Acuse de recibo
Desde que tenía 49 años el cienfueguero Israel Lay Apezteguia (calle Luna No. 033 entre Ignacio Agramonte y Orosmán Dueñas Valero) está amputado de la pierna derecha. Por esa razón debe usar una prótesis para incorporarse a la vida social y laboral.
Pero sucede, según nos cuenta Israel, «que el número de mi pie es muy grande y en estos momentos no he podido utilizar más la prótesis, porque el pie está muy deteriorado y no lo encuentro en ninguna parte. He llamado varias veces al lugar destinado para eso en mi provincia (…) y no hay solución, al igual que en Cuba-RDA en La Habana, y tampoco hay respuesta. En esta misma situación hay un amigo mío que se dedica a la producción de alimentos para el pueblo, aun con su limitación, y no ha podido trabajar más porque el pie de su prótesis está en la misma situación que la mía y con el mismo número», relata el afectado, quien hoy tiene 53 años de edad.
Añade Israel que confía en que se pueda encontrar una solución para él, su amigo y los demás que en el país quizá se hallan en condiciones semejantes.
Más allá de las carencias materiales que afrontamos, los cubanos hemos sido especialistas en inventar métodos de subsistencia y tender puentes solidarios. ¿Qué podría hacerse, desde la iniciativa estatal o particular, para que el inmovilismo no frustre la vida de este compatriota?
Enorme. Así es, a juzgar por las dimensiones que describe en su misiva el capitalino José Ferreiro Hernández (Calzada de 10 de Octubre No.77, entre San Ramón y Cristina, Cerro) el bache que desde hace aproximadamente un año dificulta el paso en Calzada de 10 de Octubre, entre San Ramón y Cristina.
La furnia, detalla el remitente, tiene unos «seis o siete metros de largo y tres o cuatro metros de ancho, de 20 a 30 centímetros de profundidad, y casi coge la mitad de la calzada».
«Los vehículos caen en él y hay veces que casi tienen que subirse por encima de la acera para no (…) tener un accidente. Se planteó en la última rendición de cuenta y la respuesta fue que no hay material para arreglar ese hueco». ¿Tenemos que esperar un accidente para resolver el problema?, se pregunta el lector.
Alarmada por la inexistencia de especialistas en el Grupo de Diagnóstico del Área Técnica de la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) en La Habana del Este, nos escribió la habanera Miriam Álvarez García (Edificio A36, apto. 12, zona 4, Alamar, La Habana del Este). Ella necesitaba un dictamen especializado de varias afectaciones constructivas. Su caso se publicó aquí el 3 de octubre de 2015.
Al respecto contestan Luis Esteban Cárdenas Cuadrada y Marta E. Valverde Poey, jefe de Atención a la Población y directora de la DMV en La Habana del Este. Los funcionarios explican: «Los problemas planteados son reales y no están resueltos. De una plantilla aprobada de ocho técnicos, se encuentra cubierta por uno solo (…), lo que hace imposible que se cumpla al ciento por ciento con la atención que merece la población en el tiempo establecido».
A la señora Miriam Álvarez García, apuntan, se le realizó la visita técnica el pasado 31 de noviembre, por el licenciado Fidel Araujo. Se atendió al trámite solicitado por filtración existente en la vivienda de su hija, y ella quedó conforme con el servicio.
Y terminan su misiva con la siguiente idea: «Esperamos haber dado respuesta a la inquietud lógica alegada, cumpliendo de esta forma nuestra institución con el deber de explicar a nuestro pueblo cada problemática, logrando así una mayor efectividad en el cumplimiento de nuestro objeto social, que en definitiva es brindar un satisfactorio servicio a cada cubano y cubana».
Agradezco la contestación. Y comprendo las tensiones que han de pasar en la DMV con la falta de personal para llevar adelante el trabajo. Pero no creo que si el objeto social de la entidad es brindar un servicio de calidad, como afirman, deban conformarse únicamente con reconocer que les faltan trabajadores. ¿Se habrá hecho todo lo necesario para captar empleados? ¿Se ha elevado a las instancias nacionales de la Vivienda el asunto para ver si de forma centralizada se adoptan estrategias que estimulen la contratación? Si ante la tormenta solo admitimos que está lloviendo, nada impedirá que nos mojemos.