externa, requiere para descender del adiestrado personal de la Unidad de Rescate y Salvamento de la calle Zapata.
«Esos muchachos y muchachas, afirma, al ser convocados por mi familia, siempre se presentan con prontitud, educación y cariño. Siempre buscando soluciones, incluso cuando se han encontrado casos imprevistos y difíciles.
«Son verdaderos profesionales. Están llenos de valores, constituyen un ejemplo para todos los jóvenes. Yo y mi familia les estaremos eternamente agradecidas.
«Pero resulta curioso que cuando les reconocemos verbalmente por su profesionalidad y ternura, invariablemente, y con la modestia que los caracteriza, dicen que solo cumplen con su deber. ¡Qué humildes y qué bien cumplen! Y eso que dicen que la juventud está perdida...
«Llegue también nuestra gratitud a sus superiores, que han sido capaces de formar a sus pupilos, nutriéndolos con sus conocimientos y sensibilidad», finaliza.