En la presentación del pasado jueves se mezclaron historias y personajes de varios escritores cubanos. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 15/11/2025 | 11:15 pm
«Las historias saltan de los libros y cobran vida, voz», así inicia, con la idea de una expectativa que emociona, la sinopsis del espectáculo Te cuento lo que leí, la más reciente presentación del ya treintañero proyecto NarrArte, que deleitó a los presentes en la Casa de Titón y Mirtha el pasado jueves, como parte de la programación del espacio Escena Rebelde —dirigido al público adolescente y auspiciado por Assitej Cuba—, uno de los principales eventos del 21er. Festival de Teatro de La Habana, que concluye hoy luego de varias jornadas en las que cultores y amantes de las artes escénicas han estado de plácemes en la capital de todos los cubanos.
Y es que animar las palabras con gracia seductora, combinarlas para que de esa armonía, matizada con sonoridad, por la que discurre la vida en sus múltiples visiones, nazca la belleza, la enseñanza y el disfrute, ha sido la principal motivación de NarrArte, una iniciativa fundada en 1995 por la maestra de generaciones de narradores orales Mayra Navarro, y que ha tenido como eje central el cuento narrado de viva voz para todos los públicos, con una labor en la que también se ha asumido la conversación, el relato de anécdotas y la tradición oral en todas sus variantes, a favor del desarrollo de la comunicación humana, siempre con fuerza y entrega palpitante.
Beatriz Quintana Valle, directora de NarrArte, conversó en exclusiva con Juventud Rebelde y compartió esencias de este proyecto —perteneciente al Centro de Teatro de La Habana—, itinerante por sus propias características, e integrado en la actualidad por ocho narradores, un promotor cultural, un músico acompañante y arreglista, y un asesor consultante, quienes provienen de la medicina, la actuación, la música, el periodismo, la ciencia y, sobre todo, el magisterio.
—¿Cuáles han sido las principales obras interpretadas? ¿Son cuentos propios o adaptaciones?
—Nuestro repertorio es variado. Hemos trabajado con cuentos de la literatura universal y también de reconocidos
autores cubanos. Si bien la mayoría de las propuestas son adaptaciones, tenemos escritores en el grupo que comparten sus creaciones.
«Es importante destacar que en estas tres décadas nuestras sobresalen muchos espectáculos que la maestra Mayra Navarro hizo en solitario, como Cuentos de mujeres, y otros que ella realizó con la presencia de miembros de otros colectivos, como Entre cuentos anda el cuento, que fue un homenaje a Samuel Feijóo en el natalicio de su centenario, y De Grandes… todo, que devino tributo a figuras representativas del teatro musical cubano.
«Una mención especial merece, sin lugar a dudas, ¡Cómo está el tiempo...!, una de nuestras creaciones emblemáticas para el público infantil y que nos hizo acreedores del Premio Juglar, el mayor reconocimiento que otorga la Uneac a los narradores orales.
«Aunque no contamos con una sede para nuestro trabajo, algo que lamentamos mucho, hay que resaltar que el proyecto ha tenido en estos años varios espacios fijos de presentación, como Esperando el cañonazo, de 1998 a 2000, en el Patio de los Jagüeyes del Parque Morro-Cabaña; Desde el jardín, de 2000 a 2002, en el Museo de Arte Colonial, y Déjame que te cuente, en el Museo de Artes Decorativas, entre otros. En el año 2018 nació Juegan las palabras, en la Casa de la Poesía,
con la conversación y las anécdotas como hilo conductor de una tertulia en la que se contaba con la narración oral como plato fuerte y con artistas invitados de diversas manifestaciones; pero esta idea se vio interrumpida por la pandemia. Durante largo tiempo mantuvimos igualmente, en la biblioteca provincial Rubén Martínez Villena, el espacio La hora del cuento, dedicado especialmente al público infantil. Y actualmente se sigue haciendo Ven que te cuento, el segundo martes de cada mes, en la librería Fayad Jamís, también para los más chicos de casa.
—¿Cómo ha sido el trabajo para los niños?
—Es el que más nos satisface realmente. Los más pequeños son exigentes, pero muy agradecidos cuando la creación artística es buena. Siempre te hacen saber lo que sienten; por eso nos divertimos mucho con ellos, desde el momento de la creación hasta la puesta en escena.
«El cuentero es mentiroso por antonomasia, pero con los niños debe ser muy cuidadoso y hacer creíble la mentira más grande. Es lo que llamamos suspensión temporal de la incredulidad».
—¿Qué caracteriza el cuento narrado de viva voz?
—Justamente, como bien se dice, tiene que ser algo vivo, sentido, pues el narrador hace uso de los recursos expresivos que posee, como la voz y los gestos, y, apelando al imaginario, en una intensa relación con el público, logra que una historia, que en el papel es letra muerta, cobre vida. Las historias no siempre se cuentan de la misma manera, se reinventan, en dependencia del público y las circunstancias. Un cuento, aunque se haga muchas veces, siempre es nuevo porque adquiere una nueva dimensión diferente en la voz del narrador.
«El arte de contar ha sido cultivado en todas las culturas. Desde tiempos antiguos, la necesidad primaria de comunicar y fabular dio origen a esta milenaria costumbre, que es, además, depositaria de la memoria y las tradiciones de los pueblos primitivos, para mantener viva su identidad y educar a los más jóvenes».
―¿Cualquiera puede contar en un escenario? ¿Qué condiciones físicas y sicológicas ha de tener un narrador oral?
―Ante todo, debe poseer el deseo de contar, la aptitud y la actitud de pararse en escena y entregarse a su público. Desde luego, debe tener una correcta dicción y expresión oral, pero, sobretodo, ser un apasionado lector, tener una voz centrada, y buena proyección y presencia escénica.
—¿Qué ha representado NarrArte en su vida?
—Siempre digo con tremendo orgullo que fui formada por la maestra May-
ra Navarro, mi mentora y guía. Y luego de su fallecimiento en 2019, asumí las riendas del proyecto, que ha resultado en lo personal una gran responsabilidad en pos de continuar el legado fundador, para que esta idea tan hermosa conserve su línea artística y para que prime la calidad en cada presentación. En mi vida NarrArte es razón, compromiso y pasión.
«Además de conducir el proyecto, tengo la tarea de dirigir el Foro de Narración Oral Mayra Navarro y su festival, Primavera de cuentos Mayra Navarro in memoriam, que en marzo del presente año celebró un cuarto de siglo de éxitos, constancia y resiliencia.
«El quehacer de este foro se ha proyectado con varias líneas de acción: una docente, para la formación y superación de narradores orales, conferencias y clases magistrales, todo esto a través del Aula de Teoría y Pensamiento; otra de presentaciones de espectácu-
los de narración oral, para todos los públicos, con espacios habituales en disímiles lugares de la capital y con programas especiales; y otra de celebración de festivales de narración oral, con presencia nacional e internacional, orientada a promover la participación de todos los narradores orales en ejercicio profesional que quieran sumarse a esta labor.
«Considero que nos toca seguir, y seguir creciendo y sirviendo, pues nuestro trabajo puede ayudar, mediante el disfrute artístico, al bienestar emocional, así como al éxito de muchas propuestas pedagógicas en la infancia, tan-
to para la promoción de la lectura, el desarrollo de la sensibilidad y las capacidades creativas desde edades tempranas, como para la formación integral
de los más diversos públicos».
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