Acuse de recibo
Hay sed de agua limpia en Puerto Carúpano, en el municipio tunero de Puerto Padre. Por las quejas de los pobladores, las autoridades de Salud Pública en el territorio hicieron una investigación al respecto, y concluyeron que el agua no es apta para el consumo humano, ni siquiera para cocinar.
De inmediato, Salud recomendó el cambio de la fuente de abasto de agua, o el tiro de la misma en pipas desde otros territorios, señala Pedro Rodríguez Sanz, residente en Calle 12, nro. 13, en esa localidad.
Pero el 27 de enero, cuando me escribió Pedro, expresaba en su carta que «ni una ni la otra; la población se ve obligada diariamente a cargar el agua para tomar de otra localidad, que está a siete kilómetros».
Explica el remitente que como aquella es una comunidad costera, no existen pozos artesanales. Y como si fuera poco, a la cisterna de abasto de agua le echaron petróleo.
«Esta situación crítica, señala, se ha planteado en diferentes instancias, inclusive en los gobiernos municipal y provincial. Y no hay respuestas ni soluciones. Estamos desesperados por tanta despreocupación por parte de las autoridades pertinentes.
«¿Cómo es posible tanta indiferencia? ¿Cómo se puede ignorar un problema tan vital por tanto tiempo? ¿Quiénes son los responsables de tanta indolencia?»
Felipe Gómez Hernández vive en Calle B, nro. 307, entre 13 y 15, Vedado, La Habana. Justo al lado de un edificio que pertenece a la Inmobiliaria Palco. Y día a día, los tanques de esa entidad, situados en la azotea, derraman agua hacia el patio y la escalera de entrada de la casa del remitente. Por ello, Felipe ha tenido ya que hacer dos reparaciones.
Hay días que el agua permanece derramándose hasta dos horas. Por ello, primero Felipe transmitió su queja oralmente a los causantes, y no resolvió: le dijeron que estaba roto el automático del motor.
El 10 de enero de 2014 Felipe se dirigió a las oficinas de la Inmobiliaria Palco, en calle 1ra. y B, en el municipio Plaza de la Revolución. Y allí, le aseguraron que el problema se solucionaría en una semana. Pero nada se había resuelto cuando Felipe me escribió, el 23 de enero de 2015.
Desde entonces, afirma Felipe, ha tramitado la queja con diferentes instancias del Grupo Empresarial Palco, y tampoco ha tenido una respuesta efectiva.
Posteriormente, ha llamado por teléfono, insistiendo en dos aspectos fundamentales: el malgasto de agua que ello representa durante tanto tiempo, y el deterioro del edificio de la Inmobiliaria, y de la escalera de su vivienda.
«¡Cuánta agua perdida, que muchos cubanos necesitan! Sin una solución, ¿adónde me dirijo para resolver esto?», concluye Felipe.
Demasiadas gestiones de un ciudadano afectado por una entidad. Demasiada espera sin solución. Demasiada agua que se despilfarra impunemente. ¿Será que la Inmobiliaria está observando el problema desde un palco, como si no le atañera?
Fidel Filiberto Morales (Conill-A, nro. 22, apto. 1, entre Conill y 45, Nuevo Vedado, La Habana) cuenta que el 1ro. de septiembre de 2014, su hija Olga Lidia González Farrés fue objeto de una intervención quirúrgica de mama, en el Hospital Clínico Quirúrgico Docente Joaquín Albarrán, de la capital.
Manifiesta que fue un éxito la operación realizada por los doctores Eduardo Alexis Manrique y Amalia González Marrero, cirujano y especialista en Cirugía Plástica y Quemados, respectivamente.
«Aclaro que mi hija y yo conocimos a esos profesionales a partir del proceso operatorio, lo que evidencia la ausencia de relaciones personales anteriores, mucho menos de la existencia de manifestaciones de dádivas o recompensas personales.
«Todo ello nos libera de cualquier atadura, para expresar con plena satisfacción el agradecimiento infinito a los profesionales actuantes, a los paramédicos, y por su conducto a los demás profesionales, asistentes y enfermeras que con tanta amabilidad y delicadeza continúan atendiendo a la misma en las consultas posteriores», refiere.