Acuse de recibo
El 11 de agosto de 2013 Liuva Lorenzo contaba aquí, desde la ciudad de Matanzas, los tropiezos que sufría para adquirir las botas ortopédicas que requiere su hija de nueve años, la cual padece un acortamiento de pierna de cinco centímetros y, de no usar el calzado, podría traerle problemas en la columna vertebral y otras complicaciones.
Narraba la madre que con la receta del médico fue al taller donde se hacen esos zapatos en la ciudad. La recepcionista le explicó que los materiales habían entrado en febrero, pero ya en ese momento no había, que llamara todos los días para saber si volvían a entrar. El administrador le dio la misma respuesta.
«Si en febrero entró el material, ¿por qué en marzo ya no había? ¿Hasta cuándo mi hija tiene que esperar por sus botas? Si es una necesidad, ¿por qué carecen de materiales esos talleres?», preguntaba Liuva.
Al respecto, el 16 de diciembre de 2013 llegó a nuestra redacción la respuesta del doctor Alexis González Inclán, director provincial de Salud, quien, luego de la investigación pertinente, señala que no existió una adecuada comunicación de la dependiente del Laboratorio con Liuva cuando acudió por primera vez, y tampoco del Director en los restantes meses que visitó el centro en busca de solución.
Precisa que «se identificaron deficiencias organizativas y de funcionamiento en el proceso de recepción y tramitación del caso, así como hubo demora en la confección del calzado por violaciones cometidas en la factura comercial (enmiendas y tachaduras) para la utilización del recurso, una vez llegado a la provincia».
Afirma que en ello tuvo responsabilidad el administrador del Laboratorio de Ortopedia del municipio de Colón y el jefe de almacén del Centro Nacional de Ortopedia Técnica, quienes ya no se encuentran laborando en los respectivos centros.
Agrega que «objetivamente no existió material para la confección del calzado, en las tres oportunidades que se solicitó. El que entró en febrero de 2013 se destinó a la confección de 899 pares que se encontraban pendientes de meses anteriores. Y la materia prima recibida para el semestre fue de 190,70 metros cuadrados de piel de forro, de 274,56 metros cuadrados que debió haberse recibido por plan».
El Director Provincial de Salud califica la queja con razón, «toda vez que falló la comunicación con la clienta, y no se tramitó la demanda con agilidad por problemas administrativos que afectaron el cumplimiento del plan previsto».
Se aplicaron medidas disciplinarias, refiere, al Director del Laboratorio de Ortopedia Técnica y a la dependiente de la Unidad de Salud, por no brindar una adecuada información a Liuva.
Y apunta que se estableció un programa de capacitación al personal que atiende directamente a la población, para perfeccionar el proceso de recepción y tramitación de los casos que acuden al Laboratorio; se reorganizó el funcionamiento del mismo en el área de Calzado especializado, en el municipio de Matanzas, entre otras medidas.
Finalmente, se le ofreció respuesta y atención a Liuva, de manera que se solucionó el problema del calzado de su hija.
Agradezco la respuesta del doctor Alexis, aun cuando está bastante demorada en el tiempo. Solo me queda pensar que, de acuerdo con la deficitaria situación del calzado ortopédico en Cuba —no es la primera vez que aparece aquí—, habría que analizar la forma de garantizar a tiempo los recursos para ese calzado, que es una necesidad para la salud de esos pacientes.
Lo otro es que en tales unidades, laboratorios y talleres de calzado ortopédico, solo deben laborar personas sensibles y de elevado compromiso con tantas criaturas que requieren de todas las atenciones para poder calzar bien sus zapatos y caminar con tranquilidad por este mundo.