Acuse de recibo
Desde el barrio habanero de Pogolotti, en Marianao, el pasado 31 de mayo Nereida Argudín contaba aquí que desde julio de 2015 hasta mayo de 2016 ningún cobrador de la Empresa de Gas Manufacturado la visitó para leer el reloj contador del gas y verificar su consumo, ni para entregar la factura.
Ella estuvo sin pagar desde julio hasta diciembre de 2015. Y en ese último mes se personó una cobradora con aviso de cobro de 52,80 pesos, por el consumo de junio a noviembre de 2015. En la misma factura, aparecía escrito a mano un importe adicional de 10,56 pesos que, según la cobradora, correspondía a diciembre de 2015.
Nereida cuestionó, pues a su casa no habían ido durante todos esos meses a leer el metro contador. La empleada le dijo que se calculaba por un promedio histórico del último mes pagado. En desacuerdo, Nereida no pagó el importe. Y fue el 3 de mayo de 2016 que liquidó los 52,80 pesos.
Ya el 30 de abril le habían dejado otro aviso de cobro por 84,48 pesos, que incluía el importe de los seis meses atrasados, más enero y febrero de 2016, aunque tampoco le habían leído el contador en ese tiempo.
El 13 de mayo, ella preguntó al jefe comercial por qué en un año no habían leído el reloj, y este adujo que no tenían personal. Y al indagar por qué no entregaron las facturas desde junio de 2015 hasta mayo de 2016, contestó que de julio a diciembre de 2015 no tenían papel para imprimirlas.
Nereida pidió un inspector para verificar si su contador funcionaba. Le dijeron que esperara llamada del inspector. El 20 de mayo ella fue a la oficina comercial y pagó diciembre de 2015. Preguntó por el inspector y le dijeron que estuvo de vacaciones, que en esos días la llamaría. El 26 de mayo pasó un empleado cobrando enero, febrero y marzo de 2016, sin haber leído el metro contador.
Con razón, Nereida preguntaba: «¿Hasta cuándo voy a tener que pagar un importe de 10,56 pesos que no es real, porque la oficina comercial no manda a un compañero mensualmente a leer el reloj de mi vivienda, como es lo lógico?».
Responde Jorge Navarro Eeyes, director general de la Empresa de Gas Manufacturado, que en visita a Nereida se comprobó que su metro no estaba funcionando correctamente, por lo cual fue sustituido el pasado 4 de junio.
Precisa que, ciertamente, a fines de 2015 se facturaron cinco meses juntos por cambios efectuados en el sistema de facturación. Y añade que fue informado en más de una ocasión por los medios de difusión de la capital, en las casas comerciales de la entidad y a los delegados en su preparación para el proceso de rendición de cuenta, «dando facilidades de pago a nuestros clientes».
Reconoce que el no leer el contador con la regularidad requerida y que el inspector solicitado no visitara a la clienta obedecen a un mal trabajo de la casa comercial. «Hubo falta de profesionalidad y seguimiento», señala, y ofrece disculpas por las molestias.
Consigna que fue abierto un expediente disciplinario contra el técnico en Gestión Comercial de la Casa Comercial de Marianao, a quien se le aplicará traslado temporal por un año a otra plaza de menor remuneración y calificación. Y al jefe de la Casa Comercial se le hizo un señalamiento.
Acota que la estrategia de comunicación de esa entidad está enfocada hacia el cliente, para mantenerlo informado, ofreciéndole alternativas de pago, y no a justificar insuficiencias, como las de este caso.
Refiere que, ante cualquier inquietud con respecto al servicio, se puede contactar con el Grupo de Atención al Cliente de la Empresa, de lunes a jueves de 7:00 a.m. a 4:30 p.m.; y los viernes hasta las 3:00 p.m., por los teléfonos 7204-3028 y 7204-3072, extensión 175.
Agradezco la respuesta, aunque no se esclarecen algunos asuntos, como la factura de diciembre escrita a mano, y los argumentos de falta de personal y de papel.
Al final, el técnico fue sancionado en una plaza de menor remuneración por un año y el jefe de la Casa Comercial apenas recibió un señalamiento, a pesar de que la clienta los visitó y alertó muchas veces. Faltó control y supervisión del trabajo, garantía de la mejor comunicación con los clientes. Ojalá no se repitan tales desaguisados.