Acuse de recibo
Adel Batista Moreno ha tenido serios problemas con el servicio telefónico, allá en su vivienda, el apartamento 4 del Edificio B-18, en el reparto Antonio Maceo de la ciudad de Santiago de Cuba.
Cuenta el lector que su teléfono quedó interrumpido en tres ocasiones durante diciembre de 2014, en dos más durante enero de 2015, y por si fuera poco dos veces en febrero del presente año; «sin que me den una explicación», precisa. Y asegura que es un cliente puntual en el pago de las facturas a ETECSA.
En todos los casos ha reportado la avería al número 114, el destinado para la solución de tales problemas. «Pero el servicio lo reparan cuando los técnicos lo estiman conveniente desde la misma planta telefónica. Nunca vienen a revisar la rotura ni me dan explicación alguna», agrega.
A raíz de la última interrupción, el 27 de febrero pasado, Adel no solo la reportó, sino que también canalizó la queja por el mal servicio por medio del número 118, la única vía para hacerlo. Y del lado de allá de la línea, la persona que lo atendió le afirmó que el cable externo del teléfono de Adel estaba partido.
El cliente se cuestionó cómo ellos pueden asegurar eso, sin haberlo visitado nunca, pues desde el centro telefónico le restablecían el servicio. Y le dijo también que cómo ellos son tan eficientes en el restablecimiento del servicio, si constantemente sucedían las interrupciones y no acababan de solucionar el problema definitivamente.
Con el derecho que le da ser cliente de ETECSA, Adel le exigió el número de reporte de su queja, pues según aparece en el Directorio Telefónico, debería recibir una respuesta. Y del lado de allá de la línea, la persona se negó a darle dicho número.
Luego, Adel se dirigió telefónicamente a la Dirección de la Empresa, y al plantearle a la secretaria lo sucedido, para que ella tramitara su situación a un superior y le dieran una respuesta definitiva, esta le respondió «que ella no tenía que informarle nada a nadie, que llamara al 118, que me quejara y que pagara quien tuviera que pagar, que ella no tenía nada que ver con esa situación».
Afirma Adel que exige una respuesta seria de ETECSA. «Estoy en mi apartamento para esclarecer cualquier situación; mi teléfono es 691921», concluye.
A inicios de enero pasado, Frank Rodríguez (Avenida Borrego, edificio 59, apto. A 1, reparto Hermanos Cruz, Pinar del Río) adquirió seis metros de vinil, por valor de 54 CUC, en la tienda Belinda Modas, de TRD Caribe en Centro Habana.
Pero al llegar a su casa en Pinar, detectó que había olvidado los seis metros de vinil en dicha unidad comercial. Y a finales de febrero fue cuando pudo retornar a la capital, y visitar dicho centro comercial. La sorpresa fue que, en cuanto habló, sin muchas esperanzas de que apareciera, le dijeron que su mercancía la tenían guardada desde entonces, esperando que la reclamara.
«Me la devolvieron, afirma Frank, dando muestras de honradez y respeto».
Alina Tejeda Gómez (Calle A No. 29, entre 3ra. y 4ta., Maternillo, Cristino Naranjo, Cacocum, Holguín) narra conmovida que su hija de 20 años trajo al mundo un nuevo ser en el Hospital Vladimir Ilich Lenin, de la ciudad de Holguín.
Pero al cabo de un mes empezó a presentar una mastitis en una mama, y la mejoró con antibióticos. Posteriormente la tuvo en las dos mamas, y tenía varios tumores en su cuerpo. Ya estaba haciendo una sepsis generalizada.
«Gracias a la rapidez con que actuaron los médicos, manifiesta, le extrajeron el pus. Dos o tres días más, y a mi hija le hubieran amputado los senos para salvarla. Esos doctores son Eddy Sánchez, David Hernández, José Joaquín, Sonia Achun, Pavel Sánchez y el anestesista Rodolfo Salazar. También Yaliannis y Yeyi, y el resto de las enfermeras de 2do. A.
«Gracias a quienes lo merecen, cuando lo entregan todo sin esperar nada a cambio, y sin que haya amistad de por medio; solo amor a lo que hacen».